Ariel Gustavo Pennisi


Kyle Klemencic nació el 17 de octubre de 1987 en Cleveland, condado de Cuyahoga, Estado de Ohio perteneciente a los Estados Unidos. A pesar de no ser el principal deporte en su país, Kyle se define como un amante del fútbol, pasión que despertó luego de practicar el deporte desde los cuatro años hasta terminar la secundaria: “Yo toda mi vida, desde pequeño, jugué al fútbol. En EE. UU. muchos niños van jugando a partir de los 4 años hasta terminar la secundaria, aunque no es una práctica profesional que te permita llegar a jugar en ligas”.

Su pasión por el fútbol lo llevó a tener una vida de hincha bastante particular. Conoció distintas ligas a lo largo y ancho del planeta, colmando su vida de grandes amistades y anécdotas que conforman un prontuario de recorridos llenos de lugares inhóspitos y algunos legendariamente populares como lo es el mismísimo Coloso Marcelo Bielsa. Allí pudo darse el lujo de despedir a unos de sus ídolos: Maximiliano “La Fiera” Rodríguez.

Como hincha tiene cariños muy especiales por el Liverpool Inglés, el Columbus Crew SC de su Ohio natal y el Newell’s Old Boys de Rosario aunque ante todo prioriza el encuentro con amigos para vivir la fiesta del futbol: “Juntarme con los amigos, estar en la previa, en la popular, saltando, gritando. Con la pandemia me di cuenta que la vida es corta y hay que aprovechar lo que podés disfrutar. Soy hincha de la hinchada, si hay amigos voy a cualquier lado, a saltar, alentar”.

El fútbol lo ancla en los estados emocionales más sensibles de su vida, recuerda el formato del fútbol franquicia de EE.UU. con mucha angustia por su desarraigo para con el hincha. No olvida la última vez que vio a su padre llorar: “Fue cuando mudaron al equipo. El dueño de la franquicia a modo de chantaje llevó el equipo para otra ciudad. Allí hacen eso, mudan a los equipos y hacen estadios con fondos públicos”.

En Liverpool
En su itinerario internacional, siguiendo las rutas de las pasiones futboleras recayó en el año 2012 en la ciudad de Liverpool al noroeste de Inglaterra. Sin perder la oportunidad cumplió su sueño de ver un partido del Liverpool Football Club y conocer en vivo la Premier League. Allí jugaba por aquel entonces el argentino Maximiliano Rodríguez, “La Fiera”, despertando su admiración e idolatría.

De la Premier League le llama mucho la atención la estructura publicitaria y el marketing que posee: “tienen enseguida la propaganda para vender cualquier cosa. Van caminando por la calle todos juntos cantando y adentro sentaditos como si fuera un partido de básquet. Te filman y al final del partido, enseguida tenés la publicidad de lo que sea”.

Su recorrido no se agotó en la premier, presenció distintas ligas de fútbol. Algunas exóticas como la vietnamita, y experimentó la fortuna de haber estado en partidos de Champions League.

Al regreso de su primer itinerario, decide dejar su trabajo administrativo en un banco para estudiar castellano y conocer Latinoamérica, aunque su deseo era conocer el fútbol sudamericano.

El aprendizaje del idioma para nada fue una tarea sencilla. A pesar de haber tomado clases en colegios y hasta en la universidad, tenía mucho miedo de hablar: “No sabía ni como pedir para ir al baño”. El lenguaje no fue impedimento para la aventura latinoamericana, compró un pasaje de ida.

En Latinoamérica
La primera estadía del viaje latinoamericano fue en Medellín, capital del departamento de Antioquía, Colombia en el año 2013. Comienza su primera experiencia como hincha de fútbol en Latinoamérica. En una sucesión de hechos que podrían describirse como azarosos, entabla contacto con la barra del Deportivo Independiente de Medellín (DIM) en el partido más esperado de la ciudad, el clásico paisa contra el rival de toda la vida, Atlético Nacional de Medellín.

Los nuevos contactos lo llevan a estar en la tercer fila de la segunda bandeja: “Los pibes me decían, acá hay que cantar, el que no canta se va para abajo. Fue una muy linda experiencia”.

Su siguiente destino reparó en un templo sudamericano. El emblemático Maracaná de Brasil. Conoció el nuevo Maracaná, “donde todos están sentados”. Le llama la atención la disciplina del público, anhela el relato de su amigo carioca, Luis que describe: “Un pasado de carnaval en las tribunas populares del viejo Maracaná”. Piensa que se pierde mucho incentivo con la gente sentada en lugar de parada.

