Ceferino Azambuyo
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La Sociedad Italiana es la primera institución de inmigrantes conformada en nuestra ciudad, en homenaje a Giuseppe Garibaldi, llamado "el héroe de dos mundos" por las épicas acciones que protagonizó tanto en Italia como en América. Fue fundada el 12 de abril de 1878 por un grupo de inmigrantes italianos que hicieron de Villaguay su lugar en el mundo.

La casa de Salvatore Visone, ubicada en calle 25 de Mayo entre San Martín y Rivadavia (que aún se conserva), fue testigo de la conformación de la primera comisión directiva, compuesta por Stéfano Castagnino (presidente); Giuseppe Podestá (vice); Allesandro Saporiti (tesorero); Romeo Prayer (secretario); Alfonzo Buzzo, Biaggio Bodino y Bartolomeo Pedroni (vocales).

Pocos años después, en 1894, se dieron el gran gusto de inaugurar edificio propio: una sede de auténtico estilo toscano cuya construcción fue confiada a los arquitectos Juan Morichetti y Juan Botteri con la misión de que se transforme en "la casa más linda del pueblo". Vaya si lo lograron, que aún hoy su aspecto imponente domina el paisaje del centro cívico villaguayense.

Indudablemente, la principal función que aquella entidad cumplía estaba vinculada a los servicios de salud, algo fundamental para los inmigrantes de la época. Los afiliados contaban con atención médica y farmacéutica. Vale recordar aquí a Julio Mollajoli, el primer boticario.

María Cristina Grasetti, vicepresidente de la entidad, se refirió a este acontecimiento expresando que "por la situación que se atraviesa no se pueden realizar eventos por eso hemos solicitado a la Directora del museo, Lucia Beltrame un espacio para realizar una muestra porque este aniversario no puede pasar desapercibido. Exponemos fotos de los principales edificios que fueron por albañiles y artesanos italianos y los primeros comercios de los antepasados que llegaron desde Italia a Villaguay".

La integrante de la Sociedad Italiana agregó que "los elementos exhibidos, propiedad de familias, objetos como vajillas, soperas, platos, bandejas para apoyar tortas, cuchillos labrados, traídos desde su patria. Son los que más se conservan y se han podido rescatar de nuestros abuelos. En algunos casos hay quienes los reguardan y son celosos de brindarlo tienen miedo que puedan dañarse".

En relación al efecto que causa la observación de la exposición, dijo que "es remontarse a vivencias que nos contaron nuestros mayores cuando debieron dejar su tierra. Las vicisitudes que pasaron y como vivieron en esos tiempos de la llegada a Argentina y eso trae muchos recuerdos".

Una marca indeleble en la ciudad

"Tenemos fotos de quienes fueron los constructores de edificios hermosos y casi todos hechos por nuestros ancestros italianos y con orgullo en cada foto esta la referencia sobre el lugar donde estaban ubicados, y el año de construcción. Eso nos traslada en el tiempo para observar hoy como se transformó ese espacio o si conserva algo de aquella historia escrita con esfuerzo, trabajo y creatividad. También hay retratos de familias y muchas otras que muestran los oficios como la carpintería de Albino Manzinelli, quien fabricó las puertas de la iglesia Santa Rosa de Lima, de la peluquería de Nicola Rissi, la sastrería Basile, la zapatería Alfano, la agencia Ford de Antonín Crespo y la Panadería Questa, entre otras con material cedido por el fotógrafo Raúl Jaluf".

Grassetti refirió que "los italianos llegaron de a poco, no como los Belgas que vinieron en comunidad, por eso se sentían muy solos, no conocían el idioma y las costumbres y forma de vida de los criollos que les decían "gringos brutos". A medida que iban llegando se comunicaban entre ellos y se reunían en casas de familia, así surgió la idea de conformar la Sociedad Italiana. Fue en los encuentros de los domingos en torno de las largas mesas donde no faltaban las comidas típicas de su lugar natal y el vino elaborado por ellos. Sus instrumentos musicales inundaban el atardecer de alegres canciones y bailes donde rememoraban su amada Italia".

Cada edificio es historia que identifica la marca indeleble de la colectividad, como el palacio municipal, iglesia, tribunales, policía, estación de trenes y el propio museo que fue la primera "casa de alto" (dos plantas) donde vivió Griseldo Montenegro.

Cuidar el patrimonio de la ciudad

La vicepresidente de la entidad ,que arribó a 143 años de historia, consideró que "cuidar el patrimonio de la ciudad es un deber de todos evitando que rompan las fachadas. Eso es muy importante para que puedan convivir lo moderno con las raíces de una ciudad como Villaguay que tiene contenidos muy valiosos. La historia de un pueblo es para toda la vida, no se puede la puede hacer desaparecer. Hay que conservarla sin que ello signifique retrasar el progreso, en el mundo hay ejemplos que son muy válidos. Villaguay guarda muchas historias reflejadas en estas fotos y los testimonios arquitectónicos están a la vista".

La transformación

Con el paso del tiempo y la aparición de las obras sociales en las primeras décadas del siglo pasado, la función de la Sociedad Italiana fue cambiando, asumiendo características más cercanas a las actividades culturales.

"Luego de atravesar más de una centuria, a fines de la década del '90 la institución quedó prácticamente abandonada, sin comisión directiva. A mediados del 2002, un grupo de descendientes decidió unirse para recuperar aquel sueño construido por sus antepasados italianos con tanto esfuerzo y sacrificio", dijo la entrevistada.

Poco a poco se inició un camino que hoy permite mostrar una sede rescatada para los socios y para toda la comunidad, escenario de numerosos eventos educativos y culturales, y orgullo de los villaguayenses y donde incluso tiene sede el Centro de Aprendizaje Universitario de la Universidad Siglo XXI.

"Sabemos que aún queda mucho por hacer, pero con la satisfacción de haber recuperado el hogar de nuestros abuelos, el símbolo de su presencia en esta tierra, y confiando en lograr que cada día nuestra institución siga creciendo, recobrando el esplendor y la grandeza de sus mejores tiempos", esperamos superar esta pandemia para que se pueda recobrar a pleno las actividades", finalizó la integrante de la comisión.

Nueva comisión directiva

Este año se renovó la comisión directiva de la Sociedad Italiana "Unione Garibaldina" y fue elegido presidente Juan Manuel Fabricius; Vicepresidente: María Cristina Grassetti; Secretario: Ítalo Morandi; Tesorera: Mirta Dus; Vocales Titulares: Turquesa Severín, Ariel Rossetti; Vocales Suplentes: Jorge Dorigoni, Ana María Busti, Jorge Risi. La comisión fiscalizadora (titulares): Jorge Torriani, Claudia Brum Bértolo, Silvia Torriani y revisores de cuentas (suplentes): Daniel Visone y Mónica Pace.