Lalo Falcioni
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“En Central ya las pasé todas y creo que es tiempo de un cambio de aire”. Esa fue la elocuente frase que disparó Federico Carrizo días atrás en una radio rosarina, dando una idea precisa de sus intenciones respecto del futuro inmediato. A “Pachi” le tocó estar en aquel plantel que descendió al Nacional B en 2010, siendo muy chico. Se bancó todo ese proceso y festejó el regreso a primera, sacándose una mochila muy pesada de la espalda. Pasó por el fútbol mexicano y por Boca, y regresó al club de Arroyito para encarar una segunda etapa, que luego de muchos altibajos culminó con el título en la Copa Argentina. Por eso, ahora está pensando en salir nuevamente.

Cuando el plantel auriazul volvió de las vacaciones, Carrizo les planteó a los dirigentes y al mánager Mauro Cetto su deseo de “cambiar de aire”, siguiendo los pasos de su amigo Marco Ruben, que ya está en Atlético Paranaense de Brasil.

El volante ofensivo de Central ya tenía charlas avanzadas con Cerro Porteño de Paraguay, institución que quiere tenerlo en sus filas, pero sus directivos no tienen los recursos para hacerse cargo de la cláusula de rescisión del futbolista.

En principio, la dirigencia de Central se negó a dejarlo ir porque el técnico Edgardo Bauza lo tenía en cuenta. Le ofrecieron una renovación del vínculo contractual, que vence en junio de este año, pero Carrizo no aceptó e insistió en su pretensión de cambiar de camiseta.

Ante esa circunstancia, el club rosarino aceptaría la salida a préstamo del mediocampista izquierdo. Y por las dudas, Bauza ya empezó a evaluar un posible reemplazante. Así surgió el nombre de Agustín Allione, el futbolista santafesino (nació en Amenábar) de 24 años que se inició en Vélez, luego pasó a Palmeiras de Brasil y actualmente juega en el E. C. Bahía de ese mismo país.