Ariel Gustavo Pennisi


Que los trabajadores del arte y la cultura se encuentran precarizados en su gran mayoría no es una noticia novedosa de los diarios que se editaron a partir del 20 de marzo del 2020 cuando la pandemia desembarcó en nuestras tierras. Pero si es cierto que la coyuntura actual agravó la histórica situación y es por eso que Mirador tomó contacto con tres laburantes del arte independiente de la ciudad de Rosario, para ponerle voz a la compleja problemática que el pasado miércoles 12 de mayo vio expresión en una masiva convocatoria en plaza San Martín.

- ¿Porque la cultura está en estado de emergencia?
- Julieta Pretelli (J.P.): Emergencia es una situación imprevista, que no es deseada ni esperada. Debemos preguntarnos ¿qué es la cultura para nuestra sociedad? Preguntarnos para quienes ejecutan su arte dentro de la cultura y quienes la disfrutan y consumen. Ahí podemos encontrar una gran variable y decir que la cultura está en estado de emergencia que merece ser atendida, escuchada, solucionada. ¿Qué es lo que se debe solucionar? Que los trabajadores y trabajadoras no podemos trabajar. Muchos consideran que la cultura es un momento de disfrute, que el artista por amor a lo que le gusta hace algo simplemente porque tiene un tiempo libre. La valorización es simplemente desde un lugar emocional:“fue muy lindo, fue emotivo”. Pero a la hora de corresponderlo con una entrada es muy difícil desde hace años, por lo menos en la ciudad de Rosario. La cultura no solo se hace por placer, sino que es un trabajo que se decide ejercer y llevar a cabo. Está muy estigmatizada la cultura en esto de total es arte. Total, pasamos el rato. Ese rato lleva meses de trabajo y el estado de emergencia es buscar una repuesta al porqué la cultura siempre queda en ese último orejón del tarro sin respetar el lugar laboral, de responsabilidad ya sea desde el artista como desde el consumidor en sí mismo.
- Mailín Sylvester (M.S.): Todo el tiempo estamos coexistiendo con la cultura. Escuchamos un disco, vemos películas, salimos a la plaza y vemos artistas callejeros. Pero hay que empezar a darnos cuenta que detrás de eso hay trabajadores y trabajadoras que dedican muchísimo tiempo y dinero a la formación, producción. Entonces es necesario que se nos deje de considerar como mero entretenimiento. Por supuesto que es una de sus funciones, entre muchas otras, pero eso no es razón para que no se considere que somos trabajadores que necesitamos sostener una vida. Son muchísimos los trabajadores de la cultura que quedan por fuera de toda ayuda estatal. Necesitamos políticas públicas inclusivas y por sobre todas las cosas trabajar, porque el trabajo es salud y es ese trabajo el que nos mantiene.
- Leandro Marine (L.M.): La cultura está en estado de emergencia desde siempre. Considero que es una lucha simbólica por lograr que el arte sea valorado en la sociedad como una actividad que puede propiciar crecimiento desde muchos aspectos. Lo primero que se me ocurre es que el arte transforma. La lucha en parte es por reposicionar el rol que ocupamos los artistas en la sociedad, pero está también el contexto actual que nos muestra la precarización laboral, donde se ha visto empobrecido el poder adquisitivo de casi todos los trabajadores. Con las nuevas restricciones han dejado afuera toda la actividad artística en lo que respecta a espectáculos, eventos tanto a cielo abierto como bajo techo. Ya casi no podemos hacer nada los artistas. En función a que el Estado haya sacado las medidas de restricción sin un plan paralelo de respaldo fue que salimos a reaccionar.

- Como trabajadores independiente de la cultura rosarina, ¿qué tipo de contención encuentran por parte del Estado?
- M.S.: Hubo una especie de IFE, a los trabajadores de la cultura que se entregó durante tres meses, fueron 15.000 pesos. Ahora se entregó dos meses más, pero no tiene alcance a toda persona que lo necesita. Se rige por ciertas normas y no cubre la canasta básica, ni un año sin poder generar recursos. Hubo algunos subsidios para salas, proyectos, pero es insuficiente. Lo cierto es que no alcanza a todas las personas que nos dedicamos a esto. Hay que tener en cuenta que muchas salidas laborales de los artistas son la docencia y estuvo suspendida también. Clubes, gimnasios y otras instituciones son espacios que se cierran o restringen y queda reducida la posibilidad de dar clases junto a la incertidumbre de lo que va a pasar. Muchos damos clases en escuelas, en jornadas ampliadas o contratados por privados, también perdimos ese espacio de trabajo. El contexto es bastante complejo y no hay mucha salidas para poder paliar esto.
- L.M.: Desde Nación han ido apareciendo una serie de subsidios para los artistas además de los IFE, pero no excedió en demasía al número de subsidios que se venían otorgando antes de la pandemia, vale aclarar. Los subsidios que han venido no llegan a cubrir un 10 por ciento de los artistas, sobre todo los artistas independientes que no estamos agrupados detrás de ninguna asociación ni formamos partes de algún grupo que trabaja activamente para el Estado. Hay muchos artistas que estamos por fuera de eso y a esos artistas no nos llega el subsidio. Sobre todo porque para poder recibirlos hay que cumplimentar una serie de requisitos como estar registrado en el monotributo y otras cuestiones que hace que muchos queden afuera. Recién ahora salió desde Provincia un apoyo que consideramos que no es suficiente para contener el tiempo que estamos sin actividad, pero es un aporte.
- J.P.: A mí me gustaría más pensar la palabra atención que contención. La contención es llevar a cabo una acción para calmar, apaciguar, frenar ciertas cosas que a lo mejor está fuera de sí. Entonces esta idea de contención, sí. Se recibe algún tipo de parte del Estado, pero no es la atención, ocupación. Son breves apoyos, dada la cantidad de tiempo que dura ese apoyo y mucha veces genera competencia en el sentido de que somos muchos trabajadores que estamos peleando por algún tipo de ingreso porque al no poder trabajar desde hace meses necesitamos alguna ayuda. Se obtiene por medio de algún tipo de subsidio o concurso que puede salir del Ministerio de Cultura o del fondo nacional de las artes. Es una ayuda esporádica si quedás elegido. Necesitamos poder poner el cuerpo, la mente, las ideas en acción, en espacios físicos como son las bibliotecas populares, los centros culturales, las salas de teatro, etcétera. Reclamamos la atención, no la contención. Una repuesta clara y que no pateen nuestras preguntas para el final porque nuestro sector es el que en este momento no puede trabajar porque no hay momento para entretenerse porque no podemos salir. Necesitamos la continuidad.

