Ignacio Pellizzón


Desde hace por lo menos cinco años que los referentes del comercio rosarino buscan que se ejecuten obras de reacondicionamiento en peatonal San Martín. Se trata de una de las arterias económicas más importante del microcentro local, pero también una de las más postergadas en cuanto a obras. Tras el anuncio municipal de que por fin comenzarán con la renovación del área, dueños de negocios pusieron reparos por temor a que afecten las ventas en tiempos de reactivación pospandemia.

La Municipalidad presentó el plan de renovación de la peatonal San Martín y anunció que las obras arrancarían a fines de septiembre. El plazo de ejecución sería de seis meses. Esto generaría que se abarquen fechas importantes para los comerciantes como las fiestas, muy esperadas por todo el rubro.

La iniciativa oficial considera la remodelación íntegra de la peatonal San Martín desde calle Rioja a Mendoza y prevé la demolición total de los pisos existentes y la construcción de una nueva acera de intertrabado de hormigón, como el que está colocado en distintas zonas, entre ellas Ciudad Ribera, parque de la Arenera, la intersección de Mitre y Córdoba, entre otras.

También anunciaron que sumarían canteros como los que se están instalando en la peatonal Córdoba, llamados jardines de lluvia. Se incorporarían bancos y mobiliario urbano, mejor iluminación con guirnaldas de bombitas en cruces de galería y árboles en esquinas.

Se trata de una buena noticia para el sector, porque por fin “están llegando las obras públicas para el microcentro de Rosario, que hace muchos años las venimos solicitando desde la Asociación Casco Histórico”, señaló su titular, Fabio Acosta, a Mirador Provincial.

En la remodelación estrictamente de la peatonal San Martín, los comerciantes pedían reprogramar el inicio de los trabajos entendiendo que, en medio de una crisis económica junto con el impacto de la pandemia, las obras podrían afectar de forma directa las ventas de cara a fechas importantes que se avecinan en los próximos meses como, por ejemplo, la Navidad.

Para llegar a un acuerdo, se están reuniendo desde el municipio con los comerciantes para poder consensuar la forma en que se desarrollarán las tareas sin entorpecer a los titulares de los negocios que, de a poco, van tratando de salir a flote tras más de un año y medio de parate económico prácticamente absoluto.

Saliendo de la crisis
Según detalló el referente de Casco Histórico, en el pico de la pandemia, “llegamos a tener un 10% de la capacidad instalada de locales ociosa en el área central”, zona que ya venía golpeada por dos años de recesión económica.

Pero, la buena noticia, es que sobre el final del año pasado y en lo que va de este 2021, “se fueron ocupando progresivamente los locales, gracias al aumento de expectativas de los comerciantes de la mano de las flexibilizaciones que se fueron dando a las distintas actividades productivas y sociales”, indicó Acosta.

En el caso de las galerías céntricas específicamente, “tuvimos algunas en una situación atípica con varios locales vacíos muy por fuera de lo normal, como las que conforman el complejo de galerías de Rosario”, y en los últimos meses “se fueron ocupando aceleradamente”, solo quedando algunos muy puntuales por el alto costo que piden sus propietarios para alquilar los espacios.

Por fuera de las mismas, “también vemos que ocurre lo mismo con locales que continúan vacíos”, como, por ejemplo, los de mayores metros cuadrados que se ubican sobre las peatonales, pero “más temprano que tarde seguramente se volverán a ocupar de la mano de esta reactivación económica que estamos transitando”, concluyó el titular de Casco Histórico.