Violencia récord

Rosario, la ciudad que se tiñó de rojo sangre

Las balaceras y homicidios no pararon de romper estadísticas. Desde bebés hasta adultos mayores, nadie quedó exento de la violencia en el departamento más importante de la provincia: se contabilizaron 287 muertes en todo 2022.


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En todo el país todavía se festeja el título de campeón del mundo de fútbol, luego de 36 años de espera. Y Rosario, la ciudad gobernada por Pablo Javkin, que vio nacer a las dos figuras principales del seleccionado argentino, como Lionel Messi y Ángel Di María -también estuvo ángel Correa, oriundo de la ciudad-, termina el año con otra triste realidad: la cantidad de homicidios no paró de crecer.

El año marcó un récord histórico en el departamento, con 287 crímenes, superando a 2013, que ostentaba la cifra más alta, con 271. Entre los hechos más violentos se destaca la muerte de una niña de 5 años, en la madrugada del 25 de diciembre, producto de una bala perdida; el crimen de un preso, mientras estaba siendo trasladado en un coche del Servicio Penitenciario. Y el ataque a la garita de los Tribunales Federales o la aparición de carteles intimidatorios hacia la prensa.

Cifras alarmantes


Fueron 287 las víctimas que no pudieron celebrar como quisieran el campeonato de fútbol logrado en Qatar. Sus familiares y amigos, en algún momento, habrán mirado al cielo y dedicado ese triunfo, que es de todos y todas, a esas personas que murieron víctimas de balaceras, disputas interpersonales, balas perdidas y a manos de sicarios de la tercera ciudad del país.

No hay forma de armar un balance anual sin poner cifras, y en la frialdad de los números, este 2022 cierra con 287 asesinatos en el departamento Rosario. Del total, 250 se registraron dentro de los límites de la ciudad más importante y el resto se cometieron en Villa Gobernador Gálvez (19); Pérez (5); Granadero Baigorria (4), Ibarlucea (4), Alvear (2) y Arroyo Seco, Funes y Soldini (1).

En las estadísticas también figuran que hubo 3 triples crímenes; otros 12 doble homicidios y en total fueron asesinadas 64 mujeres y que del total, 31 víctimas fueron menores de 18 años.

Tierra de nadie


El año más violento de la historia deja varios títulos repetidos o con varias palabras usadas en diversas oportunidades, en gran parte porque 2022 marcó varios hitos, el primero de ellos lo marcó el enero más violento de la historia.

Uno de sus puntos más altos fue el triple crimen ocurrido en la madrugada del 29 de enero, en la ruta 34-S, que une Granadero Baigorria con Ibarlucea, a la salida de una fiesta de cumpleaños. Esa madrugada, sicarios que aparecieron en una camioneta, usando armas calibre 9 milímetros, probablemente modificadas para tirar ráfagas, acribillaron a balazos un Audi TT de color blanco, en el que viajaban Iván Maximiliano Giménez, de 33 años, Érica Vanesa Romero, de 33, y la hija de ambos, Elena, de 1 año.

El triple crimen de Ibarlucea, durante enero de 2022, sacudió al sur provincial.Foto: Marcelo Manera


Los ocupantes del auto volvieron al salón a intentar refugiarse y cuando quisieron entrar, el conductor hizo una mala maniobra y quedó encajado en la banquina-zanja. Eso fue aprovechado por los sicarios, que efectuaron múltiples disparos.

Maximiliano y la niña fueron llevados en un auto hasta el hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, donde llegaron sin vida. En tanto que la mujer apareció con el cuerpo totalmente quemado, dentro del auto calcinado, a pocas cuadras del lugar donde se celebró la fiesta.

La hipótesis que manejan los investigadores es que el ataque estuvo relacionado con el tráfico de estupefacientes, ya que la pareja asesinada proveía droga a grupos. Sobre el cuerpo de la mujer hallado dentro del auto, se dijo que uno de los invitados se asustó cuando la llevaba al hospital, ya sin vida, y que por eso lo incendió.

Hallazgo macabro 1


Entre la medianoche y los primeros minutos del martes 19 de abril fue encontrado un automóvil Volkswagen Gol, totalmente calcinado, con dos personas en su interior, una en el asiento trasero y otra en el interior del baúl. El vehículo estaba en medio de un camino rural, ubicado a la altura de calle Provincia de Misiones y la continuación de avenida 27 de febrero, detrás del complejo penitenciario N° 5.