- Como colectivo, ¿cuál es el horizonte en la lucha?
- L.M.: Yo diría que lo estamos construyendo. Desde el 2007 que estoy en la actividad y no conozco que nos hayamos organizado de esta manera como se esta dando, con participación de artistas independientes de varios sectores en Rosario y alrededores. Lo estamos empezando a armar y viendo hacia dónde vamos. La lucha se enfoca en recuperar la valorización del artista como trabajador con todo lo que eso implica, es decir, profesionalización de diversas actividades, mejores condiciones de inserción laboral, personería jurídica y legal con fortalecimiento gremial, etcétera. Que el artista no quede desprotegido frente a las crisis reconociéndolo parte de una esfera más de la actividad y el desarrollo cultural de la sociedad. Siempre teniendo en cuenta las medidas de protección y cuidado de la salud, que como artistas he atestiguado que se vienen respetando tanto en espectáculos como en los talleres. El arte también es salud.
- M.S.: Un punto de batalla es que nos consideren trabajadores y trabajadoras. Ser reconocidos en los presupuestos de políticas de salud pública cuando vienen las restricciones. Ser subsidiados o habilitados para trabajar con los respectivos protocolos. Se habla mucho de las restricciones, ¿por qué no podemos actuar en bares?, ¿no son los bares lugares de esparcimientos? La gente no va porque tiene necesidad de alimentarse, sino para encontrarse. Es decir, las restricciones son arbitrarias porque eso es válido y no una obra de teatro, un recital. Se permiten los bares y no que haya show en vivo. Es decir, la gente ya está reunida y se cierra una posibilidad de salida laboral.
- J.P.: Esperemos que el horizonte no sea tan lejos, que sean metas. Poder ser escuchados, valorizados y encontrar el diálogo entre las distintas líneas de poder que existen. Necesitamos repuestas y la pregunta que nos hacemos es ¿por qué no podemos trabajar? ¿Por qué no hacer obras de teatro con cantidad mínimas de personas si el bar sigue abierto? La gente para comer se saca un barbijo y para ver una obra de teatro se lo deja puesto. Decir en nuestra ciudad que los artistas no pueden trabajar en un bar y ese bar sigue abierto ya es un ninguneo. Nuestras voces gritan para que nos escuchen y den una repuesta. Somos agentes culturales que trabajamos por y para la cultura. Y no es solo un lugar de ocio. Es trabajo y economía. ¿Por qué no es tomada así? Estas voces reclaman escucha, repuesta y trabajo.

- ¿Qué herramientas encuentran para afrontar la crisis?
- J.P.: Si algo tenemos los artistas es creatividad, lo que pasa es que también tenemos cansancio. Muchos compañeros salen a las esquinas, semáforos. Otros buscamos otro tipo de trabajo como la enseñanza, dar talleres. Otros directamente están recibiendo bolsones con alimentos. Nos reinventamos constantemente. Terminamos trabajando de otra cosa a lo que estudiamos y nos gustaría que sea respetado.
- M.S.: La resistencia es la principal herramienta. La semana pasada incluso luego de la primera movilización nos quedamos en asamblea y fuimos hostigados por la policía y la GUM. Otra es vivir de otros trabajos. No es justo que alguien que estuvo formándose durante años salga a trabajar de otra cosa porque no se lo deje trabajar, y que también es complejo conseguir otro trabajo dada la crisis actual.
- L.M.: Como herramienta para afrontar la crisis, por el momento, lo que tenemos que son los cuerpos nos lleva a organizarnos y a emprender medidas de lucha como las manifestaciones de la multisectorial de artistas de Rosario. Organizarnos, manifestarnos y esperar una repuesta de parte de las autoridades para poder paliar esta situación de crisis. Otra herramienta es el arte mismo, por eso cada uno desde su espacio virtual está haciendo sus propias manifestaciones artísticas.