Ignacio Pellizzón [email protected]


A las pymes santafesinas, hoy por hoy, no las une el amor, sino el mismo problema: déficit de mano de obra calificada. El inconveniente atraviesa desde la industria maderera, pasando por la construcción hasta la metalúrgica.

Mientras las cifras exponen una importante recuperación productiva, alcanzando el mayor nivel de actividad de los últimos tres años, la problemática de no encontrar personal capacitado para tareas específicas atenta con mermar la acelerada recuperación pospandemia.

Cada empresario tiene su hipótesis de por qué está sucediendo este cuello de botella. Algunos mencionan que la desaparición de las escuelas técnicas provocó un vacío en determinadas tareas calificadas que hoy son muy difíciles de conseguir. Otros señalan por lo bajo que los salarios formales de las compañías no logran ser competitivos frente a personas que perciben algún subsidio estatal y acumulan trabajos informales. Por lo tanto, los que tienen conocimiento prefieren mantenerse donde están antes que ocuparse en empresas que no les significaría un gran paso en la economía personal.

A esta teoría la abona, también, un estudio elaborado sobre la base de datos del Indec que indica que en Argentina hay 1.500.000 de trabajadores registrados que son pobres. Representan el 15% del total de la población que está en blanco, de acuerdo al relevamiento elaborado con cifras oficiales del último trimestre de 2021.

Están también debajo de los niveles que marcan la pobreza el 45% de los trabajadores informales o en negro y el 41% de los cuentapropistas. Todos ellos no alcanzan con su sueldo a cubrir la canasta básica, que está hoy entre 75 y 98 mil pesos, según la cantidad de integrantes del grupo familiar.

Lo cierto es que las pymes santafesinas vienen teniendo un gran desempeño y buscan desarrollarse. De acuerdo al último informe de actividad que difundió la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), en febrero de 2022 el 73% de las actividades industriales registraron mayor producción en relación al mismo mes del año anterior.

La producción industrial en la provincia de Santa Fe creció en febrero el 3,1% comparado al mismo mes del año pasado y alcanzó el mayor nivel de actividad de los últimos tres años, ubicándose 9% por encima de febrero de 2020 y 13% arriba del mismo mes de 2019.

La mejora en la actividad económica de los últimos meses, destaca el informe de Fisfe, tuvo su correlación en el crecimiento del empleo registrado en el sector privado en la provincia que, a enero de 2022, había aumentado un 3,7 %.

Argumentos
El presidente de la Cámara de Industriales Madereros y Afines de Esperanza (Cimae), Gustavo Mehring, contó a Mirador Provincial que la industria afronta "problemas" de no conseguir mano de obra calificada. Desde su óptica, el sector tiene varias aristas "como operadores carpinteros, lustradores, tapicería, entre tantos otros" y lo que está pasando es que "gente capacitada para estas tareas "no se consigue".

Mehring ve como uno de los causales la falta de educación específica para ciertos oficios. El referente del sector maderero señala que hay una "realidad" y es que "no hay mucha educación técnica", porque en los últimos años "fueron desapareciendo".

Si bien desde Cimae "estuvimos desarrollando distintos cursos -con buenos resultados-, con el tiempo se nos hizo difícil poder sostenerlos y aumentarlos". Por ejemplo, en Esperanza "antes había escuelas de carpintería, pero ya no quedan". Se trata de una situación compleja que "no es sencilla" de resolver.

En la localidad "hay una escuela técnica que tiene un sector de carpintería, pero tiene un taller obsoleto prácticamente; se desarmaron las escuelas de este tipo". Por eso, ahora las empresas "tienen que capacitar a las personas y esto genera que se pierda mucho tiempo y dinero, y que no se resuelva el problema inmediato que uno tiene", cerró.

En la construcción, el panorama es el mismo. Preocupa la falta de mano de obra calificada. "Faltan tanto obreros como capataces", admitió a Mirador Provincial el presidente de la Cámara de Rosario, Rubén Llenas.

El titular de la entidad señaló que "después de la pérdida de obreros previo a la pandemia y durante la misma, ahora en esta etapa de pospandemia resulta muy difícil volver a tomar gente que tenía alguna capacitación para las empresas".