Según fuentes policiales, los uniformados estaban revisando ese sector del oeste de la ciudad luego de la evasión de dos presos del complejo penitenciario y que en esa búsqueda encontraron un auto totalmente quedado, con un orificio, que se corresponde con un disparo de arma de fuego, a pocos centímetros de la tapa del tanque de combustible. Los dos cuerpos estaban totalmente irreconocibles.

El auto no tenía pedido de captura y según los datos del Sifcop (Sistema Federal de Comunicaciones Policiales) su titular era un hombre residente en la localidad de Fighiera, al sur del departamento Rosario. Al ser consultado por personal policial, dijo que lo había vendido hacía tiempo a una persona de Funes, y que no tenía la documentación de esa venta.

Por orden de la fiscalía en turno de la Unidad de Homicidios Dolosos, ambos cadáveres fueron remitidos al Instituto Médico Legal para realizar autopsia y pericias para posible identificación, pero esos datos nunca fueron aportados.

Hallazgo macabro II


En la noche del martes 10 de mayo se encontró el cuerpo de una mujer que estaba desaparecida desde el 23 de abril. El cadáver estaba enterrado en la parte trasera de la vivienda que compartía con su pareja, quien estuvo varios días prófugo, en la ciudad de Granadero Baigorria, al norte del departamento Rosario.

El operativo, que fue realizado por personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) junto a Bomberos Zapadores, se llevó a cabo en una casa ubicada en calle Liniers al 1700. Según voceros del caso, el cuerpo estaba bajo una losa de cemento que se había hecho hace pocos días atrás.

La hija de la mujer, de nombre Karen, habría realizado a fines de abril la denuncia por la desaparición de su madre en la comisaría 24ª de Granadero Baigorria y el lunes 9 de mayo hizo lo propio en la Fiscalía Regional Segunda de Rosario.

Por orden de la fiscal Marisol Fabbro, en el mediodía del martes se realizaron dos allanamientos para dar con el paradero de Nora.

El primero de ellos se hizo en una vivienda de La Cumbre al 1400, en la zona norte de Rosario, ya que en ese domicilio hace aproximadamente un año, la pareja de Nora, Gregorio Brítez, había recibido una notificación. En esa casa estaba Alberto L., de 58 años, un hombre que alquilaba dicha vivienda, que permitió el ingreso de uniformados a la casa. Los investigadores revisaron el lugar y no hallaron elementos relacionados con la búsqueda.

Alberto dijo que conocía a Nora ya que era esposa de su amigo Gregorio y que a ella no la veía desde hacía al menos 5 meses, mientras que a él lo había visto “hace unas dos o tres semanas”.

Por orden de la fiscal Fabbro, se lo trasladó junto a su auto hasta calle Liniers 1781, de barrio Martín Fierro, donde se estaba haciendo el otro allanamiento, para que personal del gabinete criminalístico de la AIC realice prueba de luminol (técnica bioquímica utilizada en la investigación forense para detectar trazas de sangre en una escena del crimen) en el interior del rodado.

En tanto, en la vivienda de barrio Martín Fierro, personal de la brigada de homicidios junto a bomberos zapadores, comenzó a realizar tareas de remoción de escombros, ya que había anomalías en el terreno y un contrapiso que a simple vista parecía hecho en forma reciente.

A una profundidad de 80 cm del nivel del suelo, en un entrepiso existente en el patio trasero, se hallaron restos humanos, que fueron trasladados al Instituto Médico Legal, donde se confirmó que se trataba de Nora.

Su pareja se dio a la fuga, pero en la tarde del miércoles 11 de mayo fue detenido por personal de Gendarmería Nacional. Fuentes judiciales indicaron a este diario que Gregorio Brítez, de 52 años, fue apresado en la provincia de Misiones, en zona de frontera con Paraguay.

Tanto Brítez como su amigo quedaron detenidos por el plazo de ley. La ex pareja de la víctima por homicidio doblemente calificado por el vínculo y femicidio en contexto de violencia; y su amigo por encubrimiento agravado por hecho precedente (homicidio doblemente calificado por el vínculo y violencia de género).

