Historieta. “Death Orb”, de Alejandro Aragón

Ciencia ficción pura y acción frenética en lo nuevo del sello Multiversal

La editorial rosarina concluye su “colección de exportación”, tendiente a recoger el trabajo de dibujantes argentinos realizados para el exterior e inéditos en el país, con la publicación de un relato post apocalíptico muy bien comandado gráficamente por el dibujante oriundo de Capitán Bermúdez.
31-01-2022 | 11:20 |

Foto:Gentileza.
Cristian Oliva


En el mes de noviembre la joven editorial rosarina “Multiversal” consiguió hacer efectiva la publicación de su tercera novela gráfica. Cumple de esa manera su plan editorial inicial tendiente a recoger el trabajo de algunos dibujantes argentinos realizados para el exterior y que aún estaban inéditos en nuestro país.

Si bien siempre es motivo de alegría el lanzamiento de editoriales e historietas en un mercado tan irregular como el de la Argentina, lo cierto es que en esta oportunidad el festejo es por partida doble teniendo en cuenta el contexto. La pandemia acabó con los eventos y ferias, siempre necesarios para el encuentro cara a cara con los lectores, pero no así con las buenas intenciones. La llegada de “Death Orb” es una prueba más de que la historieta siempre da pelea y que no hay nada que pueda acabar con ella, ni siquiera una pandemia.

La historia, publicada originalmente en 2018 por el sello americano Dark Horse, tiene a la ciencia ficción como bandera. Es un relato post apocalíptico muy bien comandado gráficamente por el dibujante oriundo de Capitán Bermúdez Alejandro Aragón; quién trabajo los guiones de Ryan Ferrier.

Se narra la historia de Rider, un personaje sin demasiado que perder, que atravesará un mundo devastado en búsqueda de su mujer embarazada. Acompañado por su hacha se enfrentará a distintos cazarecompensas y seguidores de un misterioso culto que domina al planeta.

Es ante todo un viaje desenfrenado y plagado de acción, propuestas que encuentran su correlato con los dos lanzamientos anteriores de la editorial: “Ichabod Jones: Cazador de Monstruos” (guion de Russel Nohelty y dibujos del rosarino Renzo Podestá) y “El último golpe” (del paranaense Lisando Estherren, con guion de Ed Brisson). Al igual que “Death Orb”, todas pueden encontrase en comiquerías y librerías especializadas.

La Colección de Exportación pone en valor el trabajo de una generación de dibujantes que dado su rango etario evidencian un equilibrio perfecto entre frescura y maduración.

“Optar para la colección por el trabajo de dibujantes inicialmente viene tras ver a tantos artistas locales vendiendo su arte en el extranjero sin que se conozca aquí, por lo menos de manera física y económicamente accesible, su trabajo. No niego la existencia de trabajos de guionistas, ni los descarto a futuro como posibles publicaciones en la editorial, pero la elección responde a mi recorrido como lector y periodista que me llevó a interiorizarme con el mercado norteamericano. Allí, por una cuestión del propio funcionamiento de la industria, abundan más los trabajos de dibujantes argentinos que de guionistas”, sostiene Mariano Abrach, editor al frente del sello.

La historieta

“Destrucción desde las estrellas hasta el pavimento” reza el título del capítulo cinco de “Death Orb”, título que al fin y al cabo sirve para evidenciar el espíritu de una obra que sin dudas no sería la misma sin el ritmo frenético de sus dibujos.

El guion propuesto por el canadiense Ryan Ferrier no destaca precisamente por su carácter revolucionario, el autor presenta una historia de manual, directa y eficaz que crece brindando prioridad a la acción. La sinopsis en su contratapa se hace eco de esto citando como referencias a “Akira” (Katsuhiro Otomo) y “Mad Max: Fury Road” (del cineasta George Miller).

“Death Orb” se enmarca, como género, en la ciencia ficción distópica. Presenta un mundo devastado en el que los humanos sobrevivientes han caído bajo la influencia y dominio de un misterioso culto dirigido por Padre y los Lores. En este contexto aparecerá “Rider”, llamado también “forajido” o “heavy metal”, un personaje con características y formas propias del western.

Si bien su vida es una incógnita, la violencia con la que se maneja brinda indicios de un pasado teñido de oscuridad. Su móvil es la venganza y de manera solitaria intentará dar caza a Padre quien parece ser el culpable del secuestro de su mujer embarazada. Para ello atravesará todo el desierto con su motocicleta llamada Henrietta abriéndose camino a hachazos y acabando con la vida de motoqueros asesinos y mutantes con trajes robóticos.

