Crímenes y sicariato

Hechos sangrientos que se no cesan jaquean a diario a Rosario

La saga de muertes violentas no termina en la ciudad más poblada de la provincia de Santa Fe. En los últimos ocho días se registraron 13 homicidios, a razón de uno cada 15 horas, a cualquier hora del día. Ya son 23 los crímenes registrados en 21 días de abril y 85 en lo que va del año en el departamento Rosario.
23-04-2022 | 9:23 |

Foto:Mirador
 Carlos Retamal | [email protected]

En los últimos ocho días (desde el jueves santo al jueves 21 de abril), el departamento Rosario lleva registrados 13 asesinatos, 11 de ellos en la ciudad cabecera, conocida como la Cuna de la Bandera "y la violencia", y ahora con un sello de crimen y sicariato. En lo que parece ser una triste costumbre, la saga de muertes, en su mayoría ejecutadas por aprendices de sicarios, no cesa.

En medio de todo, persisten las balaceras e intimidaciones a comercios y hasta a una escuela; y los baleados, con algunos de ellos internados en grave estado, con pocas probabilidades de sobrevida. Frente a esto, en las últimas horas se desplazó al jefe de policía.

Días de furia

Ya no se puede hablar de saga de muertes. Es un correlato diario de sangre, y pérdidas humanas, a cualquier hora del día, en diversos puntos de la ciudad.

En el centro de la escena, el pasado jueves santo, cuando muchos vecinos de barrio Empalme Graneros disfrutaban de una jornada agradable en la puerta de sus viviendas, aparecieron cuatro personas en dos motos y acribillaron a tiros a Cristian Leonel "Larva" Fernández, de 28 años, cuando estaba arreglando una camioneta Kia, de color bordó con vidrios polarizados, que estaba estacionada por calle Gorriti, casi en el esquina de Campbell.

Esta rama de la familia Fernández estuvo en los últimos años en las páginas policiales. Dos de sus hermanos, Ezequiel alias "Parásito" y José Horacio, conocido como "Grasita", fueron asesinados en 2018 en Granadero Baigorria, mientras que un tercero, Nahuel, alias "Chino", está desaparecido desde agosto de ese mismo año.

Ese mismo día se conoció la muerte de la dueña de un local de venta de cotillón, ubicado en avenida Rivarola al 6800 (a dos cuadras de avenida Provincias Unidas). En un primer momento se dijo que podía haberse tratado de un accidente, en especial porque no había desorden en el lugar, pero en la autopsia se hallaron mechones de cabello entre sus dedos y múltiples heridas de arma blanca en el cráneo y el cuello.

El viernes 15, poco más de 24 horas después del asesinato de "Larva", se cometió el crimen de Bárbara Verónica González, quien vivía en una casa a tan solo 10 metros de la esquina de Gorriti y Campbell.

Sobre la vereda y enredados en los árboles, quedaban restos de las cintas de plástico color blanca y roja con la palabra "PELIGRO" que usó la policía para delimitar la zona y en la calle podían verse todavía algunos trazos de las tizas que marcaban donde habían quedado las vainas servidas del crimen del jueves.

Pero nada importó a los sicarios que llegaron en un automóvil Ford Focus de color gris, estacionaron en la rampa de ingreso al garaje de la casa y desde ese lugar al menos uno de los cuatro ocupantes del rodado comenzó a disparar.

Bárbara fue alcanzada por al menos 5 plomos y fue trasladada en un patrullero hasta el hospital de emergencias, donde falleció. Todavía no está claro si ambos crímenes tienen alguna otra relación que el haber ocurrido casi en el mismo lugar.

El sábado santo, 16 de abril, se registraron otras dos muertes violentas. La primera se registró en la puerta de una casa del barrio Coronel Aguirre, al oeste de Villa Gobernador Gálvez, lugar donde se estaba celebrando un cumpleaños.

Según indicaron en su momento testigos a los investigadores policiales, poco después de la 1 AM apareció una moto con dos encapuchados que dispararon contra varias personas que estaban en la puerta.

Juan Sánchez, de 18 años, recibió al menos 10 impactos en la zona del cráneo, el pecho, brazos y piernas y murió en el hospital de emergencias Clemente Álvarez de Rosario.

El otro crimen ocurrió a media mañana del sábado. Ayelén González, de 25 años, fue asesinada cuando estaba con varios amigos en calle Uruguay al 4100, entre bulevar Avellaneda y Río de Janeiro, de barrio Triángulo, también conocido como Avellaneda Oeste, en la zona oeste de Rosario.

Ayelén recibió cuatro impactos de arma de fuego, uno de ellos en la cabeza y falleció prácticamente en el acto. En tanto, el autor del crimen se dio a la fuga. En los días posteriores se difundió por redes sociales un video en el cual Ayelén le pedía a un joven de 14 años, señalado por algunos testigos como el autor del ataque mortal, que dejara de disparar al aire un arma porque podría herir a alguien.

Sin descanso

Luego de un descanso por el domingo de pascuas, la ola de crímenes se elevó el lunes 18 con otras cinco muertes. La primera de ellas fue poco después de las 8 AM en pasaje Montero al 6400, detrás de la estación de trenes Apeadero Sur, cuando un joven de 23 años fue atacado a tiros mientras iba caminando a un jardín de infantes de barrio Las Flores este, en la zona sur, donde iba a llevar a su pequeña hija de 4 años.

