Belén Fedullo
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El día estaba soleado, la cancha, llena. El escenario no podía ser mejor para Samira Fernández, la primera jugadora trans en sumarse al fútbol femenino de Concordia.

En sus ojos la emoción fue visible. Lleva la camiseta número 9, pisa el pasto del campo de juego y todo es concentración. No se emociona solo por estar vestida con la camiseta del club de sus amores, Unión de Villa Jardín, sino también porque toda su indumentaria y ese encuentro en una cancha representan para ella algo muy importante: una lucha ganada.

Su equipo perdió. No logró convertir ni un gol y cayó por la mínima ante Santa María de Oro, el puntero y candidato. Para ella, eso empañó muy poco el momento, es un detalle.

“Estuve muy nerviosa, no se si logré del todo ser yo, creo que me faltó un poco porque realmente me sentía con una mezcla de emociones que no puedo terminar de describir”, aseguró a Mirador Entre Ríos luego del encuentro. Tal vez eso no se notó, pero es lo que recordará cuando vuelva a la fecha en el calendario.

Una historia de lucha

Samira tiene 27 años. Nació en un barrio popular de Concordia y allí creció. En ese espacio, compartido con otros tantos, empezó a gestar el amor por el fútbol, aunque se daba cuenta que no eran los partidos “típicos” los que disfrutaba.

“Siempre me gustó mirar fútbol, lo veo desde chica, pero a mí no me gustaba el fútbol masculino, no me sentía cómoda tampoco jugándolo, hasta que descubrí que existía el femenino, que había mujeres que jugaban”, comentó.

Su camino aún no estaba definido, pero iba creciendo y notaba que quería sentirse cómoda. “Empecé a construir mi historia, tratando de ir siempre más allá del qué dirán. Logré mi identidad, tengo mi DNI con el nombre con el que siempre me identifiqué, tengo un grupo de apoyo. No fue fácil, pero valió la pena pasar todo lo que he pasado para llegar hasta donde llegué”, aseguró.

Más allá de su decisión de luchar por ser incluida en el fútbol femenino, Samira integra una organización de orgullo trans, con actividades guiadas por el área de Diversidad y Géneros de la municipalidad de Concordia. Entre las mujeres que asisten a ese lugar, concurren a espacios formativos que generan luego una inclusión en el mundo laboral.

“Yo estoy contenta, no porque ahora sepan quién soy yo, sino porque marqué un precedente. Las chicas trans podemos hacer todo lo que nos proponemos. Podemos ser camioneras, comerciantes, docentes, trabajar en el área de salud y hacer deporte con la ficha, federadas. Si lo que hice sirve para que entendamos esto, estaré el doble de feliz”, aseguró.

La joven concordiense recuerda que “el esfuerzo tiene recompensa” y siente que, desde su lugar, es importante recordar a quienes pelean por su identidad que deben seguir la felicidad “porque la vida es corta”.

El debut y la gran referente

Durante la semana, la jugadora había logrado el fichaje en la Liga Concordiense de Fútbol. Tras ese paso y mucho tiempo de entrenamiento, el DT decidió tenerla en cuenta.

Sobre el día de la tan ansiada presentación, le quedó grabado un gran recuerdo. “Esperé mucho ese día, no sabía que iba a haber tanta gente y eso me puso nerviosa, pero afortunadamente me dieron mucho apoyo y de eso me voy a acordar toda la vida, porque recibir ese afecto y esos aplausos me hizo dar cuenta de lo bien que había hecho. Además mis compañeras de equipo y las de los otros equipos me hicieron sentir cómoda, creo que las barreras a veces están un poco en nuestras cabezas”, contó.

Además de definir la experiencia como inolvidable, Samira elige y repite una palabra al referirse a su llegada al fútbol de manera oficial: orgullo:”Me siento orgullosa porque logré mi sueño, pero también porque vencí el prejuicio, porque llegué a un objetivo más y porque pude demostrar quién soy, ya que nunca me importó el qué dirán”.

Además de destacar su decisión, Fernández hace hincapié en lo que la llevó a pensar en ficharse. “Siempre tuve que jugar al fútbol 5, hasta que una chica un día me dijo que si tenía el DNI podía jugar fichada, ser una jugadora de la Liga, así que esa solidaridad también me hizo ir hacia adelante”.

La deportista también habló sobre su referente, Mara Gómez, la primera jugadora trans del fútbol argentino y aprovecha para dejar un mensaje. “Mara es un gran ejemplo para mí. Me dijeron que soy la segunda jugadora fichada y eso me llena de emoción. Ella dio un gran primer paso, hizo algo que es muy valioso y se que seguro son más las jugadoras trans que quieren jugar, así que ahora que gané notoriedad les diría que se sumen, que se animen porque la sociedad ya no tiene tanto prejuicio y somos nosotras las que tenemos que vencer el miedo para no estancarnos en el mismo lugar”.

De ahora en adelante, formará parte del primer equipo de Unión en cada encuentro. Ya sin los nervios del debut, espera poder demostrar por qué le dieron la 9 y dar lo que tiene para dar desde que comenzó a correr junto a la pelota.