"Tenemos una capacidad en la planta de 450 kilos por elaboración y queremos producir el doble. Es decir, estamos hablando de hacer 900 kilos por semana, 3.600 kilos mensuales, por lo que serían 24 mil raciones en el mes", indicó Romina Bacigalupo, secretaria de extensión de la Facultad de Ciencias de la Alimentación.
Belén Fedullo
[email protected]
Hace 8 años, la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la UNER cuenta con una planta de elaboración de yogur probiótico que llegó como parte del proyecto por un acuerdo entre el gobierno de la Provincia, a través de la entonces ACTIER, el CONICET y la UNER. Así, desde 2014 se realizaron producciones que abastecieron a comedores y Centros de Desarrollo Infantil (CDI) de Concordia.
El "yogurito escolar" era entregado a los representantes de los grupos de asistencia barrial e iba acompañado por un proceso de capacitación sobre las buenas Prácticas y recomendaciones para la correcta manipulación de alimentos, que era desarrollado por un grupo de alumnos de la misma facultad de Ingeniería en Alimentos.
Que en el nombre figure la palabra "escolar" no es antojadizo. Es que el desarrollo del producto tiene como objetivo mejorar el estado nutricional y funcional de la población escolar más vulnerable.
Al ser realizado el yogur en base a probióticos, se obtienen múltiples beneficios para la salud de quienes lo consumen, entre los que se pueden nombrar: aumento de las defensas naturales de la población infantil a través del impacto en el sistema, disminución significativa de aparición de eventos infecciosos, disminución de incidencia de infecciones de vías aéreas superiores e infecciones intestinales y reducción de la frecuencia de parasitosis y el número de especies infectantes. Además, el consumo de yogurito permite reducir en un 50 por ciento la incidencia de las infecciones, a sólo una semana de comenzar su ingesta.
Retomar y generar más
La producción de "yogurito" estuvo financiada desde el año 2014 por el gobierno y funcionó con entregas a los merenderos hasta que fue interrumpida poco tiempo después. En el año 2019, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM) financió una nueva producción por 6 meses, que hizo llegar entregas a mil chicos, pero luego volvió a interrumpirse.
A pesar de la pandemia, este 2020 llevó a la Universidad y representantes del gobierno concordiense a pensar en reactivar el trabajo en la planta de la UNER y producir este alimento nuevamente. Ahora, en lugar de pensar en llegar a mil niños, pretenden generar una ampliación que llegue al doble.
En diálogo con Mirador Entre Ríos, Romina Bacigalupo, secretaria de extensión de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, contó: "El proyecto para volver está en formato borrador. Tenemos la idea, pero aún no lo presentamos para tener la aprobación, aunque esperamos que se dé pronto", y detalló: "Tuvimos una reunión con la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Marisa Paira, con el Senador Armando Gay y representantes del gobierno de Concordia, que escucharon a los representantes de UNER y se hicieron eco de la idea de duplicar las cantidades de producción respecto de años anteriores y de poner en marcha nuevamente el proyecto para llegar a barrios que lo necesiten".
En cuanto a los números concretos, señaló: "Tenemos una capacidad en la planta de 450 kilos por elaboración y queremos producir el doble. Es decir, estamos hablando de hacer 900 kilos por semana, 3.600 kilos mensuales, por lo que serían 24 mil raciones en el mes. El proyecto contempla que cada chico pueda merendar o comer ese yogur unas 3 veces a la semana, que es la recomendación para que tenga el efecto deseado".
Sobre el parate en la producción, indicó: "La planta está parada. Está todo en condiciones y se necesita el financiamiento para reactivarla".
El proyecto, que fuera puesto en práctica en la misma facultad que destina un día del año a sus "24 horas de producción solidaria" para ayudar a barrios carenciados, funciona con personal de la facultad, que tiene varias maneras de atender a necesidades de la población.
Según contó Bacigalupo: "Hay dos técnicos profesionales que están a cargo de la línea y son los responsables de la producción, y necesitaremos también a 12 becarios. Tenemos estudiantes formados para poder participar en esta producción y justamente la idea es involucrarlos en este tipo de acciones que significan un complemento a su formación profesional, teniendo en cuenta lo académico, lo que aprenden en el aula y laboratorio, que se unen con esto, que es trabajo en planta piloto. Tienen una llegada a territorio y demuestran el compromiso social que hay desde la universidad pública".
Expectativas
Aunque no hay una fecha precisa para la vuelta de la producción, desde la facultad aseguran que la intención y buena voluntad está, que ya existe el borrador y se animan a pensar en volver en el corto plazo. "La idea es hacerlo cuanto antes, no sé si hablar de fin de año pero seguro a principios de 2021", concluyó la secretaria de extensión.
Todo parece indicar que después de idas y vueltas, y en el peor momento de la economía, el costado solidario de alumnos y profesionales intentará mejorar la calidad de vida de pequeños, para que tengan mejores posibilidades de desarrollo e inserción en la sociedad.
La ciudad más pobre del país
En el ranking de INDEC del primer semestre de 2020, Concordia volvió a figurar en el primer lugar entre las ciudades más pobres del país, con más de un 50% de sus habitantes bajo la línea de pobreza. A los problemas que comúnmente afectan a los barrios vulnerables se sumó la pandemia, que hace que muchas familias que vivían de trabajos temporales vean afectado ese ingreso de dinero. Atentos a la situación, desde la facultad están estudiando a qué zonas proveer del yogur que ayudará en la alimentación de los más pequeños.
"Todavía no definimos lugares. Tenemos muchos barrios vulnerables en la ciudad, pero con el alcance que tendremos estudiaremos una zona en particular para ir a hacer las entregas, ya que nos parece importante hacer un seguimiento de los niños y niñas que consumen el producto", indicó Bacigalupo.
