Kevin Rivero
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Sin lugar a dudas que cualquier futbolista, desde las etapas formativas, sueña con llegar a Primera División, construir una trayectoria y, si es posible, disfrutar del profesionalismo en distintas partes del mundo. En este sentido, Tomás Kolln, logró una de sus metas anheladas: jugar en el exterior.

El entrerriano, que realizó sus primeras armas deportivas en su Concordia natal hasta pasar por las divisiones juveniles de Deportivo Armenio de Buenos Aires y continuar con su formación en All Boys -donde debutó como profesional-, en septiembre se sumó a las filas del OFI Ierapetra, conjunto que compite en la “Superliga Griega 2”, el segundo escalón del fútbol de Grecia.

Más allá de estar a más de 11.000 kilómetros de Argentina, el mediocampista está rodeado por varios compatriotas. “Al club en el que estamos lo compró un abogado de nuestro país y armó un proyecto futbolístico, donde empezó a traer a muchos argentinos. A él lo conocía desde antes y en el proyecto incluyó a Anibal Matellán como coordinador y mánager, y me hicieron la propuesta. Me interesó, me servía y me vine. Se dio de una manera que no esperaba”, dijo en un diálogo que mantuvo con MIRADOR ENTRE RÍOS.

El combinado griego cuenta en su plantel con 13 jugadores nacidos en tierras nacionales y, en algunos casos, en una situación similar que el protagonista surgido en Entre Ríos, realizando sus primeros pasos fuera de Argentina. Además del concordiense que llegó a la institución a préstamo con opción de compra en junio de 2022, los otros argentinos que conforman el equipo del sureste de Europa son: Lucas Soto (arquero), Francisco Delorenzi (defensor central), Juan Di Lorenzo (defensor central), Noah Toribio (defensor central), Juan Bautista Arrieta (mediocampista), Brian Benítez (mediocampista), Juan Cataldi (mediocampista), Alfredo Blancq Cazaux (interior izquierdo), Lucas Necul (mediocampista ofensivo), Alexis Messidoro (mediocampista ofensivo), Martín Gímenez (extremo derecho) y Nicolás Andereggen (delantero).

Sobre la oportunidad de compartir el plantel junto a varios compañeros de la misma nacionalidad, el volante dijo: “Para la adaptación y los momentos en los que extrañaba, fue muy fácil. Tenía mucho apoyo y fue una gran ayuda porque no estoy solo viviendo esta experiencia. Además, el vestuario es más argentino que griego porque entras y estamos escuchando cumbia; entonces, es algo que nos ayuda a todos. Trato de aprovechar todas las cosas que tengo a disposición e intento sacarle el mayor jugo posible a las facilidades que entrega este lugar hermoso. Pasamos mucho tiempo con los chicos y nos organizamos para comer juntos al mediodía y a la noche”.

Sin embargo, dejando de lado estos puntos a favor, la mudanza no fue sencilla para Tomás y debió afrontar nuevos desafíos en su vida. “Los primeros días fueron muy especiales, muy lindos. Es una isla que se ubica en el sur de Grecia, en un lugar muy hermoso con mucho turismo y altas temperaturas. La llegada fue fascinante hasta que comenzaron a transcurrir los días y cuando tuve que empezar a rearmar mi vida acá, se puso un poco más difícil. Hablo inglés y, por suerte, la mayoría de las personas habla este idioma pero, igualmente, no es sencillo comunicarse”, contó, y agregó: “Venía de estar varios años en Buenos Aires, con una día a día muy tranquilo porque tenía mi departamento, mi auto y una rutina organizada. Fue volver a empezar de cero, lejos de mi casa y, al principio, me costó. Luego de tres meses, estoy más tranquilo, pero fue un cambio muy grande”.

Cambios de escenarios

Además del proceso que lleva adelante para acostumbrarse a una nueva vida cotidiana, Tomás también encara una etapa de adaptación a una competencia que propone otro roce y otro ritmo de juego. “Hay una diferencia de cómo lo sentimos los argentinos y cómo lo siente el europeo porque tienen otra forma de entrenar y disfrutar el día a día. Pero, es una categoría muy difícil y pareja, y se la puede comparar con el ‘Nacional B’ o la ‘B Metropolitana’. Son divisiones muy duras y cerradas donde el que hace el primer gol casi seguro gana el partido; pero, también se pueden encontrar muy buenos jugadores y eso enriquece el torneo”, expresó.

“En lo personal me ha tocado vivir cosas que no estaba acostumbrado, como las lesiones. Ahora estoy con un problema con el tobillo que me tiene afuera hace cuatro semanas y espero poder volver de la mejor manera. A veces, son cuestiones de la vida y te tiene que pasar. No hay dudas que cuando mentalmente estás más débil, el cuerpo habla, pero algunas situaciones son de poca fortuna o mala suerte”, añadió.

Retos

Por otro lado, en vistas a las metas que se plantearon en la entidad europea, Kolln manifestó: “El principal objetivo del grupo es mantener la categoría. Queremos hacer un buen torneo porque el equipo necesita asentarse en la división para plantearnos cosas más interesantes en el futuro. Tenemos un plantel corto porque no somos muchos jugadores. Diez argentinos en el fútbol griego es raro y, seguramente, tenes que pagar un derecho de piso y, por eso, queremos seguir sumando para acomodarnos y competir en un nivel más alto”.

Sobre sus ambiciones personales, el jugador de 23 años, deslizó: “Pienso en hacer una buena temporada y tengo la cabeza puesta acá. Deseo hacer las cosas bien porque el club tiene una opción de compra de mi pase y si la hace, nos beneficiamos todos. Si tengo que volver a All Boys, lo haré porque viví un proceso muy lindo. Hice dos años en inferiores y tengo una cuenta pendiente y es que no pude asentarme en Primera División y jugar más partidos cómo me hubiese gustado. Pero, me quedo con todas las cosas que me tocó vivir”.

Por último, se animó a mirar en un período a más largo plazo, y declaró: “Me encantaría hacer mi carrera en Europa. Nuestro país no está pasando por un gran momento y me gustaría aprovechar esta oportunidad para seguir ganando experiencia con la mirada en el futuro”.