La localidad de Gualeguay vio nacer a uno de los artistas más destacados de la historia argentina. Se trata del pintor Cesáreo Bernaldo de Quirós.


Fue un post-impresionista que trató todos los géneros de la pintura: figura, bodegones, paisajes, interiores, en otras palabras, un artista completo.


Su gran obra fue una serie llamada “Los Gauchos”, en las que reflejó el espíritu, la historia, las costumbres y los personajes de su tierra.


De destacada trayectoria en Europa, el entrerriano obtuvo numerosas distinciones en el país y en el exterior, siendo sus trabajos especialmente valorados por coleccionistas nacionales y extranjeros.


Primeros años y viaje a Europa


Descendiente de una familia española de alcurnia cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, Cesáreo Bernaldo de Quirós nació en Gualeguay, el 27 de mayo de 1879. Su padre había llegado al Río de la Plata a mediados del Siglo XIX, donde se casó con Carlota Ferreyra y fue intendente de la ciudad entrerriana. Cesáreo, el segundo de diez hijos, desde muy joven se inició en la pintura.


A la edad de 13 años se trasladó a Buenos Aires, e ingresó al taller del maestro valenciano de dibujo Vicente Nicolau Cotanda. Tres años más tarde se incorporó a la Academia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, bajo la tutela de los maestros Ángel della Valle y Reynaldo Giudici.


Luego de recibir el Premio Roma, fue becado por el gobierno nacional y viajó a Italia contando con apenas veinte años. Allí se perfeccionó y recibió incluso una mención en la Bienal de Venecia con una obra de grandes dimensiones en 1901. En 1905 viajó a España vinculándose con Zuloaga y Sorolla, haciéndolo más tarde a París, Florencia y Cerdeña.


Regresos triunfales


Cesáreo regresó al país en 1906 para organizar una exposición. Integró el grupo Nexus junto con Fernando Fader, Pío Collivadino, Carlos Ripamonte, Alberto Rossi y Justo Lynch. En esa muestra, tres de sus obras fueron compradas por el Congreso de la Nación.


Tras dar esa primera impresión en el público argentino, viajó nuevamente a Europa y se estableció durante cinco años. Allí conoció a la madre de sus dos hijos, y pasó temporadas en Mallorca y la ciudad de París.


En 1910 volvió a la Argentina para la gran muestra del Centenario, que fue consagratoria para Quirós: una sala completa fue dedicada a sus pinturas y obtuvo el Gran Premio y Medalla de Oro en la Exposición Internacional de Arte del Centenario. La obra ganadora, “La Carrera de Sortijas” fue comprada por la provincia de Entre Ríos en $ 20.000 de esa época. A partir de su destacado arte, Leopoldo Lugones lo calificó como “el pintor de la patria”.


En años posteriores se radicó en Villa Linda, en las afueras de Florencia, donde realizó su obra más colorida y luminosa. Con motivo de la primera guerra mundial, en 1915 regresó a Buenos Aires y logró brindar una gran exposición con éxito rotundo, siendo el artista nacional más importante. En ese marco, Quirós instaló un estudio en el Rosedal de Palermo y se cuestionó que su arte fuera europeo y no nacional.


Su obra cumbre


Definitivamente regresó para radicarse en la estancia de los Sáenz Valiente, en Entre Ríos, entre 1916 y 1927, en donde produjo una obra nítidamente gauchesca sin precedentes en las artes figurativas de Argentina.


Se trata de una serie de pinturas a las que llamó “Los Gauchos” y en las que reflejó el espíritu, la historia, las costumbres y los personajes de su tierra; que tuvo su correlato en la literatura de Leopoldo Lugones, Florencio Sánchez y José Ingenieros.


Estas obras fueron exhibidas en Buenos Aires en 1928 y luego recorrieron con gran éxito España, Alemania, Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Canadá. La gira se prolongó hasta 1936, año en que Quirós se instaló en Paraná.


Nunca quiso vender su serie de “Los Gauchos” y en la década del ‘60, la donó a la Nación, con cargo de exhibición en el Museo Nacional de Bellas Artes, condición jamás cumplida. Hoy se exhiben cuatro de estas obras y las demás se encuentran en el depósito.


Últimos años


En la capital provincial adquirió una gran extensión de tierra sobre las barrancas del río Paraná creando un museo con una vasta colección de armas, muebles, adornos y objetos de gran valor artístico.


Entre otras actividades vinculadas con el ámbito artístico, el artista proyectó importantes pinturas murales para el Jockey Club de Rosario y el Ministerio del Ejército.


A su vez, fue profesor en la Escuela Nacional de Artes Decorativas y presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.


Vivió en Vicente López los últimos veinte años de su vida, donde falleció el 29 de mayo de 1968.