Llenas entiende que "la desocupación ronda el 7%, por ende, la gente está ocupada". Por ahí, quizás, "están más cómodos con trabajos informales y no quieren volver a sus puestos anteriores".

Por otro lado, el referente de la Construcción dijo que "había expectativas con respecto a la reconversión de los planes sociales al trabajo productivo y también con un programa de inserción laboral para la construcción con gente del plan Potenciar, pero esta gente que se inscribió no tiene la capacitación necesaria. Esto es lo que está pasando", aseveró.

En conclusión, Llenas negó que el problema tenga que ver con una falta de educación formal, porque "en este oficio no se pide tener primario o secundario completo, no tiene que ver con distintos tipos de enseñanzas, sino con capacitación en tareas específicas y con ciertas herramientas del oficio".

Roberto Lenzi, líder de una empresa de refrigeración y presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM), fue muy contundente en diálogo con Mirador Provincial. Insistió en que esta situación se viene gestando "desde hace tiempo" y, ahora, con el repunte de la actividad "se volvió más problemático".

"Me da la sensación de que se perdió la cultura del trabajo, la actitud, porque la gente rota muchísimo, no tiene sentido de pertenencia por las empresas y duran muy poco tiempo trabajando. Inclusive van cambiando hasta de rubro. Hay diferencias importantes entre los sectores en cuanto al salario, entonces pasan de Camioneros a Construcción o a la Metalúrgica".

Lenzi cree que "son muchos los que optan por trabajar de manera informal, porque evitan muchas quitas impositivas, según cada caso, mientras que hay otros que tienen planes asistenciales y prefieren seguir en la informalidad total porque sino pierden el subsidio", puntualizó.

A su vez, coincide en que "se perdió mucho la educación". Detecta que "hay una gran cantidad de pibes que no terminan el secundario y los que lo logran, llegan con conocimientos muy básicos. Entonces tenemos que capacitarlos de cero. Esto implica, por lo menos, seis meses solamente para arrancar".

Finalmente, el titular de AIM contó que en Briket comenzaron con una suerte de "escuelita" propia para formar de la mejor manera a todos los que quieran trabajar, "pero lamentablemente no logran terminar y se terminan yendo".

Radiografía productiva

Según el último informe de Fisfe, los sectores que más contribuyeron al crecimiento de la producción fabril provincial fueron Maquinaria agropecuaria (44,1%), Carrocerías y Remolques (29,6%), Productos metálicos para uso estructural (16,9%), Otra maquinaria de uso especial (15,5%), Papel y productos de papel (14,1%), Maquinaria de uso general (13,7%), Edición e impresión (9,6%), Fiambres y embutidos (9,1%), Prendas de vestir (8,1%), Manufacturas de plástico (6,0%), Autopartes (3,1%), Producto y de metal y servicios de trabajo metales (1,7%).

En tanto retrocedieron en la comparación interanual Productos lácteos (1,0%), Carne vacuna (1,2%), Molienda de cereales (1,3%), Muebles y colchones (4,9%), Molienda de oleaginosas (8,5%), e Industria siderúrgica (56,5%).

La mejora en la actividad económica de los últimos meses, destaca el informe de Fisfe, tuvo su correlación en el crecimiento del empleo registrado en el sector privado en la provincia de Santa Fe que, a enero de 2022, había aumentado un 3,7 %.

En el sector industrial, en tanto, el mismo el crecimiento en el sector industrial en todo el país fue del 2,8% en términos interanuales, lo que significan 31 mil empleos nuevos en el sector.

Las exportaciones fabriles en la provincia, en tanto, tuvieron un "dispar" resultado al comienzo de enero, según refleja el informe de Fisfe. Mientras que las manufacturas de origen industrial alcanzaron "buenos resultados", las de origen agropecuario se contrajeron tanto en valor como en volumen.

"Entre las primeras -dice el informe- se destacan los mayores despachos de la industria química, automotriz y bienes de capital con impacto positivo sobre sus niveles de actividad. La industria siderúrgica enfrentó una contracción de sus ventas externas. Por otra parte, las menores exportaciones de harina y aceite de soja fundamentaron gran parte del retroceso de las manufacturas de origen agropecuario. No obstante, crece el valor de las ventas externas de carne, lácteos, cueros y productos de molinería".