Teatro

El horizonte no es el río

 


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Leonel Giacometto


No queriendo de antemano vender gato por liebre, no es una nota de adelanto la que sigue. O sí, en realidad; y, llegado el caso, también de opinión y reseña, que están más abajo, y vienen a cuenta por la venida de este saludable evento teatral de la generación que ya casi, más o menos, hace diez años que hacen lo que hacen, y se forjan quienes son.

La costa mosquito
“Desde el jueves 4 al domingo 7 de noviembre se desarrollará en Rosario la primera edición de Cruzar el Río Festival Internacional de Artes Escénicas. Durante cuatro días Rosario se convertirá en un gran escenario a la vera del río para disfrutar de espectáculos para todo público e intercambiar saberes y experiencias entre hacedores de las artes escénicas”, anuncia su parte de prensa. Y, se exponen: “Con el objetivo de expandir las producciones locales hacia el mundo y profesionalizar la tarea de quienes trabajan en el sector, Cruzar el Río Festival se propone visibilizar las artes escénicas de la ciudad, potenciar su mercado y generar conocimiento sobre ese campo artístico.

“Cruzar el Río es un festival de autogestión creado por cuatro realizadores escénicos locales (Dannae Abdalla, Mayra Sánchez, Julia LoGiudice y David Gastelú) ante la crisis que atraviesan las artes escénicas de la ciudad durante la pandemia. Es salir al encuentro para generar un diálogo intercultural y promover que las producciones escénicas puedan salir de Rosario al resto del mundo.

Durante los cuatro días, además, se desarrollarán charlas y conversatorios para profesionales del sector, para reflexionar sobre la dimensión territorial de las artes escénicas y la expansión de los circuitos teatrales. Asimismo, habrá un espacio destinado a potenciar el mercado local, donde realizadores escénicos de la ciudad podrán generar encuentros e intercambios con programadores nacionales e internacionales, con el objetivo de impulsar la conquista de nuevas plazas, acceder a nuevos públicos y generar más fuentes de trabajo para artistas de la ciudad.

Y, firmes en su soltura, los cuatro creadores, sentencian: “Cruzar el río es salir al encuentro, es la apuesta por abrir los circuitos habituales por los que transitan las artes escénicas de Rosario y habilitar nuevas articulaciones que nos permitan el redescubrimiento de lo propio y la vinculación con otros posibles caminos. La metáfora del cruce del río se presenta así como el desafío por trascender los límites de lo propio y redescubrirnos en el movimiento que nos une. Como artistas y gestores culturales nos mueve el deseo de producir en nuestra ciudad”.

El señor de las moscas

Hay una maraña de pelos en los hoteles donde se vienen haciendo los festivales de teatro desde hace más de veinte años, tanto dentro como fuera del país, que no necesita desmarañarse para darse a entender.

Siempre entre lo político y desde lo oficial, aun y a pesar que esto mute extranjero y alemán, la ruta de las obras que van a determinados festivales que nos pugnamos porque a algunos nos interesa -porque dejarse llevar queda bien-, y mientras que a otros ni les importa, todas esas obras, antes, tienen su entramado y ruta. Esta especie de ruta, por motivos varios, siempre estuvo en debate sobre La necesidad de tener espacios de experimentación, y no galpones vacíos.

El nada inocente, pero efectivo guiño de traerla toda perlada

Parece mentira, o una excusable exageración, pero haciendo un pantallazo sobre los eventos y festivales donde el teatro es centro, como Cruzar el Río Festival Internacional de Artes Escénicas no hubo. O no venía sucediendo, porque, haciendo énfasis en la saludable acción más allá de los detalles y programación, al fin, por fin, con al menos la impronta y una postura, la generación de hacedores teatrales que, hoy, ya cargan más o menos diez años de teatro, así nomas, sin saltar pero sí valiéndose de la aprehensión del entramado político oficial que hace y deshace estas cosas, de un lado y del otro, que no sería tan así esto porque los lados, en el teatro, y como las paredes en las alucinaciones, tienden a moverse.

Pero lo que Dannae Abdalla, Mayra Sánchez, Julia LoGiudice y David Gastelú hicieron fue gestar, darse a conocer, y hasta romper, ya no por capricho sino por necesidad artística, y hasta por hartazgo, este grupo de creadores, banderoleando lo que banderoleen, a gusto nomás, gestó esta primera acción, que, ojalá, no se la devoren los fantasmas del camino.

https://cruzarelrio.com.ar/



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