Balacera en el sur


En el atardecer del 23 de julio, varias personas estaban esperando el colectivo en inmediaciones de Isola y Maestros Santafesinos, al sur de Rosario, mientras otras jugaban en la plaza Rodolfo Walsh, ubicada a pocos metros, cuando pasaron sicarios en un auto y dispararon contra siluetas, paredes y cuanto elemento se le cruzara por delante.

Como resultado de esa violenta y demencial balacera, en la cual se escucharon no menos de 40 detonaciones, Claudia Deldebbio, de 58 años, fue alcanzada por disparos en la zona de cráneo, tórax, espalda y miembros superiores e inferiores, y falleció prácticamente en el acto.

Las balaceras, a la orden del día. Rosario superó la temible barrera de los 281 crímenes en el año.Foto: Marcelo Manera



En el mismo episodio resultó herida de gravedad su hija, Virginia Ferreyra, de 32 años, quien finalmente falleció el 24 de septiembre en el hospital de emergencias.

La mujer había ingresado en el área de cuidados intensivos tras haber recibido el impacto de siete proyectiles, fue operada en varias oportunidades, “y en las últimas horas se registraron múltiples complicaciones infecciosas”.

Desde su internación, la profesora de danzas había sufrido diversas complicaciones derivadas de las graves heridas ocasionadas por los disparos, que desde un primer momento comprometieron órganos vitales.

Matar a un preso


En la tarde del domingo 14 de agosto, Osvaldo “Popito” Zalazar, un preso de 31 años, fue atacado a tiros cuando era trasladado al penal de la ciudad de Pérez en una camioneta del Servicio Penitenciario.

En el violento episodio, además fue herido un agente del Servicio Penitenciario. La camioneta había recibido más de dos docenas de disparos, muchos de ellos concentrados en la zona donde estaba sentado el detenido, en una clara señal de que el ataque había sido estudiado.

Ambos fueron trasladados al hospital de emergencias, donde el penitenciario logró recuperarse, mientras que “Popito” falleció en la mañana del miércoles 17, como consecuencia de las múltiples heridas de arma de fuego recibidas (al menos cuatro de ellas en la espalda). Por el ataque hay 3 personas detenidas y al menos una prófuga.

Bala perdida


En la madrugada del domingo 25 de diciembre, una familia -como tantas otras- estaba celebrando la Navidad cuando una bala perdida impactó en el cráneo de Candelaria, una niña de tan solo 5 años que estaba jugando en el patio de su casa, ubicada en Iriondo al 3900, de barrio Alvear, en el sudoeste de Rosario.

La pequeña fue llevada en un auto hasta un sanatorio ubicado en el macrocentro, donde ingresó en el área de cuidados intensivos. Desde un primer momento su estado fue de suma gravedad, ya que se diagnosticó que como consecuencia del impacto, había sufrido muerte cerebral. Varias horas después, en medio del dolor, los padres de la menor decidieron donar sus órganos y en la madrugada del lunes 26, la pequeña Candelaria Agostina Enrique, falleció.

La investigación del caso, que en principio estaba en manos de la Fiscalía de Delitos Culposos, pasó a la órbita de la Unidad de Homicidios Dolosos, que dispuso la intervención de la división homicidios de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y que el cuerpo de la menor sea sometido a autopsia en el Instituto Médico Legal (IML)

El año más violento


En base a datos propios y al informe que genera en forma periódica, desde 2014, la Dirección de Política Criminal de la Secretaría de Política Criminal y Derechos Humanos - Fiscalía General, la Subsecretaría del Observatorio de Seguridad Pública y la Subsecretaría de Prevención y Control Urbano del Ministerio de Seguridad, se llevan registrados 25 crímenes en diciembre y un total de 282 en lo que va del año en todo el departamento, incluyendo homicidios en Villa Gobernador Gálvez, Granadero Baigorria, Ibarlucea, Pérez, Alvear, Arroyo Seco, Funes y Soldini.

Esta saga interminable convierte a 2022 en el más violento de su historia. Hasta el momento, el récord lo tenía 2013, año en el que asesinaron a Ariel “Pájaro” Cantero, lo que derivó en una larga saga de venganza por el cual ese año se finalizó con 271 homicidios en el departamento (264 de esas muertes fueron en la ciudad de Rosario).

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