Gisela Mesa


Cerca de mil millones de personas en distintos lugares del mundo deciden prestar servicios voluntarios. ¿Por qué lo hacen? Será por que somos humanos y nos une el amor al prójimo. Cuando ocurren emergencias, los voluntarios brindan primeros auxilios, rescatan a personas de edificios derrumbados, desafían crecidas e inundaciones, y consuelan a quienes necesitan ayuda. Los voluntarios fortalecen la capacidad de resistencia de las comunidades y amplían el alcance de la asistencia de los gobiernos. En definitiva arriesgan sus vidas.

En virtud del contexto atravesado por la pandemia del coronavirus, en sus diferentes etapas y olas, Mirador charló con personal de esta brigada voluntaria de rescate que cuenta con una destacada trayectoria.

-¿Cuándo se fundó la Brigada de Rescatistas Voluntarios?

-Esta brigada se forma en 2015, cuando el fundador se retira de un grupo de rescate de Buenos Aires al que pertenecía desde 2011, cansado de no recibir capacitaciones para el grupo que había formado después de la explosión de calle Salta, incidente en el que prestó su colaboración y de allí se le encomendó conformar el grupo Rosario, se decidió con esos primeros integrantes ser un grupo independiente. A partir de allí se comienza con todo el trámite legal para constituirse como asociación civil sin fines de lucro.

-¿Cuándo se implementaron los ejercicios de rescate en la brigada?

-Los ejercicios de rescate se implementaron desde el primer momento que se constituye el grupo Rosario, dependiente de la brigada de Buenos Aires.

-¿Cómo se capacitan los instructores?

-Los instructores se capacitan con su propio sustento económico tomando instructorados en diversas áreas, rindiendo exámenes en el país y en el exterior. También se solicita colaboración de distintos especialistas y cuando se puede, se contrata algún instructor externo para recibir capacitaciones diversas.

-¿Qué prácticas se destacan en la brigada?

-El fuerte de la brigada es la asistencia sanitaria prehospitalaria, prestando los primeros socorros (básicos y avanzados), así como en la primera asistencia emocional de la víctima. También esta brigada se capacita en rescate vehicular, altura, ayuda humanitaria y comunicaciones. En nuestras tareas pateamos las calles en invierno para repartir ropa de abrigo a gente en situación de calle, asistir en algún accidente circunstancial en vía pública, asistir con bebida fresca a personas que cartonean bajo las elevadas temperaturas; asistir a los bomberos que están en la primera línea de trabajo con los pocos recursos que contamos, ya sea desde agua fresca hasta el espacio de charla para aportar elementos de la emocionalidad que poco se tiene en cuenta.

-¿Cómo surgió la vocación de brigadista en cada uno?

-En el caso del director, su vocación surgió desde muy pequeño al ver a su madre prestando ayuda a los evacuados cuando se inundaba el barrio Ludueña (hace casi 40 años) y otras tantas actividades solidarias que ella prestaba. En el caso del coordinador general, también desde pequeño, viendo cómo se ayudaba a la gente en la playa, se los asistía para salir del agua, y de ahí el "bichito" por ir viendo en qué se podía ayudar. Por parte de los brigadistas varios fueron de chicos, otros les ha nacido la curiosidad de los más grandes, pero todos con la idea primordial que es poder ayudar al prójimo. También encontrás casos de personas que se acercan a la brigada, prueban un tiempito y al ver que justamente no es su vocación se retiran de la misma. Siempre nuestro lema es: "nada nos obliga, solo el dolor de los demás". Por ello la gran invitación es que los brigadistas tengan ese deseo de prestar colaboración, ayuda, tener empatía ante la necesidad ajena. No es requisito tener formación previa, ya que la brigada aporta esas habilidades técnicas. Lo que más nos importa es la vocación al servicio. Siempre desde el equipo de dirección y coordinación general decimos que no hay experiencia más fuerte que cruzarse con la mirada de alguien que la pasa mal y pide ayuda. Solo mirar a los ojos de quien sufre nos interpela una respuesta y es allí donde la vocación de servicio se activa.

