Rafaela: la opinión de una especialista explica sobre el tema

El impacto de la pandemia en el cerebro y el aporte de la neurociencia

 


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Soledad Salusso


Fundamentalmente el área que más estrategias aporta para hacer frente al impacto anímico que representa la pandemia, es la psicología cognitiva. La neurociencia cognitiva se nutre de muchos aportes de la psicología cognitiva, así como de la neuropsicología y la neurobiología. Pero las "neurociencias" como tal no aportan estrategias para afrontar estos eventos traumáticos, sí pueden intentar explicar los mecanismos neurales (cerebrales) que se ponen en marcha cuando se activan determinados procesos mentales o cognitivos.

Esto es importante aclararlo, porque si no se piensa que las neurociencias vinieron a copar todo el campo de los saberes existentes en el campo de la salud mental y eso no es acertado. Explican un aspecto del problema, específicamente los mecanismos, pero las estrategias para abordarlo vienen de los aportes de la psicología.

La psicóloga y doctora en Neurociencias, María Marta Arnold, explica en torno a este tema: "Las neurociencias son un campo muy amplio, es un campo de investigación, un área del conocimiento que se dedica fundamentalmente al estudio de cómo funciona el cerebro y cómo genera las conductas que genera. Tiene distintos niveles de estudio, de análisis, y por eso está la neurociencia molecular, la neurociencia celular, la neurociencia del comportamiento, hay neurociencia cognitiva, que es donde estamos más ligados nosotros desde el Instituto de Neurociencias Rafaela, y cada una de estas líneas aporta algo para tratar de comprender esta complejidad, y cada una va integrando el conocimiento de las otras, de los niveles a lo mejor inferiores, de los niveles más básicos del conocimiento, para ir aportando algo más".

"La neurociencia cognitiva, en este momento está haciendo unos aportes increíbles, sobre todo porque la neurociencia cognitiva trabaja sobre todo lo que tiene que ver con el conocimiento del cerebro, en función de cómo produce el comportamiento en nosotros; cómo produce las respuestas emocionales que se producen a partir de esa complejidad, de esos fenómenos que emergen de ese funcionamiento complejo".

Arnold analiza como la complementariedad entre la psicología cognitiva y la neurociencia, brindaron aportes en esta reconfiguración o reconversión del ser humano, a partir de la ruptura de rutinas y conductas: "En este momento en que las neurociencias, hace ya un par de años en realidad, una década, toman como el auge y son como hegemónicas en cierto punto, creo que no hay que quitar mérito y menos hoy al aporte que hace la psicología cognitiva, en el campo de la Salud Mental fundamentalmente. Hoy la neurociencia cognitiva se nutre de aportes de la neurobiología, de la psicología cognitiva, de la neuropsicología, para poder comprender esta complejidad de la conducta humana. La psicología cognitiva en este momento aporta las estrategias y herramientas para poder afrontar esta situación pandémica no habitual, totalmente no esperada y en donde nadie está preparado para esto. Nosotros desde nuestra mirada, de la mirada basada en evidencia, desde una aproximación más científica al conocimiento con la psicología cognitiva, hacemos una complementación".

El manejo de la incertidumbre
La doctora en Neurociencias, María Marta Arnold, habló del impacto de la incertidumbre y sus manifestaciones: "El factor común que tenían las consultas, era la sintomatología ansiosa, es decir, la situación de preocupación frente a un acontecimiento inesperado, frente al no control de la situación, frente a la no predicción. Nuestro cerebro está acostumbrado a predecir, es una de las funciones más importantes que tiene, fundamentalmente porque tiene que estar preparado para saber cómo va a responder. Una pandemia no te permite esto y lo que hace es activar todo nuestro sistema de alerta, que es natural y es esperado que lo tengamos, pero cuando se mantiene ese sistema de tensión, de alerta ansioso durante tanto tiempo, lo que hace es empezar a consumir todos los recursos que tenemos".

"El manejo de la incertidumbre es complicado, porque si la incertidumbre dura un tiempito corto la puedo a lo mejor manejar, incluso sin estrategias cognitivas, cualquier persona puede superar un estrés normal en su vida cotidiana. De hecho, eso es lo que uno espera cuando uno habla de un concepto salud mental, que uno pueda adaptarse al ritmo de la vida, superando las situaciones de estrés normal que tiene. Ahora esto no es un estrés normal, lo llevamos ya casi dos años, con una situación que uno no sabe bien cuando termina. Entonces esto es complicado para cualquier organismo y más aún para los individuos más vulnerables que tienen alguna patología de base, ya sea orgánica, ya sea de orden psíquica. Allí es donde tenemos que tratar de generar espacios alternativos, brindar estrategias para llevar adelante esto y lo más importante a remarcar, es que tenemos que tener claro que esta preocupación y estos miedos que tenemos son naturales, son esperados, nuestro organismo los tiene que tener porque es una medida de supervivencia frente a lo inesperado", finalizó.



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