Belén Fedullo | [email protected] 


El martes 19 de octubre, a partir de las 8 de la mañana, la frontera con Uruguay, que permaneció cerrada durante más de un año y medio, volvió a abrirse. A través del decreto 990, firmado por el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y los ministros del Interior, Eduardo De Pedro, y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, el gobierno nacional habilitó como prueba piloto el puente internacional Salto Grande, que une a Concordia (Argentina), con Salto (Uruguay).


Todo era celebración y alegría, con el primer anuncio, pero eso después cambió. Entre Ríos tiene 2 pasos más. Uno que une a Colón con Paysandú, y otro que une a Gualeguaychú con Fray Bentos. Para ellos, la espera sigue. Además, hay un cupo limitado de personas por día y los requisitos que deben cumplir quienes quieren ingresar al país, así como salir de la Argentina, vuelven muy caro el viaje.

Detalles de la medida

Según las especificaciones del decreto, podrán ingresar al territorio nacional las personas de nacionalidad argentina y residentes en Argentina, y aquellos ciudadanos residentes de la República Oriental del Uruguay que hayan permanecido en este país durante los 14 días previos al ingreso al territorio nacional. El corredor permanece abierto de 8 a 16.


Además, quienes cruzan el puente deben completar una Declaración Jurada de Migraciones: puede ser previa mediante la web de Migraciones o completada en el lugar de manera física; presentar PCR negativo realizado en las 72 horas previas al paso y esquema de vacunación completo. A cada persona que no tiene esquema de vacunación completo se le realiza un test de antígenos al ingreso a la provincia.


Toda persona que ingresa a territorio provincial deberá realizar otro PCR entre el quinto y séptimo día del arribo, en caso de permanecer aún en la Argentina. Los costos de las pruebas y alojamientos de aislamiento que se dispongan, deberán ser asumidos por la persona que ingresa al país.


Los turistas y extranjeros no residentes deberán contar con un seguro con cobertura Covid-19. En cuanto al cupo de ingreso, permiten a diario de 350 personas, para evaluar y establecer la capacidad de testeo diario y la capacidad operativa del dispositivo.

Disconformidad y pedidos

Habían pasado pocas horas desde el anuncio cuando llegaron las primeras quejas. El grupo "Puente", formado por personas oriundas de Concordia y Salto, presentó una nota que luego se transformó en pedidos con concentraciones.


En un escrito, dirigido a las autoridades de la ciudad y de la provincia, la agrupación concluye que nunca fue escuchada y que "las autoridades actuales hicieron caso omiso a las necesidades de los ciudadanos binacionales ya que han aprobado un protocolo general sin tener en cuenta la realidad de este grupo de personas que debe trasladarse casi a diario por ese punto sanitario y fronterizo", expresaron.


"Repudiamos con indignación el protocolo implementado y queda demostrado una vez más, la falta de voluntad política para dar solución a las necesidades a las familias binacionales", aseguraron. El principal motivo por el que están disconformes es que el paso resulta costoso. En Uruguay, el test PCR cuesta 100 dólares, y para una familia con varios integrantes esto representaría un gasto elevado, casi imposible de pagar. Concluyen que la mirada del gobierno nacional no contempla la historia de pueblos hermanados que se sienten cerca, "nos sentimos más cerca con alguien de Salto que con un porteño", explican.


Tras el envío de la nota, decidieron manifestarse. Lo hicieron para pedir una flexibilización o protocolo distinto para las familias que comparten la vida entre una orilla y otra, pero también para apoyar a los ciudadanos de Colón, que pidieron la apertura de su paso.


Doris Correa, una de las fundadoras del grupo, contó a Mirador Entre Ríos: "Fue una más de las tantas acciones que hemos tomado en esta lucha con la que buscamos conseguir una flexibilización de tránsito vecinal fronterizo para las familias binacionales. En este caso nos unimos a una movilización simultánea entre Salto y Concordia, y Paysandú y Colón, que formaron un grupo hace poco".


"Nos juntamos en las cabeceras de los puentes de las 4 ciudades y llevamos nuestras banderas, nuestros carteles y nuestras voces, pero por ahora no hubo respuesta. Seguiremos así hasta que alguien entienda nuestro reclamo", aseguró.


Desde Colón reclamaron por la reapertura del Puente Internacional José Gervasio Artigas, sin que sea requisito contar con un test PCR, o al menos que este no se cobre. A un grupo de cuatro personas (dos de cada nacionalidad), se les permitió trasladarse a pie hasta la cabecera del puente para tomarse una fotografía. Luego Gendarmería facilitó un vehículo para el regreso. Después de eso, cantaron los himnos de cada país.


Además, cargaron contra los representantes políticos: "Acá deberían estar dando la cara los políticos a los que les ponemos el voto. Caminan la calle antes de las elecciones y después no les vemos la cara ni en la intendencia. Se llenan los bolsillos y están por sus intereses". A pesar de las marchas, las notas y los pedidos, no hubo cambios inmediatos.

Las quejas del sector comercial

Sumado a las familias y personas que trabajan en las dos costas, los comerciantes y empresarios del sector gastronómico se expresaron luego de la apertura. Según entienden, el modo en que abrieron los pasos no resulta beneficioso para un intercambio que permita mejoras en la economía, ni es el esperado.


El presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Concordia, Leandro Lapiduz, fue uno de los primeros en manifestarse. Aseguró que "no es la apertura que necesitamos, es necesario tener libertades de circulación entre dos países que han sido toda la vida hermanados y dos ciudades como lo son Concordia y Salto que tienen lazos estrechos".


Además, distintas instituciones, junto con integrantes del grupo Puente, se manifestaron frente al río Uruguay. Sostuvieron que "la dinámica de las ciudades fronterizas no está siendo contemplada por las autoridades, habiendo perjudicado gravemente lazos familiares, educativos, laborales, sociales y económicos", y concluyeron: "Necesitamos más libertad de circulación, más libertad de comercio, más libertad de trabajo".


Los días transcurren, y los interesados esperan que noviembre traiga novedades. El intercambio es necesario por muchas razones, pero las afectivas son las que más importan a la hora de poner todo en balanza. De momento, solo queda esperar y ahorrar, por si no hay cambios en los requisitos.