Al guionista, conocido por su trabajo en “D4VE”, “Teenage Mutant Ninja Turtles Universe” y “Kong en el Planeta de los Simios”, ante todo le sobra oficio y por ello acompaña las fórmulas y situaciones harto conocidas con diálogos ocurrentes. Incluso se permite jugar con algunos preceptos religiosos, así como con simbologías propias del cristianismo. La portada del tomo con una cruz invertida es el ejemplo más claro.

Así como el autor opta por esquivar el pasado del protagonista acierta en la construcción del villano, quizás el mejor personaje desarrollado a través del comic. La manera de ver el mundo de Padre tiene cierta lógica. Hay un propósito claro y un buen plan construido. La reflexión está a la orden del día.

Sin embargo, es cuando el guionista plasma la presentación de un grupo de rebeldes y la lucha se torna colectiva, que el comic crece y posibilita la explosión de la labor de Alejandro Aragón.

El dibujante acepta el desafió y cumple con creces. Las viñetas son dinámicas y sus personajes estilizados se llevan de maravillas con ese aire de rabia, furia y urgencia que sobrevuela el relato.

Se nota la experimentación y el juego por parte del artista. La historia va más allá de las propias palabras y gracias al numeroso uso de las líneas cinéticas (muy propias del manga japonés) la obra alcanza una óptima y perfectamente construida narrativa visual. Las escenas de acción inundan las viñetas e invitan a no abandonar la lectura hasta el final.

El mayor logro de esta triada de trabajos publicados bajo la “colección de exportación” es la de evidenciar el crecimiento artístico de muchos dibujantes que, si bien son publicados desde hace años en el exterior, se ven imposibilitados de ver sus obras en el mercado local.

Gracias a “Death Orb” podemos apreciar finalmente el material gráfico de Alejandro Aragón, un artista que ha participado de manera exitosa en editoriales como “Image”, “IDW”, “Stela”, “Vault” y en comics populares como “28 días después”, “Robocop” y “The Resonant”.

La impronta del dibujante cobra un mayor protagonismo en este tomo editado por Multiversal. El resultado es un producto de lectura ágil y acción trepidante en donde prima la diversión por sobre todas las cosas. Estamos ante uno de los puntos más altos en la carrera del artista.

“Death Orb” se editó nuevamente con el apoyo de Espacio Santafesino, del Ministerio de Innovación y Cultura de Santa Fe; en un clásico formato rústico de 26 x 17 cm. Recopila sin demasiadas diferencias los tomos del 1 al 5 originalmente publicados por el sello americano “Dark Horse Comics” contabilizando un total de 120 páginas a color.

A los trabajos de Ryan Ferrier en guion y Alejandro Aragón en dibujos, se suman los de Chris O’Halloran en color. La traducción de la edición argentina corrió a cargo de Martín Ladi mientras que la rotulación es fruto del trabajo de Matías Girolami.

El dibujante

Alejandro Aragón nació en Capitán Bermúdez y vive actualmente en Rosario. Su infancia y adolescencia estuvieron atravesadas por el dibujo y la música; sin embargo, sus estudios se volcaron a la psicología. “La facultad me sirvió como un reencuentro conmigo mismo. Por lo que al recibirme decidí retomar el camino del arte, más precisamente, del dibujo. Tuve que empezar de cero y nada me resulto fácil”, nos dice.

Apenas cinco años después tuvo la chance de trabajar como asistente del historietista Leandro Fernández (“The Old Guard”), siendo una etapa fundamental para comenzar a vislumbrar el horizonte hacia el que quería apuntar. Dos años más tarde las primeras ofertas de editoriales americanas llegaron.

Para ese mercado en sus primeros años participó en la miniserie de tres números “Overlook” (Image Comics, 2009), la serie regular de “28 Days Later” (Boom! Studios, 2010) que duró 10 números y que se basó en la famosa película de Danny Boyle, “Deadlands” (Image comics, 2011) y “Sons of chaos” (Idw, 2012/2015), novela gráfica publicada también en Grecia en 2021.

En 2014 publicó “Eve: True stories” en un tomo unitario para Dark Horse; mientras que al año siguiente trabajó en dos números de la serie “Robocop” (Boom! Studios). Le siguieron la serie de 13 números en formato digital “Dark deep down” (Stella, 2016), “Death Orb” (Dark Horse, 2018), “Resonant Vol 1” (Vault Comics, 2019/2020) y “The Expanse” (Boom! Studios, 2020/2021).

A lo largo de todos esos años también participó en varias antologías como “Bad Karma Vol 1”, “Out of the blue Vol 2”, “Antología Zombie” (Ovni press) y “Quimera” (Rabdomantes ediciones).

Alejado de las viñetas participó en el film de Guillermo Grillo “La noche del chihuahua” (2012) ilustrando flashbacks; y dibujando un comic animado para el videojuego “Criminal justice” (Liquid Sword, 2021).



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