Instagramsci

El humor gráfico como herramienta para analizar la realidad

 


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Cristian Oliva


Lo primero que llama la atención de una de las últimas publicaciones de la editorial rosarina Rabdomantes es sin dudas su nombre. “Instagramsci”, en contra de muchos de los preceptos propios del marketing, depura al público invitando principalmente a aquel con edad y formación suficientes como para entender las referencias que confluyen en su título.

El libro se encumbra dentro de la categoría de “humor grafico” y aúna la serie de viñetas realizadas por el dibujante Maxi Falcone entre los años 2018 y 2020. En ellas incursiona con regularidad en esa inmediatez propuesta por el lenguaje de las redes sociales y los memes, y vuelca con gracia e ingenio las impresiones del teórico marxista y político Antonio Gramsci.

La premisa es más que interesante, permite quitarle solemnidad al mensaje de uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia, al tiempo que lo acerca y enfrenta a situaciones y personajes propios del siglo 21. “En mi afán por construir una asociación libre que me permitiera recordar la palabra “Gramsci”, busque asociaciones con los conceptos más cercanos a mi realidad: “gram…telegram…instagram…¡Instagramsci!. Lo siguiente fue imaginarme al fundador del PCI haciendo una selfie con un comentario típico de adolescentes en las redes. Me pareció de lo más gracioso. Hasta me acuerdo que caminé dos cuadras más y me senté en un bar para dibujar la idea. Al día siguiente la subí a mi fanpage en Facebook y de 250 seguidores salté a más de 1.000 en 24 horas. Todos parecieron leerlo como lo que era: un homenaje en tono de broma hacia el autor de los cuadernos que tienen en vilo a sus exégetas; una proclama hacia sus ideas y conceptos hoy tan en boga; una exaltación hacia el hombre que pensó y desarrolló la idea de 'la batalla cultural'”, remite el autor intentando explicar el surgimiento de la obra.

El juego ficticio derivará en encuentros con personajes de la cultura popular como Homero Simpson, además de otros referentes de la filosofía, religión y política como Jesús, Perón, Lenin, Leo Trotsky, Karl Marx, Michel Foucault, Emiliano Zapata, Frida Kahlo, Donald Trump, Slavoj Žižek o el escritor estadounidense John Steinbeck.

Cinismo y análisis inteligentes que tendrán un mayor efecto si es que conocemos las posturas básicas del escritor sobre teoría política, sociología, antropología y lingüística.

La edición

“Instagramsci” llega en una edición muy cuidada de 80 páginas que responden al clásico formato de 24 x 17 cm. Su edición en blanco y negro posibilita que rápidamente puedan destacarse su tapa y contratapa, espacios donde predomina el uso del color rojo. La elección, para nada casual, no solo apunta al marxismo y las políticas de izquierda en general; sino que es casi por defecto símbolo de las clases trabajadoras y sinónimo de palabras como revolución y revuelta.

El título de la publicación refleja apenas un ápice de lo que encontraremos páginas más adelante. Maxi Falcone, como autor, se hace cargo de su modo de ver el mundo exponiendo un compromiso político que es oportunamente sostenido por la editorial que lo cobija. En una época signada por la obsecuencia y la comodidad de las buenas formas, Rabdomantes ediciones compila y apuesta por un producto en el que, más allá del talento gráfico de su autor, lo que priman son las ideas y el afán de incomodar.

El arte de Falcone interpela desde la página inicial con su dedicatoria homenaje a Juane Basso, militante infatigable de HIJOS fallecido en 2021 y parte fundamental para la construcción del espacio Juicio y Castigo de la ciudad de Rosario.

“Con cada Instagramsci me había propuesto que debían tener cuatro características, ser actual, tener una mirada “gramsciana” o relacionada a otro autor contemporáneo, ser gracioso y ser optimista. La razón de esto último es que yo personalmente me había hartado de los análisis de intelectuales pesimistas que describen una realidad horrible y que no proponen una salida. Sentí que tenía que encontrar el optimismo de la razón”, señala el dibujante. Teniendo esto como norte, el autor detalla mediante notas el contexto en el que fueron concebidas las viñetas. La compilación se aleja del mero rejunte, justificando un contenido siempre atravesado por la inmediatez del momento. Falcone y el mundo no son los mismos en 2018, 2019 ni 2020 y por ello no resultan extraños los cambios de humor y rumbo que por instantes expone el trabajo.