Su próximo punto de llegada seria la provincia de Buenos Aires, Argentina. Más precisamente la ciudad de Tigre.

En Buenos Aires
Llegó a Buenos Aires instalándose en la ciudad de Tigre, donde realizó un voluntariado por 20 horas de trabajo, recibiendo alojamiento y comida como forma de pago. Allí conoció partidos de Libertadores. Vio a Tigre contra Olimpia de Paraguay, partidos de Racing, San Lorenzo y Boca. Admite: “Yo estaba feliz por ir a cualquier lado” en un itinerario sin destino propio que lo llevaba a entablar inesperadas amistades.

Conoció muchas canchas del fútbol argentino, sobre todo aquellas que se encuentran en provincia de Buenos Aires, teniendo la experiencia de ir con la hinchada local y visitante en tiempos donde ambas parcialidades conformaban un escenario natural en el fútbol argentino.

Formando parte de una comunidad mochilera en el año 2012 entabla amistad con el rosarino Leandro Levi, alguien al cual considera más que un amigo, un miembro de la familia al igual que otros contactos de la comunidad que le permitió intercambiar espacios de alojamiento y compartir distintas vivencias.

Con respecto a Leandro señala la particularidad: “Lo conocí porque busqué en la comunidad de mochileros alguien que tenga en el perfil que sea hincha de Newell’s. Ese fin de semana iba yo a Rosario y jugaba de local”. Consiguió entradas por medio de una amiga rosarina que había entablado amistad en Alemania.

Kyle Klemencic quedó deslumbrado por el clima que se vive en la ciudad antes de cada partido y sus previas. Luego de conocer innumerables ligas y estadios, con recorridos europeos y latinoamericanos, ubica la experiencia como única del mundo.

Sobre Newell’s y su gente
En Rosario fueron varios ya los partidos que fue a ver a Newell’s a partir del año 2017, incluso participó del tradicional banderazo antes de un clásico. No esconde la pasión que le despertó la hinchada: “Es impresionante como la gente de Newell’s es apasionada, puede ir perdiendo y sigue saltando, alentando. Es una locura, para mí eso es la definición más linda de lo que es apoyar, alentar”.

Pero el sentir de la hinchada de Newell’s no le queda reducido a las oportunidades que tiene de estar presente en el estadio: “A veces, me quedo atrapado mirando por YouTube videos de la barra cantando. Vivirlo en carne propia para mí es una locura. Eso es algo único en el mundo que hay acá, soy afortunado de tener estas lindas experiencias. Estar en la previa con amigos y cantar, saltar, alentar. Cuando me enteré que abrían las puertas de los estadios en Argentina, me saqué los pasajes con tres semanas de anticipación”.

Las vivencias lo educaron en la estereotipia del hincha pasional con su inexplicable folklore: “Acá me explicaron la cargada del parlante tachado, y es lindísima. Es como decir acá se usa puro pulmones. Me pareció genial. Me llamó la atención muchísimo, el espectáculo es alentar, no hace falta otra cosa para demostrar que se alienta, solo los pulmones. Por ejemplo en mi país la NBA pone otras cosas para vender el espectáculo. Acá es algo único”.

Admiración por “La Fiera”
El lunes 6 de diciembre Kyle Klemencic el forastero futbolero que nació en Cleveland estuvo en el estadio Marcelo Bielsa de la ciudad de Rosario. No fue para él un partido más. Fue el partido donde se despedía tras una larga y exitosa carrera profesional, su ídolo futbolero del Liverpool inglés y de Newell’s Old Boys de Rosario (dos clubes que le despiertan pasión) Maximiliano “La Fiera” Rodríguez. Ese día estuvo presente: “Maxi es un tipo humilde, habla más con sus acciones que con su fachada. Es parte del plantel y si no ves su cinta de capitán, no te das cuenta. Para mí es muy bueno eso. Es un tipo que inspira confianza, amigo de verdad, que podés confiar en él. Lo que hizo el para dejar el Liverpool y venir a Newell’s ¿Cuántas personas hacen algo así? Es impresionante”.

En el emotivo día, Kyle estuvo presente: “Con la despedida de Maxi, hasta me emocioné con lágrimas en los ojos, con el himno nacional, yo que no tengo nada que ver”. Ese día se emocionó hasta las lágrimas como cualquier hincha del fútbol. Maxi
es de Kyle, Maxi es de todos.