Mirador Entre Ríos
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Estadio Azteca de la Ciudad de México. 29 de junio de 1986. Minuto 83, Argentina 2 - Alemania Federal 2. Diego Armando Maradona recibe la pelota en la mitad de la cancha y saca de la galera un preciso pase para que Jorge Burruchaga corra y defina a un costado de Harald Schumacher. Con ese gol, uno de los goles más importantes y gritados de la historia de nuestro país, el equipo de Bilardo conseguía la segunda y, por ahora, última Copa del Mundo.

Pero el legado del “Burru” no se resume a esa jugada y ese título. Además, el entrerriano fue subcampeón del Mundial de Italia 1990 y multicampeón con Independiente. Ahora es entrenador y supo ser mánager de la Selección, cargo al que renunció en marzo de este año.

En la cancha, el oriundo de Gualeguay se adaptaba tanto de delantero como de mediocampista. De hecho, fue socio ideal de jugadores de la talla de Maradona y Bochini. Además, es considerado un ídolo en el Nantes de Francia, donde hizo su primera experiencia en el exterior.

Su carrera

Jorge Luis Burruchaga nació en Gualeguay el 9 de octubre de 1962, allí vivió junto a sus 11 hermanos. Luego de superar una dura infancia, que incluyó la pérdida de su padre, un amigo íntimo lo llevó a la ciudad de Buenos Aires.

Si bien jugó en las inferiores de River Plate, antes de entrar en novena categoría quedó libre y pasó a Arsenal de Sarandí, donde completó las inferiores y debutó en Primera en 1979. Luego de tres temporadas en las que jugó 49 partidos y convirtió 9 goles, en 1982 fue transferido a Independiente.

En el club de Avellaneda es recordado por integrar un equipo orquestado por Ricardo Bochini, que marcó época en el fútbol argentino por su buen juego. En ese período, fue campeón del Metropolitano 1983; de la Copa Libertadores 1984 (anotó el gol del título contra el Gremio de Porto Alegre); y de la Copa Intercontinental del mismo año. En el “Rojo” completó 234 partidos e hizo 72 goles.

Por su buen desempeño en el fútbol local, fue transferido en 1985 al Nantes de Francia. Ya en su primera campaña en el fútbol francés, su equipo fue subcampeón y el entrerriano recibió el trofeo al mejor futbolista extranjero. Si bien es recordado hasta hoy en el club como uno de sus más talentosos jugadores, debido a graves lesiones de rodilla no pudo trascender aún más en la institución en la que totalizó 140 partidos con 27 goles.

Luego pasó al Valenciennes donde disputó 32 encuentros y marcó 10 goles. En este último club estuvo vinculado en un caso de soborno, lo que le valió un año y medio de suspensión. Tras cumplir la sanción, Burruchaga regresó a la Argentina para jugar en Independiente, en su vuelta se dio el gusto de volver a gritar campeón: de la Supercopa y la Recopa en 1995. Además, eligió a la institución de Avellaneda para finalizar su carrera en 1998.

La Selección y la gloria

Además de su paso por Independiente y el exterior, Jorge Burruchaga tuvo un destacado desempeño con la camiseta celeste y blanca. El entrerriano fue internacional con la Selección Argentina entre los años 1983 y 1990, disputando 59 partidos y marcando 13 goles.

Dos de ellos los anotó en la Copa Mundial de Fútbol de 1986 en México: el primero frente a Bulgaria para la victoria 2-0 en fase de grupos, y fue el autor del tercer tanto que valió el triunfo por 3 a 2 sobre Alemania Federal, nada menos que en la final.

En Italia 1990 fue fundamental para el subcampeonato de Argentina, siendo pieza clave en la victoria sobre la Unión Soviética por 2-0 anotando el primer gol y luego no falló cuando tuvo que definir por penales frente a Yugoslavia en cuartos y ante Italia en semifinales.

En los últimos años de su carrera estuvo cerca de ser llamado por Alfio Basile para la Copa Mundial de Fútbol de 1994 en Estados Unidos, pero finalmente quedó fuera de contemplación.

“Burru” entrenador

Desde su retiro del fútbol profesional en 1998, el gualeyo se ha desempeñado como entrenador. Se inició en Defensa y Justicia, en la segunda división, y luego pasó a Los Andes, hasta recalar en 2001 en Arsenal de Sarandí, al cual llevó a la Primera en 2002.

Luego, en 2005 dirigió a Estudiantes de La Plata, equipo con el que disputó la Copa Libertadores. Hasta que un año después arribó al club que lo vio brillar como futbolista: Independiente.

Si bien en el Torneo Apertura 2006 finalizó en la 4ª posición, en el Clausura estuvo hasta la 10ª fecha donde cosechó sólo 8 puntos de 30 posibles, con dos victorias y dos empates. Renunció luego de perder frente a Godoy Cruz de Mendoza por 0-2. En el Apertura 2008 asumió en Banfield y, tras un breve periodo, retornó a Arsenal en el Clausura 2009. En 2011 dirigió Godoy Cruz Antonio Tomba pero al poco tiempo renunció y al cabo de cinco meses asumió el mando del Club Libertad de Paraguay. Allí logró clasificar al equipo a la Copa Libertadores 2012 donde fue derrotado en cuartos de final por Universidad de Chile, en los penales, después de que ambos equipos empataran la serie 2-2. Ese mismo año, en el torneo local “Burru” consiguió que el equipo estuviese entre los mejores tres de la tabla.

En diciembre de ese año fue contratado como entrenador de Atlético Rafaela, en reemplazo de Rubén Forestello. Al finalizar el campeonato 2013/14 y luego de evitar el descenso en partido desempate, renunció a la dirección técnica siendo reemplazado por Roberto Sensini.

No obstante, dos años después volvió a dirigir al equipo del interior de la provincia de Santa Fe. Su última experiencia fue en Sarmiento de Junín, en 2016, pero sólo estuvo cinco partidos.

En 2017 asumió el rol de ser mánager de la Selección Argentina, aunque en marzo de 2019 decidió dar un paso al costado ya que su tarea convivía con la de César Luis Menotti, flamante secretario general de Selecciones.