Conrado Berón
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Cada ciudad de la provincia de Entre Ríos tiene su lugar icónico, el que aparece en las fotos o significa algo importante para sus moradores y visitantes.

La Paz tiene al río como protagonista principal de su paisaje urbano, la ciudad se encuentra pegada a esta cuenca hídrica e incluso la plaza principal se encuentra a escasos 500 metros de la costa. Pero hay lugares donde ese tipo de símbolo coincide con el acceso a esa ciudad o pueblo.

Su entrada es la primera impresión que se lleva el visitante y como dice el dicho: “La primera impresión es la que cuenta”. Es por eso que este año, el municipio paceño se propuso cambiarle la fisonomía al símbolo que se encuentra en el cruce de las rutas nacional número 12 y provincial número 1, conocido como “El arco”.

Esta estructura que fue inaugurada el 24 de enero de 1965 durante la intendencia de Domingo Lamboglia, con la presencia del gobernador de ese momento, Carlos Contín, había tenido una especie de embellecimiento en 2015, cuando le agregaron luminarias y se hizo un repintado.

Esta vez, las refacciones del arco incluyeron el cambio de los colores y de su iluminación.

Durante la etapa más dura del aislamiento, este lugar fue el único acceso a la ciudad. Debajo mismo del arco se encontraba un puesto de sanitización automática de los automóviles que ingresaban a La Paz y allí operaba el personal de seguridad que solicitaba los permisos pertinentes para ingresar o circular.

Testimonios

Raúl “Cacho” Petrussi, vive en Paraná y tiene 76 años. Toda la vida trabajó en la construcción y tiene recuerdos incluso de la construcción del Túnel Subfluvial que une Paraná con Santa Fe. Carlos cuenta que lo contrató la empresa Volcale, de Rosario, para la construcción del arco, en La Paz, y destaca que para esa época era una obra muy importante, por su tamaño.

“Teníamos tres turnos de ocho horas seguidas, se trabajaba las 24 horas, ya que por el hormigón no se podía cortar la construcción, para que se ligue todo. La obra duró tres años aproximadamente y cada 15 días volvíamos a nuestros hogares para ver a la familia. Éramos muchos obreros de afuera y la gente que se tomaba de la zona era más ayudante que otra cosa, todo era a pulmón porque no había la tecnología que existe ahora, lo hicimos a andamio y balde”, recordó.

Por otra parte, en sus redes sociales, el intendente de La Paz, Bruno Sarubi, publicaba el 7 de junio una semblanza sobre la intención que persiguió el municipio a la hora de realizar esta puesta en valor: “Si hay algo que nos representa y distingue como ciudad es el arco de acceso que, para los paceños, es algo más que un límite territorial. Cuando fui estudiante y volvía a mi ciudad, al llegar y verlo, el cuerpo se me llenaba de sensaciones difíciles de explicar; evocando un montón de vivencias de mi niñez. Con el paso del tiempo, el arco estaba perdiendo esa magia que provocaba. Por eso, decidimos ponerlo en valor. Si bien puede parecer una simple pintura, significa un gran trabajo artístico coordinado por diferentes áreas; convirtiéndolo en un emblema para la región para que, cada vez que regresemos a casa, siga emocionándonos”.

Sofía Álvarez tiene 23 años, es oriunda de La Paz y estudia en Paraná, y también brindó su testimonio: “Si bien en esta época pude viajar poco por la pandemia, para mí el arco es un símbolo nuestro, cada viaje de regreso es ansiedad pura para ver el arco, porque en ese momento te das cuenta que llegaste, que ya estás en casa, me pasa muy seguido que puedo ir durmiendo en el colectivo o en el auto que me lleva y sin saber por qué, me despierto minutos antes de verlo, así también cuando llega el momento de volver a estudiar, pasarlo te da nostalgia”.

Tomás García tiene 27 años y trabaja en Buenos Aires. “Me fui de La Paz a los 17, después del secundario, y no vuelvo mucho, pero tengo algunos familiares allá y cada vez que voy es una fiesta, encima parte de mi familia vive cerca del arco, por lo que para nosotros era un paisaje cotidiano. Recuerdo ver pasar el Triatlón, todos sentados en la sombra que da el arco y saludar desde ahí a los ciclistas. Para nosotros los paceños, ver el arco es saber que estamos donde queremos estar”.

El diseño y los colores

Alejandra Miranda es la directora de Cultura de La Paz y explicó en un video los motivos del diseño y los colores elegidos para este embellecimiento del emblema paceño. “Para el proyecto de la puesta en valor del arco hemos tenido en cuenta dos conceptos fundamentales: por un lado lo tradicional, la tradición, la historia y la identidad de la ciudad, por eso hemos pintado con esos colores la torre, que es símbolo de enraizamiento y se encuentra erguida en el acceso a nuestra ciudad. El otro concepto fundamental que se tuvo en cuenta es lo nuevo y el futuro, por eso se eligieron planos de color y diagonales, lo que da una sensación de una ciudad pujante. Por otro lado tenemos ángulos, los cuales algunos señalan hacía la ciudad y otro hacia afuera, marcando el ingreso y egreso”.