Gabriel Obelar 


El partido que perdió Patronato ante Huracán es explicable desde varios aspectos, de jerarquía, individuales, toma de decisiones en varios aspectos. Desde lo táctico, pocas cosas para reclamarle a Iván Delfino, que sigue sin encontrarle la vuelta al equipo.


Una vez más, el Viejo terminó caliente, con el ánimo por el piso, con pocas ganas hasta de hablar, ya sea con la prensa o quién este alrededor, aunque tuvo una mini-reunión post-encuentro, que seguro se repita en las próximas horas.


Lo cierto es que esta derrota, la sexta de manera consecutiva, que lleva a Patronato a su peor inicio en Primera División, pueda dejarlo sin entrenador y con una hoya que hierve, para quién tenga ánimos o la idea de agarrar a este equipo.


“Lo analizaré en casa”


Tardó mucho Iván Delfino en hacerse presente en la sala de Conferencia de Prensa, masticó bronca y encaró los micrófonos, sin ánimos de hacerlo, porque fue una cuestión que quedó a las claras.


Más allá del análisis, sencillo que realizó, el DT explicó: “Los errores que cometemos terminan en gol. No hay más vueltas. No le encuentro explicación a lo que nos está pasando”.


Y luego de ello, encendió las alarmas en Patronato, que no paran de sonar desde hace varios partidos: “Trato de ser lo más coherente posible, esto es difícil de sostenerlo. Es muy difícil perder seis partidos y que se sostenga y la decisión la tengo que tomar en frío en casa”.


De esa manera, se despidió el entrenador, que a la salida de la Conferencia, conversó con Gustavo Abdala, Gerente de la institución y con quién se volverá a reunir en las próximas horas.


Contexto 


En la previa, se rumoreó sobre el ¿Qué pasa si pierde? Está demás decir que la decisión final y la palabra del “me voy” o “me quedo” es pura y exclusivamente de Iván Delfino, a quién le sobra espalda para sostener este momento, pero se cansó.


La dirigencia apostó por él a sabiendas del año que está viviendo Patronato, con las elecciones en vísperas de realizarse y con el promedio que ya atrapó al Rojinegro. El mercado de pases, la idea era jerarquizar el plantel, aunque muchas opciones le dieron vuelta la cara a Patrón.


El Santo buscó centro delanteros de peso, pero muchos dijeron que no y prefirieron continuar en la Primera Nacional. Y eso que acá cobran al día y en la ciudad poco te recriminan.


Patronato dejó de ser la vidriera que por algún entonces pudo ser para un puñado de jugadores, que tras buenos rendimientos en barrio Villa Sarmiento, explotaron al exterior, pero pareció ser una gestión con fortuna.


La realidad marca que Delfino logró traer en el mercado lo que pudo traer y le faltó lo más importante, jerarquía para el momento y la situación. Le faltó peso en varias líneas. Hay rendimientos positivos y buenos, pero no alcanza para pelear el descenso. Todo un cúmulo de cosas, que al ídolo de la institución, que lo llevó a Primera con nada, lo hacen estar en la cuerda floja.


¿Y ahora?


El teléfono en calle Grella no parará de sonar, ya suena, más allá de que la decisión final de Delfino no está puesta sobre la mesa. Pero la mayor complicación, ahora, es dar en la tecla, dar con el entrenador que haga crecer un escalón más al equipo, que es un hervidero.


Patrón es una hoya caliente, que cada vez tiene más y más burbujas, que pierden el condimento. Lo cierto, es que hay que comenzar a pensar en un plan B, por si la situación no se revierte.