Los atacantes aparecieron en un auto y se acercaron hasta la víctima, Kevin Alejandro Leguizamón y tras un breve intercambio de palabras, lo atacaron a tiros y se dieron a la fuga.

El joven recibió al menos 4 impactos, uno de ellos en la cabeza y murió a los pocos minutos. Su pequeña hija resultó ilesa, confirmaron varias fuentes. Las otras 4 muertes se registraron entre las 21 y la medianoche.

Unos minutos después de las 9 de la noche, en calle Salvat y Coronel Lugones, del barrio Lomas de Alberdi, a pocos metros de las vías que lo dividen de barrio La Cerámica, Matías Martínez, de 36 años, fue baleado por motociclistas mientras caminaba por esa zona. Fue alcanzado por impactos en el pecho y el cráneo y varios roces en sus brazos y quedó tendido sobre un manto escarlata, falleciendo a los pocos minutos.

Poco después de las 23 se halló el cuerpo de un hombre, todavía sin identificar, tirado sobre la calle, en inmediaciones de Rueda y Felipe Moré, en un sector del barrio Villa Banana en el cual se está realizando una amplia intervención por parte de los estados local, provincial y nacional para erradicar un precario asentamiento de viviendas.

Fuentes de la investigación señalaron que la víctima tendría entre 18 y 24 años y que tenía entre 8 y 10 orificios de arma de fuego. No tenía documentos y nadie en la zona dijo conocerlo. Cerca del cuerpo, los investigadores hallaron seis vainas calibre 9 milímetros.

Y minutos antes de la medianoche se produjo un hallazgo mucho más macabro: un automóvil Volkswagen Gol, totalmente calcinado, con dos personas en su interior, una en el asiento trasero y otra en el interior del baúl.

El vehículo estaba en medio de un camino rural, ubicado a la altura de calle Provincia de Misiones y la continuación de avenida 27 de febrero, detrás del complejo penitenciario 5.

Según peritos de la Agencia de Investigación Criminal, el auto estaba totalmente quedado y tenía un orificio, que se corresponde con un disparo de arma de fuego, a pocos centímetros de la tapa del tanque de combustible. Los dos cuerpos estaban totalmente irreconocibles y hasta el momento no han sido identificados.

Poco después de las 21 del martes 18, la seguidilla de violencia y muerte continuó con dos sicarios en moto que atacaron a tiros a dos hombres, padre e hijo, cuando iban caminando por una calle al noroeste de Villa Gobernador Gálvez.

El ataque fue en avenida Marcos Paz al 1800, a pocas cuadras del arroyo Saladillo, al norte del barrio Coronel Aguirre. Ambos recibieron múltiples disparos de arma de fuego y fueron llevados en auto hasta el hospital Anselmo Gamen, donde el mayor de las víctimas -identificada como Luciano Ramón Escobar Palacios, de 51 años- falleció a los pocos minutos, mientras que su hijo fue estabilizado y poco antes de la medianoche fue trasladado al hospital de emergencias Clemente Álvarez, en Rosario, debido a la gravedad de sus lesiones, provocadas por varios disparos de arma de fuego en el tórax.

En la tarde del miércoles 20, Joel Ariel Bulnette, de 31 años, iba caminando por inmediaciones de Felipe Moré y Lucio V. López, del barrio Empalme Graneros, cuando fue atacado por varias personas que se movilizaban en una chata de color roja, sin patente.

El hombre recibió múltiples impactos en distintas partes del cuerpo y quedó tendido al costado de la calle, a muy pocos metros de su casa. Vecinos lo cargaron en un auto y lo llevaron hasta el hospital Alberdi, donde falleció poco antes de las 19, cuando iba a ser trasladado al hospital de emergencias para una mejor atención.

Cerca de las 22.30 del jueves 21, en Felipe Moré al 600 bis, a menos de 100 metros del asesinato de Bulnette, sicarios ahora en moto pasaron y atacaron a tiros a varias personas que iban caminando por esa calle.

Como consecuencia del ataque, David Paredes, de 40 años, murió prácticamente en el acto, mientras que otras dos personas resultaron heridas y fueron trasladadas al hospital de emergencias Clemente Álvarez.

Cuerpo en un jacuzzi

Además de la saga de asesinatos, se investiga la muerte de Nara Acosta, de 33 años, quien fue hallada sin vida en la mañana del lunes 18 en el jacuzzi de la habitación de un hotel ubicado en calle Santa Fe al 1600, pleno centro de Rosario.

La mujer, oriunda de la provincia de Buenos Aires, había llegado el miércoles de la semana anterior junto a un hombre que se retiró el fin de semana en su auto. Esta persona, identificada como Ezequiel Maximiliano M., está siendo buscada por personal de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Los resultados preliminares de la autopsia, que se realizó bajo el protocolo de femicidio, no arrojaron la existencia de lesiones traumáticas. Y ante el avanzado estado de descomposición del cuerpo, el fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos, Adrián Spelta, solicitó que se realice una ampliación de los estudios, a través de exámenes anatomopatológicos.

Cifras que dan miedo

Ya son 23 los crímenes registrados en 21 días de abril y 85 en lo que va del año en el departamento Rosario, lo que equivale a uno cada 31 horas. A esta misma altura del año pasado, se llevaban registrados 72 asesinatos, casi el 20% menos que en este 2022.
Temas: EL MIRADOR 
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