GABRIEL OBELAR
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Desde las primeras horas de la noche que en la ciudad de Paraná la lluvia se hizo sentir, en un aviso de la fría noche que pasará el hincha de Patronato, que empieza a derramar sus primeras lágrimas, mientras orgulloso, todavía habla de lo que pudo ser la hazaña y la épica del equipo.


Hace largas fechas atrás, Patrón dejó de depender de sí mismo, los resultados en varios casos no se dieron y, a pesar de ganar este jueves en Lanús y llegar a 34 puntos en la tabla, con el triunfo de Arsenal en el cierre de la fecha, 2-0 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, perdió la categoría.


Luego de siete años en los cuáles siempre luchó por sostenerse en la máxima división, en el Torneo que más mereció, el que fue más protagonista, el Rojinegro desciende. Si bien aún dependerá de lo que decidan los dirigentes y ‘Chiqui’ Tapia, por ahora Patrón ya piensa en lo que será el 2023 en la segunda división de nuestro fútbol, con otro presupuesto, siendo un peso pesado, con lo que implica y con un objetivo claro, el intentar volver rápido, más allá de que aún le queda una bala, la del “escritorio”, pero el dolor al pueblo Santo, no se lo quita nadie.


CAMPAÑÓN CON EL FINAL MENOS MERECIDO


Aún restan 6 puntos en juego, pero Patronato ya redondeó su mejor performance en Primera División en los 7 años en los que estuvo, igualando lo conseguido por Rubén Darío Forestello en la temporada 2016/17 (con 30 equipos), superando la de Juan Pablo Pumpido con 33 en la SuperLiga en la que descendieron anticipadamente Chacarita, Olimpo, Temperley y Arsenal, hoy verdugo Santo.


Patronato, en la antesala, fue uno de los mencionados anteriormente, pero no lo fue. El conjunto de Facundo Sava arrancó el Torneo “condenado”, “ya descendido” y dio pelea y batalla. No bajó los brazos y logró 9 triunfos, entre ellos a pesos pesados: Independiente, Boca, San Lorenzo, no pudo ser contra River y Racing, pero hizo méritos para que el destino fuese diferentes.
Merecimientos hizo varios, aunque la espina, sobre todo ahora, fueron los tres puntos que le arrebataron contra Barracas Central (que diferente sería hoy), la derrota ante el Arse en Paraná, el empate con Argentinos y el penal fallado, pero más no se le puede pedir a un equipo que jugó con la mochila de pésimas campañas y decisiones anteriores, que sumó 34 puntos y no le alcanzó.


Queda la ilusión de la Copa Argentina, donde también este Patronato da pelea, logró estar entre los 4 mejores, eliminando a River, esperando por Boca, a dos cotejos de Copas Internacionales, con la esperanza que en el escritorio, en Viamonte, se decida anular los descensos y seguir en Primera, para caer a tierra, remendar errores y ver al Rojinegro en la máxima división. Sino, tocará luchar para volver.