Foto:Gentileza.
Ariel Gustavo Pennisi
Con citas pactadas para los días viernes de noviembre a las 22 en Teatro La Morada (San Martín 771, Rosario), la obra escrita y producida por Juan Pablo Giordano transita por las tablas rosarinas por primera vez aunque cuenta en su haber con 10 años de historia en los teatros porteños.
Humor y tragedia se entrecruzan en esta provocadora obra, con el sello natural que marca su génesis como bien afirma su autor en diálogo con Mirador: “Yo la obra la escribí en el año 2011, ese año se cumplía una década del estallido del 19 y 20 de diciembre del 2001 y a través del humor traté de recordar lo que sucedió ya que en el 2011 casi no se habló del estallido. Como sociedad estábamos en otra, y me dije - no puede ser, nadie se acuerda, no hubo especiales, ni siquiera películas -. La última había sida la de Pino Solanas, Memorias del Saqueo (2004). Entonces me pareció acertado hacer una obra, una comedia en la que la tragedia vaya pasando por el costado”.
Giordano es rosarino pero en aquel entonces cursaba una beca del Instituto Nacional del Teatro para escribir con Rafael Bruza. Relata las fuertes sensaciones que lo inspiraron en la narrativa: “Estaba en Plaza de Mayo cerca de noviembre o diciembre y recordé un montón de cosas, porque en el año 2001 yo vivía en Buenos Aires, si bien soy de Rosario viví casi 10 años en Buenos Aires. Ese noviembre del 2011 recordé todo el estallido estando en plaza de Mayo y ahí se me ocurrió hacer una obra donde pudiera recordar lo que había sucedido el 19 y 20 de diciembre”.
Los túneles de las luces
Estando sentado en unos de los bancos de plaza de Mayo, el autor decide entrar en la Catedral Metropolitana. Allí está el mausoleo del General San Martín custodiado por dos granaderos. Ahí se le ocurrió: “¿qué pasaría si estos dos granaderos se meten en un túnel y terminan en la sede del Banco Nación?” Allí también pensó: “en la plaza de Mayo está la Manzana de las Luces, que son los túneles que habían hecho los jesuitas en el siglo XVII y que después terminaron utilizando los comerciantes para contrabandear a espalda de la corona española. Esos túneles también se usaron en las invasiones inglesas para sorprenderlos y atacarlos por las espaldas. Luego quedan en el olvido, finalmente en la década del ’80 se redescubrieron y en los ’90 comenzó su reconstrucción dónde se hacen visitas guiadas en la actualidad”.
Con estos elementos comenzó a escribir la obra, “me daba cuenta que iba teniendo un tono de comedia siendo una especie de policial. Todo lo referente al 2001 iba por el costado. Aposté por ello y todo lo que sucedió en los tres o cuatro días previos al estallido está comprimido en los 50 minutos que dura la obra. Arranca con todo eso, están hablando de los saqueos que fueron en los días previos, luego la renuncia de ministros y la huida en helicóptero del presidente. Todo eso sucede en 50 minutos cuando en la realidad fueron tres o cuatro días. Recordarlo de manera tangencial, mientras sucede el estallido en la superficie, en el túnel una serie de personajes intentan sacar provecho de lo que estaba pasando”.
El humor como narrativa
El texto de la obra afirma su creador “termina siendo con humor, donde la tragedia está en la superficie. Un humor bastante oscuro, porque en realidad en esa tragedia hubo decenas de muertos, por eso es una reflexión con humor acerca de una de las tantas tragedias argentinas. Yo creo que a través del humor se puede reflexionar y contar un montón de cosas. No siempre se tiene que hacer tragedias para contar una. Es una trama policial que sucede mientras en la superficie está la marcha que iba a sacar a De La Rúa.
Un poco de historia de la obra
En el 2011 El túnel del banco gana el concurso del premio nacional de las artes. Tuvo una tercera mención en el concurso de dramaturgia del Fondo Nacional de las Artes. En el 2012 se estrenó en Buenos Aires bajo la dirección de Fernando Germano, con dos temporadas más en el 2013 y 2015. A 20 años de la tragedia argentina del 2001, se estrena en Rosario, ciudad natal de su autor bajo la dirección de Nicolás Jaworski.
Trama
Buenos Aires, diciembre del 2021, el ministro de economía Domingo Felipe Cavallo anuncia el corralito (paquete de medidas económicas que restringía a los ahorristas del uso de su dinero depositados en los distintos bancos del país). Se desatan huelgas, saqueos y cacerolazos. Miles de personas desafían al estado de sitio declarado por el presidente Fernando De La Rúa en todo el territorio nacional.
Mientras la Plaza de Mayo es un caos en la superficie, un pequeño grupo se encuentra en el subsuelo de la sede central del Banco Nación, a unos metros de la Catedral donde descansan los restos del libertador General San Martín y frente a la Casa Rosada. El grupo está conformado por dos empleados del banco, un guardia de seguridad, un obispo, y dos granaderos que custodian al Padre de la Patria. Quieren sacar provecho de la situación e intentan saquear la bóveda del tesoro del banco.
Ficha:
Guión y producción: Juan Pablo Giordano.
Dirección: Nicolás Jaworski.
Actuación: Martín Ovando, Martín Mazzucchelli, Lala Brillos, Nicolás Terzaghi, Mumo Oviedo, Juan Pablo Yévoli.
Escenografía: Cristián Grignolio.
Vestuario: Lorena Fenoglio.
Diseño de sonido: Martín Mazzuchelli.
Fotografías: Javier Rosetti.
Diseño gráfico: Mumo Oviedo.
