Patricio Dobal


La innovación científica tecnológica tiene alcance global y es valorada tanto por el capital privado como por los Estados que pugnan por cobijar a la mayor cantidad de desarrollos posibles como decisión estratégica. Con 19 años de antigüedad, el Parque Tecnológico Litoral Centro (PTLC) es un ejemplo cabal de cómo el esfuerzo público-privado permite que surjan emprendimientos que de a poco comienzan a escalar procesos del laboratorio al mercado.

Inscripto en agosto de 2002 como una Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria (SAPEM), siendo titulares de sus acciones por tercios el sector científico tecnológico, el gubernamental y las cámaras empresarias, el Parque ya vincula a 18 empresas y emprendedores que generan en la actualidad unos 400 puestos laborales. Solo para remarcar un dato que es clave, desde el parque se exporta a 33 países. Entre las empresas que están afincadas en el complejo hay un alto componente de firmas ligadas a la biotecnología, nanotecnología, TICs e ingeniería. Según el informe de las empresas 2019/20 casi el 60% de los puestos laborales tienen título terciario o universitario, y un 10% con posgrados concluidos.

Lo cierto es que el recorrido que hacen muchas de las startups que se encuentran en el espacio las lleva a crecer y en el 2021, hay más de una firma que tiene novedades para compartir.

Maduró y tendrá casa nueva

Uno de los casos más emblemáticos en la lista tiene como protagonista a la firma Acronex, que es una agtech, como se denominan a las compañías dedicadas al negocio de la agricultura digital. La sociedad nació en 2015 y desde su origen se dedicó a buscar soluciones tecnológicas para el monitoreo de las actividades del campo. De un sinnúmero de herramientas que pensaron, en el último tiempo pusieron todas las fichas para el crecimiento de su producto estrella: Unimap. Se trata de un software dedicado a monitorear la performance de máquinas y aviones agrícolas y detectar fallas en el momento en que se producen.

La empresa viene de meses muy activos. En plena pandemia abrieron una oficina comercial en Brasil con dos agentes dedicados a imponer el producto en el mercado del país vecino y van por más. "Nosotros estamos incubados desde 2015 en el Parque Tecnológico Litoral Centro y hoy el espacio que tenemos nos quedó chico. En su momento se partió el espacio de la administración del Parque y la mitad nos la dieron a nosotros. Allí operan hoy el laboratorio y las áreas de producción y desarrollo. Todo en 120 m2, ahora la apuesta es tener para fin de año 600 m2 donde poder trabajar cómodos, aunque el plan de máxima es ir a los 1.000 m2 en 5 o 10 años", explicó Gonzalo Slaboch, socio de la firma, sobre lo que se viene.

Acronex fichó un predio de 2.000 m2 en el mismo parque y ya tienen dispuestos los M que calculan deberán invertir para avanzar con la construcción de los primeros 600 m2 cubiertos de la primera fase. "Los planos están casi terminados, la radiación ya está pedida y confirmada, los fondos están comprometidos y faltan solo algún paso administrativo de Conicet, pero calculamos cuanto antes poder iniciar el montaje", agregó.

"La idea es que la oficina, más allá del área de producción, se convierta en un espacio de socialización, donde se fortalezca el trabajo en equipo, por eso el diseño de las nuevas dependencias busca recrear entornos agradables y lúdicos. El plan es que nuestro equipo se desarrolle en un ambiente agradable para pensar mejores ideas", explicó el emprendedor, que comanda la firma junto a su padre, Luis y a Julián Baldunciel, productor cordobés que es socio desde 2017.

Los que van por la sustitución de los antibióticos

Con el entusiasmo propio de quienes están cerca de dar un paso trascendental, quienes comandan Alytix nunca están quietos. La startup trabaja con bacteriófagos, reemplazantes naturales de los antibióticos químicos y creen que antes de fin de años podrían lograr la aprobación del Senasa de una primera solución para combatir una bacteria que afecta al ganado bovino. Además no descartan dar el salto a la investigación farmacéutica.

"Atacan una bacteria específica a diferencia de un antibiótico químico de amplio espectro, promueven un tratamiento focalizado que no destruye otras bacterias que son benéficas en el organismo en el que se encuentran", explica Marcelo Salame, CEO de Alytix, sobre la función que tienen los bacteriófagos en la naturaleza. El desarrollo que hoy se encuentra en fase de laboratorio está cerca de ver la luz, apunta a combatir la diarrea neonatal, un mal que afecta a muchos terneros y complica la productividad de los rodeos.

"La diarrea neonatal es la causante de un 20% de la mortalidad de los terneros y las experiencias a campo ya demuestran que aplicando Terfago, tal el nombre de la solución que creamos a base de bacteriófagos, se previene a la mitad dicha afección causada por la escherichia coli y la salmonella", indicó Exequiel Dunand, otro de los socios de la compañía.

Alytix ya lleva invertidos unos u$s 300.000 de fondos externos para avanzar en sus investigaciones. "Somos una de las startups apalancadas por el fondo nacional Gridx Exponential, que nos proveyó de u$s 200.000 para avanzar en nuestros trabajos y accedimos también a aportes no reembolsables del gobierno nacional", contó Dunand.

Más allá de que el inicio de las investigaciones de la startup están vinculadas a la sanidad animal, la tecnología con la que experimentan tiene diferentes usos, otro punto que ellos están dispuestos a capitalizar. "Una vez que arribamos al principio activo y dependiendo de los marcos regulatorios, la tecnología que experimentamos puede desarrollar soluciones tanto para productos veterinarios, para inocuidad alimentaria o para tratamientos médicos de personas", mencionaron.

El Parque ya vincula a 18 empresas y emprendedores que generan en la actualidad unos 400 puestos laborales.