Hernán Alvarez
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El 3 de julio de 1990 es una fecha histórica para el seleccionado argentino de fútbol masculino. Aquel día en Nápoles, la selección de Carlos Bilardo derrotó (habían empatado 1-1 en los 120 minutos) por penales 3-4 a Italia, país anfitrión, para alcanzar la final de la Copa del Mundo Italia ‘90. Ese equipo nacional superó al gran favorito de manera sorpresiva después de clasificar con lo justo en la fase de grupos, derrotar injustamente a Brasil en octavos de final y alcanzar la semifinal también desde los 12 pasos ante la extinta Yugoslavia. La albiceleste contó con un equipo que no lució en la cancha y se mostró ultradefensivo. Sin embargo, se las arregló para llegar al encuentro decisivo en Roma. Allí cayó por 1-0 ante Alemania Federal con aquel penal tan discutido cometido por Roberto Sensini a Rudi Völler.

Ese seleccionado nacional contó con siete jugadores santafesinos. Uno de ellos fue Juan Simón, rosarino surgido de Newell’s Old Boys. Simón, los bonaerenses José Basualdo, Diego Maradona y el entrerriano Jorge Burruchaga fueron los únicos cuatro futbolistas que disputaron los siete cotejos en las tierras de Dante Alighieri.

Simón, afincado en el AMBA desde hace años, habló con Mirador Provincial sobre aquellos días de encuentros históricos: “Recuerdo momentos buenísimos. Sobre todo por el mal comienzo que habíamos tenido, como pudimos revertir la situación, eliminar a Brasil habiéndole ganado por única vez en un mundial. Y después eliminar también al local, con todas las cosas en contra. Son recuerdos imborrables que perduran en la memoria. No solamente de los que jugamos en ese equipo, sino también de la gente, que es lo más importante”.

Los penales de Sergio Goycochea
El ex Newell’s comentó sus sensaciones de esa noche en el San Siro cuando pudieron derrotar al seleccionado azul: “Era un momento de muchísima alegría porque se volvía a llegar a una final. El objetivo se había cumplido en parte contra Yugoslavia porque uno cuando va a disputar un mundial el objetivo primario es jugar los siete partidos. Ganar los cuartos de final da la posibilidad de jugar los siete partidos. Ganarle a Italia significaba que habíamos pasado otro escalón rumbo a lo que todos esperábamos que era un nuevo título”.

Pese a las limitaciones, ése fue el mejor encuentro de Argentina en aquella copa del mundo, como lo ratificó el ex defensor central: “Italia se acomodó a lo que nosotros nos convenía. Y Bilardo lo planteó bárbaro. A tal punto que en la charla técnica dijo que iba a ser el partido más fácil por la forma en que jugaban ellos. Cosa que se terminó dando. Fue el mejor partido. El que pudimos discutir al menos la posesión, cosa que no había sucedido en otros partidos. Contra Italia sin dudas fue el mejor partido de Argentina”.

A los tumbos
El camino que Argentina recorrió en esa copa fue muy sinuoso. Perdió 1-0 con Camerún, superó 2-0 a la Unión Soviética e igualó con Rumania 1-1 para pasar como mejor tercero. En octavos, superó a Brasil 1-0 con el gol recordado de Claudio Caniggia, mientras en cuartos de final le ganó a Yugoslavia por penales 3-2 tras el empate 0-0 en 120 minutos de juego. ¿Por qué se dio un recorrido así durante el campeonato? “Porque tuvimos muchos problemas -respondió Simón-. Tuvimos muchos jugadores que eran fundamentales en la estructura de Bilardo que físicamente no estaban en la mejor forma. Cuando nosotros empezamos a encontrar el equipo contra Italia, para la final perdemos a jugadores claves. Perdemos a Cani que era una de las grandes figuras nuestras. A Giusti, Olarticoechea, Batista. Se dieron una serie de circunstancias que hizo que el equipo no apareciera en su real dimensión”.

La final se decidió con aquel único gol de Andreas Brehme desde los 12 pasos. “En un partido tan importante, que te cobren un penal así, que no fue para nada claro deja una especie de sinsabor. También hay que reconocer que hay una penal anterior de Goycochea a (Klaus) Augenthaler, pero también últimamente han aparecido unas imágenes de un penal clarísimo de (Lothar) Matthäus a Gabriel Calderón”, comentó Juan Simón.

De la cantera de Newell's

Juan Simón nació en Rosario. Jugó a nivel baby fútbol en Newell’s Old Boys, fue traspasado al club Río Negro del oeste de esa ciudad y regresó luego al club rojinegro. Debutó en primera para NOB en 1977. Fue campeón mundial juvenil con Argentina en 1979. En 1983 fue vendido al Mónaco adonde jugó durante tres temporadas. Posteriormente, fue fichado por el Racing de Estrasburgo, club con el que jugó dos años. En 1988 regresó a Argentina para jugar para Boca Juniors de Buenos Aires. Se retiró en 1994 en ese club porteño.

Tras colgar los botines, se dedicó a la representación de jugadores hasta 2006. En 2012, participó de su última intermediación con el pase de Lucas Ocampos al Mónaco. En la actualidad, es comentarista de fútbol del canal ESPN desde Buenos Aires.

Los siete santafesinos

Aquel plantel mundialista de 1990 fue integrado por siete comprovincianos. Aquí la lista completa:
Jugador cantidad de partidos lugar de nacimiento
Ángel Comizzo. 0 partidos. Reconquista. Fue el jugador 23 al reemplazar a Nery Pumpido tras la lesión frente a la Unión Soviética.
Nery Pumpido. 2 partidos. Monje.
Abel Balbo. 1 partido. Empalme Villa Constitución.
Edgardo Bauza. 0 partidos. Granadero Baigorria.
Ricardo Giusti. 4 partidos. Albarellos.
Roberto Sensini. 2 partidos. General Lagos.
Juan Simón. 7 partidos. Rosario.