Ignacio Pueyo
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"El ascenso es nuestro", "Somos de Primera", rezan los carteles que adornan la consagración en un vacío Estadio Municipal Javier Muñoz Delgado, donde el Club de Deportes Melipilla acaba de ascender a la máxima categoría del fútbol trasandino. Allí, luego de una agónica serie que finalizó con un global 1 a 1, la suerte le sonrió al equipo donde hoy es figura Gonzalo Sosa. Todo el equipo festeja eufórico la hazaña.

Sin embargo, más allá de la destacada campaña realizada a nivel individual por el santafesino, la fortuna le fue esquiva en la fase final. Cayeron en el primer encuentro por uno a cero y en la vuelta Sosa erró un penal y se fue expulsado en el segundo tiempo. No obstante, un partido no opaca la maravillosa campaña realizada, y el premio final.

- Si te decían antes del partido que te ibas expulsado, pero que ascendían igual me imagino que firmabas.
- Por supuesto, ni hablar. Obviamente que a uno le duele en lo personal, que te saquen faltando 15 o 20 minutos, el no poder estar ahí ayudando a los compañeros, corriendo, metiendo. Pero si antes del partido me decían "te expulsan y ascienden", sí, decime dónde y lo firmo. Se dio todo así, fue una final para el infarto y gracias a Dios se nos dio a nosotros.

- Realmente fue una final no apta para cardíacos.
- El primer partido de local salimos bastante dormidos. Muchos partidos, nosotros jugamos la liguilla con dos encuentros de ida y vuelta contra dos equipos que logramos superar. Y luego llegó este último equipo, la final contra San Felipe. Ellos nos estuvieron esperando porque tuvieron dos semanas de descanso y nosotros seguimos jugando miércoles y domingo. Entonces con tanto trajín de partidos, el compromiso de ida lo perdemos de local. No habíamos hecho las cosas bien, entramos dormidos y cansados. Pero sabíamos que nos hacíamos fuertes de visitante en este torneo tan atípico. Teníamos plena confianza de que lo podíamos dar vuelta de visitante. En el primer tiempo logramos convertir el gol, fue una buena jugada asociada. En el segundo tiempo tuvimos todo para ganarlo, lamentablemente no se dio y ahí se da mi expulsión.

Luego del 1 a 1 en los 180 minutos, llegó la intensa definición por penales, en la que Melipilla se impuso por 3 a 1 y así ganó el derecho de acompañar a Ñublense, el primer ascendido, a la máxima categoría del fútbol chileno.

"La verdad que lo que pudimos conseguir este fin de semana para mí es un logro personal y un premio al esfuerzo de tantos años, tantos años de carrera, de estar luchándola, pelear" afirmó el santafesino, al tiempo que agregó que: "Era lo que veníamos buscando y lo que merecíamos, porque este equipo viene con un proceso de dos años. El año pasado habíamos quedado afuera en semifinales, entonces gracias a Dios este año se nos dio y pudimos coronarlo de esa manera", comentó Sosa.

El largo camino recorrido
Hace más de diez años el futbolista se fue de su Santa Fe natal apostándolo todo al duro ascenso de la ciudad de Buenos Aires. Mal no le fue, porque a sus 19 años debutó profesionalmente en la primera de Atlanta, en la B Metropolitana, y un año más tarde consiguió el ascenso al Nacional B con el Bohemio.

Más tarde llegarían las oportunidades en Gimnasia de Concepción del Uruguay, Guaraní Antonio Franco, luego de pasar por Barracas Central y Sportivo Italiano. Este trotamundos del ascenso se encontró finalmente con la posibilidad de su primera experiencia en el exterior: Deportes Magallanes de Chile, y actualmente en Melipilla, ambos conjuntos de la Región Metropolitana, cercanos a la ciudad de Santiago.

"El ascenso, más que nada en Argentina, es duro y complicado. Venirme para acá fue un paso importante y conseguir esto mucho mejor. Coronar el año de buena manera, con el ascenso, terminar de goleador del torneo. Era algo que estaba buscando hace tiempo y gracias a Dios se me dio y hoy a mis 32 años tengo la posibilidad de jugar por primera vez en Primera División. Es algo que todo jugador sueña y estoy contento por eso" comentó Sosa del otro lado del teléfono.

