Pasaron tres meses de un crudo conflicto en la ciudad de Las Rosas –departamento Belgrano–. En el medio hubo medidas de fuerza de empleados municipales que incluyeron bloqueos de maquinarias que impedían el desarrollo de los servicios. También existieron denuncias y hasta enfrentamientos entre manifestantes y la policía que irrumpieron la calma de una localidad de unos 15.000 habitantes. Pero un fallo judicial y la intervención del gobierno provincial le devolvieron la normalidad a la comunidad.

Finalmente llegó la calma y Las Rosas parece que comienza a regresar a la normalidad. Fueron 90 días conflictivos con un Municipio “bloqueado”, sin el normal funcionamiento de servicios básicos y con privados dando una mano. “La ciudad está muy comprometida. Productores y empresarios nos han facilitado herramienta a lo largo de todo este tiempo. Si bien no era la adecuada, nos ayudó a mantener los servicios básicos durante tres meses. Imagínense, cuando se habla de un paro, las prestaciones básicas se tienen que cumplir. Acá eso no ocurría. La situación era grave porque se estaba poniendo a una comunidad en emergencia sanitaria”, contó el intendente de localidad, Javier Meyer, en diálogo con este medio.

Desde fines del mes de julio, y tras una audiencia en los Tribunales de Cañada de Gómez donde participaronel ministro de Gestión Pública, Marcos Corach, y el secretario de Justicia, Eduardo Massot, la jueza Marisol Usandizaga dictaminó el cese del estado antijurídico, fallo mediante el cual quedó garantizada la libre circulación de la maquinaria y el libre trabajo de los empleados municipales.“Hoy estamos trabajando normalmente, como debería haber sido siempre. No es que se terminó el conflicto. Lo que sucede es que el trabajador que quiera reclamar algo y considera que está a derecho de reclamar lo puede hacer sin impedirle nada al resto”, destacó el jefe del Ejecutivo rosense.

Con el regreso a normalidad, al menos desde las actividades laborales de los municipales y la prestación de los servicios, la intendencia comenzó a acordar arreglos de manera particular. “Con los empleados que están retomando sus actividades hicimos diferentes convenios. Es sacarlos de una situación complicada porque fueron tres meses donde la economía de muchos trabajadores empezó a deteriorarse”, contó Meyer.

Un conflicto que escaló con el correr de los días
A fines de abril, y ante una medida de fuerza impulsada por empleados municipales en reclamo de una actualización de las Asignaciones Familiares, el intendente de Las Rosas, Javier Meyer, tomó la decisión de descontar los días de paro realizados. A partir de allí, todo fue un caos. Durante tres meses que duró el conflicto hubo bloqueo de maquinarias, falta de servicios en la ciudad, manifestaciones, cortes de puntos estratégicos en la localidad y hasta enfrentamientos con la policía.

“Los municipios o cualquier empleador no tiene por qué financiar una medida de fuerza porque lo estamos haciendo con el dinero de la gente. Si hay un paro provincial, están totalmente a derecho de hacer el paro, de parar, de cesar actividad, de no presentarse al lugar del trabajo, pero está bajo la responsabilidad de cada uno. Después, uno está facultado a no pagar esos días”, se plantó Meyer al recordar lo ocurrido.

En la misma línea, el intendente apuntó contra un grupo del plantel de empleados que, a su consideración, fueron los impulsores de la medida. “En ese momento pararon setenta empleados y el resto de la planta, que eran unos ciento cincuenta, no lo hizo. Entones, el que vino a trabajar cobró y el que no asistió obviamente no cobró”, sentenció.