Tras una temporada sin actividad, la estación fluvial de Rosario se prepara para retomar los cruces a las islas durante noviembre. Ello será posible a partir de la realización de diversas obras que por estas semanas avanzan a paso firme, en el marco de la recuperación del predio ubicado en la costanera central a manos del Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro).

En el marco de una recorrida con la prensa, las autoridades del Enapro mostraron los avances de los trabajos, que incluyen refacción de los sanitarios, recuperación del hall central, colocación de nuevas barandas en los muelles y mejoras integrales en todo el complejo, que hasta hace unos meses estaba en manos de la empresa concesionaria. Con todo, la posibilidad de viajar al banquito San Andrés -un clásico del verano rosarino- está supeditada al nivel del río Paraná.

Según indicaron el titular del ente Guillermo Miguel y el director de Asuntos Jurídicos, Marcelo Terenzio, se requiere un mínimo de 0,30 centímetros para que las distintas embarcaciones levanten pasajeros desde la estación fluvial. Aunque el escenario es incierto, las chances de retomar los cruces son altas, en función de los últimos registros y de perspectivas de lluvias desde Brasil.

“Estamos abriendo el juego para que los distintos operadores fluviales se pongan en contacto con nosotros para avanzar en los viajes, que podríamos retomar después de mediados de noviembre. Nuestro objetivo es que se sume la mayor cantidad de lancheros posible para así poder tener costos más competitivos”, valoraron las autoridades, en funciones desde diciembre de 2019.

Por estos días, otra de las negociaciones abiertas en el Enapro es la que permitiría reabrir uno de los espacios gastronómicos que funcionó hasta la temporada pasada. "Estamos viendo esa posibilidad. El tema es que no queremos una relación que se extienda más allá de este verano, para que no afecte la planificación general del resto de los espacios", indicaron.

Vale recordar que a mediados de año, el organismo estatal "recibió" el complejo de manos de Caprile SA, la firma que lo explotó comercialmente durante los últimos 22 años. La Provincia tiene la firme intención de volver a concesionar el lugar, pero no ya con el formato histórico sino subdividiendo los espacios, a través de pliegos independientes.

Historia

La estación fluvial rosarina está ubicada estratégicamente en la costanera central, a metros del Monumento Nacional a la Bandera. Fue inaugurada en 1950 por el ex presidente Juan Domingo Perón y se trata del único puerto de pasajeros construido en esa localidad. Comprende un total de 3.900 metros cuadrados cubiertos y tiene entre sus grandes atractivos los murales del "pintor de las islas", Raúl Domínguez.

Para las autoridades del Enapro, el sitio fue encontrado en condiciones “muy deterioradas”. Por estas semanas diversas cuadrillas de operarios trabajan en la puesta a punto del lugar de mayor tránsito potencial, vinculado al cruce de islas. El otro espacio con posibilidad de ser utilizado en el corto plazo son los dos salones ubicados en la planta alta del complejo, con capacidad para 300 personas. Por ahora serán simplemente puestos a disposición del Estado provincial, no previéndose usos privados.

Plan estratégico

Más allá de las reformas en la estación fluvial, las autoridades se explayaron acerca del resto de las actividades vinculadas al puerto de Rosario. En esa línea, indicaron que recientemente se firmó un contrato con la firma Port Consultants Rotterdam, oriunda de esa ciudad holandesa y responsable de diagramar el plan estratégico, que será finalizado a mediados de 2022. La iniciativa demanda un gasto de 110.000 dólares.

A diferencia de lo que sucede con otros puertos de la provincia, en el de Rosario no habrá mayores novedades hasta dentro de un largo tiempo. Es que para Terenzio y Miguel, lo más importante es tener una hoja de ruta que permita echar luz sobre las verdaderas necesidades. "Vamos a dejar una piedra fundamental, para que el que venga después pueda continuarlo", dijo oportunamente Miguel. Los funcionarios defienden esa posición planteando que, al asumir, se encontraron con una situación muy compleja desde lo administrativo.

Aún sin grandes inversiones, igualmente las autoridades plantearon que hubo avances en otras zonas del puerto, como la ex zona franca paraguaya, donde a partir de este año se obtuvo la habilitación de Prefectura para su explotación como zona de amarre.