"Desde que llegué acá me gustó el fútbol chileno. Se intenta jugar mucho con la pelota al piso. Tanto en primera como en la B hay muy buenos estadios, la mayoría son canchas muy lindas. Al haber buenos estadios, eso permite plasmar un lindo juego" relata Sosa. El delantero también destaca la importancia de los argentinos en el medio chileno: "La verdad que acá en cuanto a lo futbolístico es un fútbol lindo de ver. Por ahí no es tan disputado como puede ser en Argentina. Yo creo que ese salto de calidad que le dan los jugadores que vienen de Argentina, ya sea del ascenso o no, esa competitividad que tiene el argentino de querer ganar todo es un plus que tiene al venir acá."

Lo señalado por Sosa se corrobora si miramos cualquier tabla de jugadores destacados en el fútbol de ese país: En primera división, entre los máximos goleadores encontramos a Fernando Zampedri y a Joaquín Larrivey, entre otros argentinos que también están presentes. Además, Walter Montillo es el máximo asistidor en lo que va del torneo. El ex Racing Luciano Aued también figura en ambas listas entre los puestos principales.

Gonzalo Sosa destaca la evolución del fútbol chileno recordando que, por ejemplo, en esta temporada Coquimbo Unido llegó a las semifinales de la Copa Sudamericana: "Eso siempre es algo que se reprochan a ellos mismos, el por qué en el plano internacional no tienen representantes en las finales. Entonces de a poco, lentamente van cambiando los paradigmas acá, y el fútbol se empieza a hacer un poco más competitivo y se comienza a apuntar a que los equipos chilenos empiecen a hacerse más vistosos en el plano internacional."

El fútbol trasandino tiene actualmente en sus vitrinas algunas copas internacionales: en primer lugar la Copa Libertadores obtenida por Colo Colo en 1991, lo que le dio luego la posibilidad de hacerse con la Recopa y la Interamericana al año siguiente. En 1994, Universidad Católica ganó la Interamericana, disputándola por ser finalista de la Libertadores anterior, luego de que Sao Paulo desistiera de jugar dicho certamen. Finalmente, el último título logrado por un club chileno fuera de su país fue la Sudamericana en la que se proclamó la Universidad de Chile en 2011 bajo las órdenes de Jorge Sampaoli.

El 2021 de Gonzalo Sosa

Volviendo a la actualidad del ex Unión, Sosa es consciente que se encuentra ante uno de los mejores momentos de su carrera. Esto no sólo en el aspecto futbolístico, sino también a nivel personal y familiar: "La verdad que acá en Chile estamos muy bien, la familia está adaptada, estamos hace tres años. De hecho mi segunda hija nació acá en Chile. Así que en ese sentido vamos a tener que analizar bien la situación en caso de que salga algo. A mí se me terminó el contrato el último día que jugamos y ahora estoy a la espera."

- Comenzaste muy bien el 2021, pero el año es largo ¿Cuáles son tus objetivos a nivel personal o grupal para lo que resta del 2021?
- La verdad que tuvimos la posibilidad de ascender y quedé como goleador del campeonato con 17 goles, entonces para mí es un logro personal y grupal importantísimo. Eso marca un poco el piso de lo que uno busca de aquí en adelante: jugar en primera división, asentarme en la categoría, y comenzar a ser una opción para los distintos equipos de primera. De esta forma poder terminar mi carrera durante los años que me queden haciéndolo en la primera división.

Por otra parte, el delantero sabe que siempre está la posibilidad de retornar al país, lo que representaría un buen desafío para el goleador. "Hoy en día en el escenario en que estoy, para volver debería ser en un equipo que me dé un prestigio futbolístico. Tal vez un equipo chico de Primera División o un equipo importante del Nacional B que apunte al ascenso. Esas son las posibilidades que hoy en día yo podría analizar para volver a Argentina" afirmó Sosa.

Sin dudas que el fútbol chileno se llevó a un gran goleador, a quién le quedan varias temporadas para seguir demostrando su poderío futbolístico. El futuro es promisorio, puede ser en Chile, o tal vez en nuestro país, pero lo que es seguro, es que Gonzalo Sosa seguirá rompiendo redes allí donde la vida lo lleve.