Prensa: Julieta Pisano (Yeite Difusión).
Con citas pactadas para los días viernes de noviembre a las 22 en Teatro La Morada (San Martín 771, Rosario), la obra escrita y producida por Juan Pablo Giordano transita por las tablas rosarinas por primera vez aunque cuenta en su haber con 10 años de historia en los teatros porteños.
Humor y tragedia se entrecruzan en esta provocadora obra, con el sello natural que marca su génesis como bien afirma su autor en diálogo con Mirador: “Yo la obra la escribí en el año 2011, ese año se cumplía una década del estallido del 19 y 20 de diciembre del 2001 y a través del humor traté de recordar lo que sucedió ya que en el 2011 casi no se habló del estallido. Como sociedad estábamos en otra, y me dije - no puede ser, nadie se acuerda, no hubo especiales, ni siquiera películas -. La última había sida la de Pino Solanas, Memorias del Saqueo (2004). Entonces me pareció acertado hacer una obra, una comedia en la que la tragedia vaya pasando por el costado”.
Giordano es rosarino pero en aquel entonces cursaba una beca del Instituto Nacional del Teatro para escribir con Rafael Bruza. Relata las fuertes sensaciones que lo inspiraron en la narrativa: “Estaba en Plaza de Mayo cerca de noviembre o diciembre y recordé un montón de cosas, porque en el año 2001 yo vivía en Buenos Aires, si bien soy de Rosario viví casi 10 años en Buenos Aires. Ese noviembre del 2011 recordé todo el estallido estando en plaza de Mayo y ahí se me ocurrió hacer una obra donde pudiera recordar lo que había sucedido el 19 y 20 de diciembre”.
Los túneles de las luces
Estando sentado en unos de los bancos de plaza de Mayo, el autor decide entrar en la Catedral Metropolitana. Allí está el mausoleo del General San Martín custodiado por dos granaderos. Ahí se le ocurrió: “¿qué pasaría si estos dos granaderos se meten en un túnel y terminan en la sede del Banco Nación?” Allí también pensó: “en la plaza de Mayo está la Manzana de las Luces, que son los túneles que habían hecho los jesuitas en el siglo XVII y que después terminaron utilizando los comerciantes para contrabandear a espalda de la corona española. Esos túneles también se usaron en las invasiones inglesas para sorprenderlos y atacarlos por las espaldas. Luego quedan en el olvido, finalmente en la década del ’80 se redescubrieron y en los ’90 comenzó su reconstrucción dónde se hacen visitas guiadas en la actualidad”.
Con estos elementos comenzó a escribir la obra, “me daba cuenta que iba teniendo un tono de comedia siendo una especie de policial. Todo lo referente al 2001 iba por el costado. Aposté por ello y todo lo que sucedió en los tres o cuatro días previos al estallido está comprimido en los 50 minutos que dura la obra. Arranca con todo eso, están hablando de los saqueos que fueron en los días previos, luego la renuncia de ministros y la huida en helicóptero del presidente. Todo eso sucede en 50 minutos cuando en la realidad fueron tres o cuatro días. Recordarlo de manera tangencial, mientras sucede el estallido en la superficie, en el túnel una serie de personajes intentan sacar provecho de lo que estaba pasando”.
El humor como narrativa
El texto de la obra afirma su creador “termina siendo con humor, donde la tragedia está en la superficie. Un humor bastante oscuro, porque en realidad en esa tragedia hubo decenas de muertos, por eso es una reflexión con humor acerca de una de las tantas tragedias argentinas. Yo creo que a través del humor se puede reflexionar y contar un montón de cosas. No siempre se tiene que hacer tragedias para contar una. Es una trama policial que sucede mientras en la superficie está la marcha que iba a sacar a De La Rúa.
Un poco de historia de la obra
En el 2011 El túnel del banco gana el concurso del premio nacional de las artes. Tuvo una tercera mención en el concurso de dramaturgia del Fondo Nacional de las Artes. En el 2012 se estrenó en Buenos Aires bajo la dirección de Fernando Germano, con dos temporadas más en el 2013 y 2015. A 20 años de la tragedia argentina del 2001, se estrena en Rosario, ciudad natal de su autor bajo la dirección de Nicolás Jaworski.
Trama
Buenos Aires, diciembre del 2021, el ministro de economía Domingo Felipe Cavallo anuncia el corralito (paquete de medidas económicas que restringía a los ahorristas del uso de su dinero depositados en los distintos bancos del país). Se desatan huelgas, saqueos y cacerolazos. Miles de personas desafían al estado de sitio declarado por el presidente Fernando De La Rúa en todo el territorio nacional.
Mientras la Plaza de Mayo es un caos en la superficie, un pequeño grupo se encuentra en el subsuelo de la sede central del Banco Nación, a unos metros de la Catedral donde descansan los restos del libertador General San Martín y frente a la Casa Rosada. El grupo está conformado por dos empleados del banco, un guardia de seguridad, un obispo, y dos granaderos que custodian al Padre de la Patria. Quieren sacar provecho de la situación e intentan saquear la bóveda del tesoro del banco.
Ficha:
Guión y producción: Juan Pablo Giordano.
Dirección: Nicolás Jaworski.
Actuación: Martín Ovando, Martín Mazzucchelli, Lala Brillos, Nicolás Terzaghi, Mumo Oviedo, Juan Pablo Yévoli.
Escenografía: Cristián Grignolio.
Vestuario: Lorena Fenoglio.
Diseño de sonido: Martín Mazzuchelli.
Fotografías: Javier Rosetti.
Diseño gráfico: Mumo Oviedo.
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