En el Departamento La Paz

Colonia Avigdor cumplió 87 años

 


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Colonia Avigdor cuenta con un patrimonio valioso y relevante, cuya peculiaridad está relacionada con la no pertenencia a la primera fase de la colonización establecida por el Barón Hirsch, mayormente desarrollada entre finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Testimonio de una segunda fase, Avigdor se fundó para cobijar principalmente a ciudadanos alemanes perseguidos por el régimen nazi, no solamente durante los aciagos años 1935 y 1936.


La Jewish Colonization Association C.A. (empresa fundada por el Baron Hirsch), ya poseía las tierras compradas en 1932 para pastoreo. Ante la necesidad de brindar refugio a los exiliados perseguidos, las tierras fueron loteadas para su colonización.
La Comisión Nacional de Monumentos destaca en un artículo que "muchos de los refugiados alemanes que llegaron a los campos de Entre Ríos jamás habían tomado un arado, ni conocían las actividades rurales propias de la región. Los primeros pobladores pertenecían a veintiún familias, entre ellas los Grünewald, Freudenstein, Mayer, Oppenheimer y Weil, entre otras. Como parte del plan de establecimiento, a estos primitivos pobladores les fueron otorgados lotes de 75 hectáreas. Así fue como rápidamente iniciaron las tareas agrícolas en la zona, y organizaron una cooperativa agrícolo-ganadera en marzo de 1936, que tendría una extensa y fructífera existencia, ya que perduró hasta el año 1999, fecha de la asamblea que supuso su disolución".


En tanto, "durante la Segunda Guerra Mundial, arribaron más familias a la Colonia, totalizando unas ciento doce. La histórica Sinagoga, epicentro religioso de la comunidad, comenzó a construirse en 1937, y se encuentra emplazada en un predio que comparte con el “Centro Unión Israelita”. Entre ambas construcciones, se ubica un monolito con placas indicativas y conmemorativas. Las dos manzanas que ocupan en el centro del pueblo, constituyen el corazón espiritual de la comunidad de origen, que hoy convive con practicantes de otras religiones".


Según lo describe una publicación de Shalom Argentina, “la Sinagoga es pequeña y cuadrada, con paredes de chapa acanalada y techo a cuatro aguas”. El Templo contiene elementos de gran valor histórico, que lo constituyen como una suerte de pequeño museo. Ejemplo de ello son la lámpara de aceite traída de Alemania por la pionera familia Scheiner, el cuadro del Mizraj que siempre mira al Oriente, y la Menorá (candelabro de siete velas) salvada de una sinagoga berlinesa en la noche de los Cristales de 1938.


En 2018 fue declarado Lugar Histórico Nacional el predio que ocupan la Sinagoga y el Centro Unión Israelita, en el marco del Programa Poblados Históricos, impulsado desde la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos.

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