El primer año, quizás el de mayor regularidad, está teñido por cierto descontento de su autor con muchas de las políticas adoptadas por el partido Ciudad Futura del que hasta esos momentos formaba parte y del que en 2018 renunció. “Yo seguí dibujando Instagramsci movido por mi convicción personal y lejos de los vaivenes partidarios. Por esto y porque me resultó siempre lo más divertido”.

La figura de Gramsci, dueño de una obra que reconoce a la política como actividad dominante, resulta entonces una herramienta indispensable para entender no solo el fastidio de su autor sino la actualidad y el cambio de época que vivimos.

“Allí me sentí libre para interpelar cuestiones propias de la organización o las contradicciones de ciertas izquierdas siempre desde una perspectiva interna. Nada más aliviador que reírse de uno mismo. Y nada más preciso que mirar con los ojos y conceptos de un pensador histórico la actualidad para descubrir que no ha perdido vigencia. Que el pensamiento dominante preserva su hegemonía en todos los ámbitos tales como el lenguaje, el deporte o los mismos espacios militantes que se pretenden disruptivos”, remite el artista. El año 2019 encontró a Latinoamérica envuelta en una serie de revueltas y acontecimientos que la obra de Falcone se encargó de recoger. Hay
menciones al levantamiento popular en Ecuador frente a la eliminación de subsidios así como la serie de protestas suscitadas en Chile tras el aumento del boleto.

Las impresiones del autor se cierran en 2020, año que lo encuentra artísticamente mucho mejor posicionado. El dibujante finalmente consigue una rotulación y fuentes con las que claramente se siente mucho más cómodo. Esa incansable búsqueda tuvo sus frutos, que pueden apreciarse en un dibujo más detallado y con mejores acabados.

“Instagramsci” es una atípica obra, un experimento finalizado en el que confluyen, ante todo, las ideas políticas de un autor al que se lo nota resignado con el correr de las páginas. Falcone frente a una realidad agobiante, y falto de espacios que lo representen, acentúa la importancia del humor gráfico como trinchera desde donde mirar la realidad y guarecerse. Su trabajo es íntimo, casi autobiográfico, donde sobresalen de modo frontal muchas de sus dudas.

El pensamiento de Antonio Gramsci y sus ideas en contra del capitalismo y del fascismo quedan plasmados en un espacio nuevo como es el de la historieta. Lo hacen sin perder potencia, incluso adquiriendo frescura a través de un lenguaje que lo acerca a estos tiempos plagados de hashtags.

El humor da lugar al análisis y viceversa, siendo ese quizás el valor supremo del trabajo. Una de sus viñetas reza: “porque la resistencia política se ejerce no solo con la organización y la lucha” y, aunque le pese, el trabajo de Maxi Falcone también la imparte desde el humor.

Su primer trabajo editado

“Instagramsi” es la segunda publicación que el sello Rabdomantes dedica al arte de Maxi Falcone. Llega porque no, tras la buena recepción de “Esquizomedia”, un libro de historietas con un marcado corte autobiográfico. La obra nació originalmente en el año 2008, siendo una especie de catarsis donde el autor volcaba muchas de sus vivencias a través de un blog. Referencias personales e intimidades, que paulatinamente fueron dando también lugar a una temática, si se quiere, que tenía mucho más que ver con lo laboral. De esa manera, Falcone reflejo en “Esquizomedia” los pormenores en la vida de los programadores de software, profesión que lo tocaba, indudablemente, muy de cerca.

Con un estilo cercano a autores como Robert Crumb o Peter Bagge, el autor indaga, sin guardia alguna, en su propia niñez y adolescencia muchas veces atravesada por la cultura pop de los años 80 y 90s. Al mismo tiempo analiza la cultura de masas, conceptos como la posverdad, la felicidad, los roles de género y la subjetividad del éxito. Explora momentos claves como la Guerra de Malvinas, el final de la dictadura, y la vuelta a la democracia. Análisis claramente subjetivos con los que el lector puede sentirse identificado sobre todo si se encuentra experimentando la famosa crisis de mediana edad.

El autor

Maxi Falcone nació en Rosario, es diseñador gráfico, ilustrador, programador, desarrollador web y, por si fuera poco, también músico. Algunas de sus ilustraciones han desfilado por blogs propios, y sitios webs como Rosario3. En la actualidad publica la tira "Alguien lo tenía que decir..." usualmente parte de la contratapa del semanario El Eslabón, al tiempo que colabora con el colectivo de humor gráfico político, Alegría. Es una de las patas más importantes de la publicación cultural Revista Rea. Musicalmente fue parte de la etapa inicial de la banda Matilda, mientras que hoy se encuentra trabajando en “Cromattista”.



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