SABINA MELCHIORI
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En Estrada 1057, frente al Corsódromo, se encuentra el galpón donde se construyen las imponentes carrozas Ará Yeví y los salones donde se confeccionan los trajes, los espaldares y los tocados que portan cada verano los integrantes de la comparsa que ha ganado las últimas cuatro ediciones del Carnaval del País, uno de los espectáculos a cielo abierto más importantes del verano argentino.

Allí mismo, desde hace quince días, funciona el museo de Ará Yeví, un espacio temático en el que se exponen trajes que han formado parte de la comparsa desde el 2004 hasta la fecha. Junto a cada vitrina, hay un código QR para que el visitante pueda ver un video relacionado a la edición en la cual se lució ese traje y su confección.

En una sala contigua a la de los trajes, se encuentra representado el sector de maquillaje, con los espejos, las paletas de colores, las luces y la vestimenta de cada integrante dispuesta tal cual se hace cada sábado de enero y febrero, antes de la salida a escena.

Además, la recorrida incluye el sector de carrozas, lo cual es una gran oportunidad para apreciar esas grandes esculturas de manera detenida y detallada y aprender sobre el proceso de realización, sus materiales y mecanismos.

En diálogo con MIRADOR ENTRE RÍOS, el director de Ará Yeví, Leandro Rosviar, contó que “la idea venía desde hace un montón, desde que estamos en Tiro Federal veníamos guardando dos vestuarios por edición y haciendo las vitrinas. Ahora, habiendo tenido la pandemia de por medio, se nos ocurrió contar a través de videos y fotografías nuestra historia. Apostamos a brindar una mejor atención a las excursiones que llegan cada verano a la ciudad”.

El museo de Ará Yeví abre sábados y domingos de 5 a 8. La entrada tiene un costo de 100 pesos y si se requiere del guía, 200 pesos.

“Contamos desde que se arranca con un diseño hasta la estructura de un tocado, cómo se confecciona una bota y mostramos el lugar y la organización que tiene Ará Yeví para organizarse en una noche de carnaval”, detalló Rosviar, y agregó: “A las carrozas las mostramos con su iluminación, lo que tiene una visual diferente a la del corsódromo”.

Desde su inauguración, en el museo han recibido turistas de Buenos Aires “que nunca se habían imaginado poder estar parados al lado de una carroza y apreciar los trajes tan de cerca”, contó Rosviar. Al ser consultado sobre lo que más deslumbra de la muestra, no dudó: “las carrozas”.