[email protected]
Hace 8 años, la Facultad de Ciencias de la Alimentación de la UNER cuenta con una planta de elaboración de yogur probiótico que llegó como parte del proyecto por un acuerdo entre el gobierno de la Provincia, a través de la entonces ACTIER, el CONICET y la UNER. Así, desde 2014 se realizaron producciones que abastecieron a comedores y Centros de Desarrollo Infantil (CDI) de Concordia.
El "yogurito escolar" era entregado a los representantes de los grupos de asistencia barrial e iba acompañado por un proceso de capacitación sobre las buenas Prácticas y recomendaciones para la correcta manipulación de alimentos, que era desarrollado por un grupo de alumnos de la misma facultad de Ingeniería en Alimentos.
Que en el nombre figure la palabra "escolar" no es antojadizo. Es que el desarrollo del producto tiene como objetivo mejorar el estado nutricional y funcional de la población escolar más vulnerable.
Al ser realizado el yogur en base a probióticos, se obtienen múltiples beneficios para la salud de quienes lo consumen, entre los que se pueden nombrar: aumento de las defensas naturales de la población infantil a través del impacto en el sistema, disminución significativa de aparición de eventos infecciosos, disminución de incidencia de infecciones de vías aéreas superiores e infecciones intestinales y reducción de la frecuencia de parasitosis y el número de especies infectantes. Además, el consumo de yogurito permite reducir en un 50 por ciento la incidencia de las infecciones, a sólo una semana de comenzar su ingesta.
Retomar y generar más
La producción de "yogurito" estuvo financiada desde el año 2014 por el gobierno y funcionó con entregas a los merenderos hasta que fue interrumpida poco tiempo después. En el año 2019, la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM) financió una nueva producción por 6 meses, que hizo llegar entregas a mil chicos, pero luego volvió a interrumpirse.
A pesar de la pandemia, este 2020 llevó a la Universidad y representantes del gobierno concordiense a pensar en reactivar el trabajo en la planta de la UNER y producir este alimento nuevamente. Ahora, en lugar de pensar en llegar a mil niños, pretenden generar una ampliación que llegue al doble.
En diálogo con Mirador Entre Ríos, Romina Bacigalupo, secretaria de extensión de la Facultad de Ciencias de la Alimentación, contó: "El proyecto para volver está en formato borrador. Tenemos la idea, pero aún no lo presentamos para tener la aprobación, aunque esperamos que se dé pronto", y detalló: "Tuvimos una reunión con la ministra de Desarrollo Social de la provincia, Marisa Paira, con el Senador Armando Gay y representantes del gobierno de Concordia, que escucharon a los representantes de UNER y se hicieron eco de la idea de duplicar las cantidades de producción respecto de años anteriores y de poner en marcha nuevamente el proyecto para llegar a barrios que lo necesiten".
En cuanto a los números concretos, señaló: "Tenemos una capacidad en la planta de 450 kilos por elaboración y queremos producir el doble. Es decir, estamos hablando de hacer 900 kilos por semana, 3.600 kilos mensuales, por lo que serían 24 mil raciones en el mes. El proyecto contempla que cada chico pueda merendar o comer ese yogur unas 3 veces a la semana, que es la recomendación para que tenga el efecto deseado".
Sobre el parate en la producción, indicó: "La planta está parada. Está todo en condiciones y se necesita el financiamiento para reactivarla".
El proyecto, que fuera puesto en práctica en la misma facultad que destina un día del año a sus "24 horas de producción solidaria" para ayudar a barrios carenciados, funciona con personal de la facultad, que tiene varias maneras de atender a necesidades de la población.
Según contó Bacigalupo: "Hay dos técnicos profesionales que están a cargo de la línea y son los responsables de la producción, y necesitaremos también a 12 becarios. Tenemos estudiantes formados para poder participar en esta producción y justamente la idea es involucrarlos en este tipo de acciones que significan un complemento a su formación profesional, teniendo en cuenta lo académico, lo que aprenden en el aula y laboratorio, que se unen con esto, que es trabajo en planta piloto. Tienen una llegada a territorio y demuestran el compromiso social que hay desde la universidad pública".
Expectativas
Aunque no hay una fecha precisa para la vuelta de la producción, desde la facultad aseguran que la intención y buena voluntad está, que ya existe el borrador y se animan a pensar en volver en el corto plazo. "La idea es hacerlo cuanto antes, no sé si hablar de fin de año pero seguro a principios de 2021", concluyó la secretaria de extensión.
Todo parece indicar que después de idas y vueltas, y en el peor momento de la economía, el costado solidario de alumnos y profesionales intentará mejorar la calidad de vida de pequeños, para que tengan mejores posibilidades de desarrollo e inserción en la sociedad.
La ciudad más pobre del país
En el ranking de INDEC del primer semestre de 2020, Concordia volvió a figurar en el primer lugar entre las ciudades más pobres del país, con más de un 50% de sus habitantes bajo la línea de pobreza. A los problemas que comúnmente afectan a los barrios vulnerables se sumó la pandemia, que hace que muchas familias que vivían de trabajos temporales vean afectado ese ingreso de dinero. Atentos a la situación, desde la facultad están estudiando a qué zonas proveer del yogur que ayudará en la alimentación de los más pequeños.
"Todavía no definimos lugares. Tenemos muchos barrios vulnerables en la ciudad, pero con el alcance que tendremos estudiaremos una zona en particular para ir a hacer las entregas, ya que nos parece importante hacer un seguimiento de los niños y niñas que consumen el producto", indicó Bacigalupo.
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