Ariel Gustavo Pennisi


El primer libro de cuentos de Damián Pulizzi esta compuesto por 12 relatos que cuentan con el antecedente de ser trabajados durante años en distintos talleres literarios, entre los cuales se destacan los del maestro Pablo Ramos. En la literatura trabajada de Damián se dejan pesquisar tramas profundas, mundos a veces ominosos con personajes desesperados que encuentran un pequeño salvavidas en lo simple de la existencia: el abrazo de un amigo, un ratón con ruidos familiares o el ejercicio de la escritura que viene a poner letra, a decir algo que nos libere del dolor.

Finalista de la convocatoria editorial 2019, se encuentra en proceso de reimpresión para el lanzamiento de su segunda edición.

El velo de la comedia. La letra
Dice el gran maestro chileno Roberto Bolaño en su memorable novela Los detectives salvajes, “la obra muere como mueren todas las cosas, como se extinguirá el Sol y la Tierra, el Sistema Solar y la Galaxia y la más recóndita memoria de los hombres. Todo lo que empieza como comedia acaba como tragedia”, y mas allá del cruel realismo existencial que enmarca el profundo pensamiento filosófico que sustenta la cita, me sumerjo en las ilusiones propias de los delirios creados para maquillar tal crueldad que la realidad propone. Como fiel romántico, creo en lo inútil del maquillaje, aquel que se presenta con algo de imposibilidad, como comedia que prontamente mostrará su trágico rostro. Porque siempre habrá algo de imposible en las cosas por mas sencillas que se presenten y será aquella misma imposibilidad la que nos atraerá a seguir creyendo en su paradójica posibilidad.

Quizás por eso sea el amor un delirio, aquel que Damián Pulizzi testifica frente a su máquina de escribir en el primer cuento de este su libro debut a lo que narrativa refiere: “Hay algo imposible, escribo. Algo imposible en las cosas. Algo imposible en las cosas que amo. No podría explicarlo”, y ¿cómo hacerlo? ¿Se puede acaso explicar aquello que queda por fuera del lenguaje y que sostiene el delgado hilo del velo, aquel que nos resguarda de nuestra propia fragilidad humana, la tragedia debajo del delirio? Creo que este acto de confesión del autor al final de escribir, nos confiesa la naturalidad de su letra, es sincera. Su narrativa es tan sincera como genuina. Velamos la existencia, la velamos porque somos frágiles y lo hacemos frágilmente. ¿Es acaso la comedia un imposible?

Damián golpea, golpea los velos con historias simples pero crudas, que pueden enmarcarse bajo los criterios de un ojo critico “erudito” como realismo sucio aunque yo prefiero definirlas como historias nuestras, de nuestros propios legajos. Historias comunes, tan comunes que sintetizan al decir de Guiles Deleuze la complejidad de nuestros propios rizomas, aquellos que calan en las profundidades mismas de la vida y nuestras estructuras sociales, maquillando aquello que se presenta como útil, pero es realmente inútil. Porque acaso ese río de sabiduría que bajo formas de conocimientos el aparato educativo parece ofrecernos, ¿nos enseña a dar un abrazo a nuestra madre que lo necesita?, “todo esta lleno de mierda escribí, después, y me quedé así sin entender, mirando la hoja, la tinta, las palabras”.

La obra se presenta como el portavoz por momentos biográfico de un autor testigo de los padecimientos de una generación, los nacidos en los bellos años ’80, que muchas veces está sumergida en el tedio existencial de la fragilidad de los velos y la debilidad erótica de los proyectos, en una edad que obliga a tomar decisiones y como dice Adolfo Aristarain en su memorable película Un lugar en el mundo (1992) “lo que menos tenés ganas de hacer, es tomar decisiones”.

La generación, quizás, de los deseos debilitados: “Me quedé en la cama sin hacer nada hasta que se hizo de noche” pero que se anclan al velo que protege del abismo.

Los personajes que protagonizan los 12 cuentos de “Algo imposible en las cosas” se aferran a sus delirios, sus telones, aquellos que nos protegen a diario de la tragedia y nos sumergen en la necesaria comedia.

