Bélen Fedullo
[email protected]

Luego de las elecciones primarias, en Entre Ríos comenzaron a sonar fuerte las versiones de una reapertura de los puentes que unen ese territorio con Uruguay. De mínima, habría una prueba piloto con el paso entre Concordia y Salto, para saber cómo resultaría el “corredor seguro”.

En primer lugar, eso hizo ilusionar a quienes viven, aman y trabajan entre una orilla y otra, pero también llevó a los comerciantes, al menos a los concordienses, a pensar en el beneficio económico que eso traería.

La situación es difícil en la otra orilla. Los comercios uruguayos ganaron mucho más dinero durante el último año y medio y esto se debe, esencialmente, a que los ciudadanos no pueden atravesar la frontera para hacer valer los beneficios que les traen el tipo de cambio en la Argentina. Son esos comerciantes los que hablan con el gobierno uruguayo para intentar frenar la apertura en el corto plazo, o al menos hacer valer su “conquista” con medidas que restrinjan la posibilidad de comprar de este lado.

A pesar de todos esos movimientos, a la palabra final la tienen los gobiernos nacionales de ambos países.
El 17 de septiembre, la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, aseguró que estaba todo dado para que el intercambio comenzara, y que sólo era necesario que el gobernador de la provincia, Gustavo Bordet, lo solicitara y presentara un protocolo. Bordet recogió el guante y aseguró que ese protocolo ya estaba, y que sólo hacía falta acordar todo con el lado uruguayo.

Los días pasaron y no hubo novedades, mientras tanto, algunos representantes del gobierno provincial señalaban que el 1 de octubre se abrirían, finalmente, los puentes. Todo eso quedó en la nada cuando este jueves 29 de septiembre, a dos días de la supuesta apertura, la cónsul argentina en Salto (Uruguay), Carola del Río, aseguró en una nota con un medio uruguayo que desde el 1 de octubre los uruguayos podrán pasar hacia la Argentina exclusivamente desde Montevideo o Colonia en barco a Buenos Aires, y desde el Aeropuerto Internacional de Canelones a Aeroparque. Pero por ahora no quedarán habilitados los puentes internacionales de Gualeguaychú, Colón y Concordia.

“La disposición que hoy por hoy está vigente prevé que los gobernadores puedan solicitar la apertura de los pasos terrestres. Para ello tendrán que presentar un protocolo sanitario que será evaluado por las autoridades sanitarias nacionales, y eventualmente se podría disponer la apertura”, advirtió. Eso hizo que todo volviera al principio, que las ilusiones se desvanecieran y que la paciencia comience a terminarse.

Críticas y mesura

La falta de acuerdo entre los representantes de los gobiernos de ambas costas también llega por una cuestión comercial. En el caso de Concordia y Salto, la ciudad uruguaya quiere volver a implementar el “cero kilo” o una medida parecida.

Con este tipo de decisiones evitarían que ciudadanos de ese país crucen a comprar mercaderías de consumo que, a raíz de la depreciación del peso argentino en el mercado paralelo, se tornaron baratas para los orientales. El objetivo sería, según apuntaron, proteger a sus comerciantes, que tuvieron un repunte durante la pandemia y no quieren perder sus ganancias. Son medidos y prefieren esperar.

Del lado concordiense sucede todo lo contrario. Comerciantes e integrantes del sector hotelero y gastronómico esperan con ansias el paso de turistas uruguayos. Para ellos, al contrario de lo que pasa en el país vecino, sería beneficioso.

Leandro Lapiduz, presidente de la Asociación Hotelera y Gastronómica de Concordia se expresó, luego de que la cónsul dijera que los pasos no se abrirán. “Hace más de un año y medio somos la entidad que pone sobre la mesa el tema de la apertura de las fronteras. Incluso en los momentos más complejos de la pandemia advertíamos la necesidad de que, cuando estén dadas las condiciones, había que abrirlos”, dijo a MIRADOR ENTRE RÍOS.

“Creo que Nación o Provincia tienen que dar una explicación seria de por qué no se abren los puentes. Si es por la cuestión cambiaria, es un tema que va a permanecer por un largo tiempo, quizás años, entonces no podemos limitar esta discusión a mirar si se hace fuerza de un lado o del otro para que no se abra”, aseguró.

Además, hizo referencia a todos los afectados y a que no hay motivos para la continuidad del cierre. “Ya tendrían que trabajar en un plan progresivo y rápido de apertura con los protocolos adecuados, ya que no hay motivos epidemiológicos para estar cerrados sin poder verse familiares uruguayos y argentinos. Además de las familias, muchos sectores nos vemos afectados. Realmente no entiendo qué esperan”.

Una promesa más

Tras las declaraciones de la cónsul, el gobernador Gustavo Bordet, junto al titular del Enohsa, Enrique Cresto, avanzó con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros del Interior, Wado de Pedro, y de Turismo, Matías Lammens, en las gestiones para abrir los pasos fronterizos con la República Oriental del Uruguay. “Las estrategias sanitarias, y en especial la vacunación, han generado un punto de inflexión en la pandemia que hoy nos permite retomar actividades como los vínculos terrestres entre nuestros pueblos”, aseguró Bordet tras el encuentro y señaló: “Nuestro presidente y su gabinete están escuchando esta demanda y pronto lo haremos posible”.

Piden soluciones

Luego de un nuevo intento fallido, los integrantes del grupo Puente, que piden hace más de un año poder pasar de Concordia a Salto y viceversa, emitieron un nuevo comunicado.

Piden claridad, rapidez y una solución final que les permita retomar sus vidas laborales, familiares y personales entre ambas costas. “Señores Presidentes: por amor a la vida, cuiden la integración, la que se construye con las acciones del día a día, protegiendo a sus ciudadanos como personas con derechos inalienables y no como mercancía que va y viene con valor turístico. La muerte por tristeza e inacción, es un viaje evitable y ustedes son los garantes de que esto no suceda”, expresaron.

El tiempo sigue pasando y la ilusión que llega con cada anuncio y promesa se desvanece, mientras se acercan los dos años desde aquel último contacto entre una costa y otra.