Momentos límite

-¿Recuerdan alguna situación que los haya marcado o dejado atónitos en algún rescate?

-Particularmente la experiencia más fuerte fue la de participar en la explosión de calle Salta en Rosario, en la que el fundador estuvo prestando su servicio (entre trabajo y trabajo) en el área de primeros socorros y acompañamiento de familiares de víctimas hacia el servicio de salud mental.

-¿Cuáles son los reclamos urgentes de los brigadistas?

-Una de las cosas que no existe es la legislación sobre el rescatista, sobre los voluntariados que se dedican a estas cuestiones específicas, y por tanto algunos beneficios sociales que puedan utilizarse para ampliar capacitación y equipamiento de las agrupaciones. Lo único que está reconocido y tiene un fuerte impacto social es el voluntariado de los bomberos, pero no el de asociaciones relacionadas con acciones afines o complementarias a estos.

-La indumentaria que utilizan en su equipo de trabajo, ¿cómo la adquieren?

-Es adquirida por cada uno de los miembros, justamente por no contar con algún tipo de beneficio o reconocimiento legislado. No queda otra que cada integrante invierta en su propio material de trabajo, sea indumentaria u otros elementos de práctica.

-¿La comunidad valora la labor de ustedes?

-Es difícil calificar la valoración de nuestra labor, ya que nuestro trabajo no tiene difusión ni prensa. Muchísimas veces solicitamos un espacio para poder dar a conocer nuestras actividades, pero con bastante desdén y con mucha suerte nos tomaban un número telefónico prometiendo algún tipo de entrevista que nunca llegó. Por este motivo, gran parte de la comunidad desconoce nuestro trabajo, y es así que preferimos trabajar y aportar en silencio. En definitiva, "que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha". En sus años de experiencia.

-¿Cuáles son los pasos a seguir para salir a un aviso de emergencia?

-Al tener muy buena relación con Defensa Civil Rosario, una institución que nos ha dado el espacio para participar como voluntarios y que apuesta al voluntariado, se nos avisa telefónicamente y a través de alertas internas, evaluamos personal disponible para ese momento y se conforma el equipo de trabajo. Contamos con una guardia pasiva que sabemos que un día en particular está disponible para responder (básicamente porque todos trabajan o están comprometidos con el estudio universitario y a veces se dificulta estar disponible toda la semana).

-Han realizado talleres de primeros auxilios, ¿la gente suele involucrarse en esos talleres o les cuesta más participar?

-En general esta dirección promociona muchísimo integrar en lo cotidiano el conocimiento de la RCP y los primeros socorros, generando espacios de capacitación totalmente gratuita en diversas instituciones, aún espacios de distinta denominación donde se trabaja con niños y adolescentes, pero en muchas oportunidades o aparece todo el sistema burocrático o, bastante frecuente, denostar el aprendizaje de estas habilidades que son muy importante para lo cotidiano, privando a su población a cargo de la posibilidad de adquirir elementos técnicos que puedan ayudar a una víctima. En tal sentido, siempre oímos hablar de ser empáticos pero muchas veces hay instituciones que poco se preocupan por formar personas comprometidas con lo social.

-¿Existe algún espacio o momento de acompañamiento entre ustedes mismos para el cuidado de su salud mental?

-Con respecto al acompañamiento emocional de los brigadistas, esta dirección durante la pandemia ha puesto a disposición de sus miembros un espacio virtual para charlar lo que iban transitando y cómo gestionaban el encierro, o acompañar los sucesos que podían ser más o menos traumáticos. Además, uno de los miembros pertenece a una red internacional que presta su servicio voluntario en catástrofes, emergencias y crisis, por lo que la visión del aspecto emocional siempre está presente.

-¿Qué mensaje le dejarían a la sociedad?

-Creemos que lo mejor que podemos transmitir es invitar a todos a cultivar el sentido de la solidaridad y compromiso social. Estos valores no vienen con la condición humana sino que es un ejercicio que se realiza cada día y que requiere el deseo de serlo y hacerlo.