El salvavidas
La narrativa de Damian Pulizzi es sensible y por momentos angustiosa, porque va hacia el agujero. Se dirige hacia aquel vacío que la existencia presenta quizás con su rostro más cruel, el de la incertidumbre. Rostro que nos muestra el lado frágil de la vida con todos sus productos, ya sean los vínculos familiares, los deseos propios, la vida amorosa, los proyectos, la crianza de una mascota y podemos seguir enunciando. Va hacia ese agujero y lo penetra con su letra, transformándola por momentos en portavoz de la angustia, pero con la gracia necesaria que la lleva a rozar con la comedia. El autor no se detiene ahí, en la incertidumbre de lo siniestro, lo incognoscible de la existencia, sino que nos da un salvavidas, aquel que nos rescata, consuela y acaricia de ese real. No se detiene en la caída del velo para gozar del sufrimiento del lector. Su realismo por más sucio que sea, ofrece una salida, aquella que muchas veces esta ahí, en lo simple de lo cotidiano, porque ese es el lado amable de la vida, aquello que la rescata de la tragedia moviéndola casi como un péndulo. Está el salvavidas en lo tan simple y necesario como lo es la amistad, la forjada en los primeros años de la vida adolescente, que en el relato “El agua que nos limpia” rescata a Matías, el protagonista desengañado por la vida de los pactos matrimoniales de sus padres, encontrando el consuelo de la mirada perdida en el piso con una sangría faltantes de duraznos, pero un brazo que se estira y abraza irrumpiendo el silencio -algo vamos a hacer-. O en la fantasía del niño que cree en los poderes infinitos de la ciencia, y sus rayos x. Poderes que van a curar a su madre y ante la cárcel propia de la ciega fe, aparece su hermana para rescatarlo de las rejas de su casa porque pasó la cabeza, pero el cuerpo quedó, refiero al gran cuento “Infinito punto rojo”.

Escribir
En el muro de la red social de Facebook del autor, se puede apreciar una breve, pero bella reseña del libro. El escribiente de la misma es Bernardo Bonacalza para Caterva libros. Define al autor siguiendo las palabras adjetivales de Leonardo Oyolas, como un escritor que escribe desde el prontuario para lograr la libertad: “No es fácil afrontar la libertad, menos cuando su origen está teñido de dolor. Menos, cuando por fin comprendemos que ese temblor que producen estos relatos es el único camino para llegar a ella”.

Hermosas líneas que con gran sensibilidad captan la función de la letra en Damián. Con el primer cuento del libro titulado “Escribir”, nos marca el camino. No es una simple invitación a leer los 11 relatos restantes, sino más bien a que crucemos el espejos y escribamos, para así también, poder sentirnos por algún momento, libres. O creamos que..

La ilustración de la tapa

Apartado especial para el diseño de tapa, que a pesar del contenido narrativo que componen los 12 relatos de este libro de cuentos junto a la alta calidad de papel e impresión aportados por Baltasara Editora, convierte a este en un bello objeto libro. En la misma se puede apreciar la obra “Un colectivo aplastando la noche” de César Barrientos.

Ilustración que viene a complementar perfectamente la filosofía de la narrativa interior, anticipando lo que vamos a encontrar. Imagen pintada con trazos finos y de distintos colores, donde el autobús en la calle de noche se acerca a una persona que mira sonriente, de frente. Los trazos se mezclan con el arbolado, las casas, la iluminación nocturna y un caminante que se aleja. La persona que mira parece mostrar su trasfondo constitutivo, su cuerpo que se desfigura y mezcla. Un mensaje que parece traducirse para intentar habitar el vacío interpretativo, aquel resto incognoscible: “Mire estimado lector, mire la matriz que nos constituye, mire nuestras interconexiones, mire lo infinito que somos. Miren nuestras complejidades, mire nuestro rizomas, mire que no todo puede ser dicho, mire que hay un resto, mire que intentaremos hablar, mire que hay un imposible en las cosas”.

Bio

Damián Pulizzi nació en Rosario en 1982. Recibió en el año 2019 la beca del FNA para desarrollar el taller de narrativa “La materia oscura” en distintas ciudades de Colombia. Cuenta con un libro inédito de poesía titulado “El regalo de la superficie” que fue finalista del Concurso Internacional Fundación Loewe (Madrid, 2017) y recibió una mención en el concurso Adolfo Bioy Casares (Buenos Aires, 2017). En materia narrativa, sus cuentos fueron premiados a nivel local y nacional. Algo imposible en las cosas (2021) de Baltasara Editora es su primer libro de cuentos, resultando finalista de la convocatoria editorial 2019.