BELÉN FEDULLO
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Como cada noche, Gustavo Cordero salió el viernes a bordo de su remís para cumplir con el turno de trabajo. Alrededor de la 1 de la madrugada fue a levantar un pasaje y nunca volvió.

En calles Sargento Cabral y Rívoli fue abordado y atacado. Le propinaron heridas en el cuello con un arma cortante, logró manejar hasta el hospital Carrillo –cercano al lugar en donde lo atacaron– y desde allí lo trasladaron al hospital Masvernat. A pesar de los intentos de los médicos no pudo sobrevivir.

Cansados de la situación y tristes por el desenlace de lo que vivió Cordero, choferes de todas las empresas se unieron y salieron a marchar el mismo sábado. Partieron desde la Estación Norte hacia la zona céntrica. Allí hicieron una parada en la Jefatura de Policía y fueron atendidos por el jefe, Jorge Cancio. “Le pedimos ayuda. Que nos cuiden. Necesitamos saber que salimos a trabajar y vamos a volver”, dijo uno de los representantes de la Cámara de Remises.

Tras la charla con el comisario, se dirigieron a Tribunales. “Acá es donde deberían escuchar y darnos respuesta, lo que queremos es que investiguen hasta el final. Nadie nos va a devolver a Gustavo, pero al menos que encuentren al culpable”, dijo Mario, uno de sus colegas.

Algunas personas que no habían podido asistir a esa convocatoria pidieron que hubiera una nueva marcha. Por eso este lunes 5 de julio volvieron a concentrarse remiseros, taxistas, mensajeros que trabajan en motos y bicicletas, entre otros. La fila de autos era interminable, y cortó varias de las calles de la zona céntrica. En los primeros cordones de la marcha de a pie estaban los familiares y amigos del remisero asesinado y el canto se limitó a dos palabras: “Justicia y seguridad”.

Acerca de la situación y lo que perciben, Maximiliano Velázquez contó: “Nosotros siempre hablamos de nuestra situación y la Policía la conoce. Antes nos escoltaban en barrios peligrosos o hacían algún recorrido, ahora nada, se cortó todo eso y las consecuencias están a la vista. Hace unos meses los asaltos empezaron a ser cada vez más violentos y necesitamos repuestas porque no podemos salir con miedo de morir”.

“Ahora queremos más seguridad, no pueden decirnos que no saben lo que pasa porque está a la vista. Todos los días hay robos, los sufrimos nosotros, los sufren los chicos que hacen mandados y toda la ciudad, no pueden decirnos que no saben, se quedan de brazos cruzados y hacen promesas que no cumplen”, reclamó.

Mientras la ruidosa protesta se hacía sentir, los familiares del hombre asesinado fueron recibidos por el fiscal de la causa, Martín Núñez. Según confirmó el representante del Ministerio Público, hasta el momento no hay detenidos por el hecho, aunque este domingo hubo un allanamiento.

Tras la reunión, Belén Cordero, hermana del chofer, detalló: “Nos explicaron algunas cosas, pero por ahora no hay nada. Espero que la sociedad se comprometa y si vio algo, o escuchó algo, venga a tribunales a contarlo. Mi hermano ya no va a volver, pero necesitamos que se haga justicia y que pague quien tenga que pagar”.