Literatura

Robin Wood: homenaje y puesta en valor de un artista que vivió tantas aventuras como sus personajes

Los autores Diego Accorsi, Julio Neveleff y Leandro Paolini Somers dieron forma a la que será, seguramente, la biografía definitiva del guionista e historietista fallecido en octubre pasado. El libro sigue los pasos del creador de personajes como Nippur, Dago, Dennis Martin y Gilgamesh con un gran trabajo de investigación y archivo.
24-01-2022 | 9:40 |

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Robin Wood. Foto: Gentileza.


Cristian Oliva


En agosto de 2012 en el marco de una nueva edición de la convención rosarina de historietas “Crack Bang Boom” tuve el honor de cruzar palabras con un autor al que conocí, irónicamente, haciendo las compras en una modesta granja de barrio. Por esos años el alcance de la historieta argentina solo podía compararse con el de los periódicos, razón que instantáneamente, tornaba desechables a la mayoría de sus páginas. Frecuentemente el trabajo de muchos artistas (hoy piezas de colección) terminaba envolviendo, como en este caso, en las compras del día.

El artista, dueño de una prosa que destacaba por sobre el resto, ofrecía un equilibrio perfecto que permitía tanto el disfrute de las clases populares como de las altas. No es casual ese primer contacto hipnótico con la obra de Robin Wood (Paraguay, 1.944). La relación del artista con el público de a pie, el trabajador, fue estrecha al punto de tornarse la primera lectura de muchos. En numerosas ocasiones el propio autor bromeó al respecto asegurando que “la historieta de Columba fue la verdadera historieta justicialista: la leían los peones y el medio pelo”.

Millones de personas acompañaron las aventuras de personajes como “Dago”, “Savarese”, “Pepe Sánchez”, “Dennis Martin” y “Gilgamesh” desconociendo que la propia historia de su autor era tan rica y legendaria como la de ellos.

Robin Wood tuvo una infancia humilde y muy intensa en la selva, donde creció hablando en gaélico, escocés e irlandés. Muy joven y tras un periplo de trabajos informales y desdichas varias vio en un puesto de diarios como la editorial “Columba” había publicado uno de sus trabajos. Poco tiempo después y dada su prolífica producción se convirtió en el emblema de la editorial participando como guionista en sus cuatro grandes revistas: El Tony, Intervalo, Fantasía y D’Artagnan. Incluso, con intenciones de no reducir los contenidos a un solo autor, varias de sus obras fueron firmadas bajo seudónimos como los de Mateo Fussari, Robert O’Neill, Noel Mc Leod, Roberto Monti, Carlos Ruiz, Rubén Amézaga y Cristina Rudlinger. “Hay muchos que dicen que Robin Wood es una organización de escritores que trabajan juntos. No puedo menos que reirme”, solía manifestar.

En Columba dio forma a un sin fin de personajes siendo, sin dudas, el más popular “Nippur de Lagash”, historieta cocreada junto al dibujante Lucho Olivera; que más tarde tendría su propia revista en solitario llamada “Nippur Magnum”.

En esa charla que brindó a sus fanáticos en el ex Centro Cultural Bernardino Rivadavia de Rosario (hoy Roberto Fontanarrosa) se describió como una persona tímida, callada y solitaria como la mayoría de sus personajes. Sin embargo Wood, por su impronta y por el caudal de experiencias vividas, estaba llamado a ser el centro de atención.

Un puñado de meses antes del deceso del guionista (producto de una larga lucha contra una enfermedad neurológica) los autores argentinos Diego Accorsi, Julio Neveleff y Leandro Paolini Somers publicaron bajo el ala de la editorial El Ateneo el trabajo “Robin Wood, una vida de aventuras”.

El material, presentado como la biografía autorizada del escritor, relata la vida aventurera adoptada por Wood que lo llevó a recorrer gran parte del mundo. Es también un gran trabajo de investigación y archivo, al recoger muchas de las entrevistas brindadas por el artista a lo largo de los años.

Un total de 288 páginas a todo color, con fotos y documentos nunca antes publicados. El libro es un perfecto registro de un autor que seducía no solo mediante la palabra escrita, sino también de manera oral como evidencian los reportajes vertidos. Un excelso manejo de la palabra que nos permitirá adentrarnos en la construcción de sus personajes más populares.

Robin Wood, una vida de aventuras
“Robin Wood. Una vida de aventuras” salió a la venta en mayo de 2021 publicada por El Ateneo. Su camino de distribución comenzó inicialmente en las librerías pertenecientes a la editorial para luego instalarse en muchas comiquerías del país. Como suele ocurrir en estos casos, tras el fallecimiento del historietista y el boca a boca de los fanáticos la edición comenzó a verse de manera más habitual.

El material se compone de 288 páginas a todo color, cuenta con prólogo del cineasta argentino Sebastián De Caro y tiene como autores firmantes a Diego Accorsi (periodista especializado en cómics y fundador del fanzine Comiqueando), Leandro Paolini Somers (periodista y autor del libro “76 Mujeres” y “Deus Ex Imperium”) y Julio Neveleff (director general en la Secretaría de Cultura de Mar del Plata).

Es menester destacar la exhaustiva investigación que emprendió el equipo de autores para la concreción del libro. Han conseguido a lo largo de las páginas trazar el camino emprendido por el autor paraguayo, recogiendo sus dichos más importantes en diversos medios gráficos y audiovisuales. Muchos de ellos son reportajes inéditos y exclusivos provenientes de una época en la que el archivo no era tan accesible como en la actualidad.

El libro repasa la galería de personajes creados por el autor, prestando especial atención a los detalles. Un claro ejemplo es el apartado que se detiene en los primeros encuentros que el autor mantuvo, a comienzos de los años ’70, con el dibujante Lucho Olivera (1942-2005) en la Escuela Panamericana de Arte. Ambos, amantes de la cultura sumeria, forjarían un fuerte lazo que más tarde los llevaría a crear Nippur de Lagash.

Olivera mucho tuvo que ver en el desembarco y posterior éxito de Wood en la editorial Columba. Una de las anécdotas preferidas del autor, incluidas en el libro, detalla los pormenores del choque frente a frente con su primera historieta publicada: una tardanza de apenas 15 minutos lo había dejado fuera del turno de trabajo y sin dinero para el regreso, emprendió una caminata bajo la lluvia que lo llevó a guarecerse en un puesto de diarios. Allí se topó con una D’Artagnan que rezaba “9 novelas gráficas completas”. En una de ellas encontró un nombre que le resultó familiar.

El material se presenta en dos partes claramente marcadas. La primera de ellas, llamada “Tino” (en referencia a uno de los apodos de la infancia del autor) se centra en la infancia humilde y llena de privaciones del escriba. Nos habla de su nacimiento en una colonia “socialista-comunista” de irlandeses y escoceses en lo profundo de la selva paraguaya (la Colonia Cosme), de la crianza por parte de sus abuelos maternos, de su escasa educación formal (llegó apenas hasta la primaria) y de su voraz apetito por la lectura.

También recoge el paso del autor por orfanatos y casas de tránsito, la distante relación con sus padres y los diversos trabajos que emprendió siendo muy joven (lavaplatos, camionero, peón en obrajes madereros y en fábricas porteñas).

Los autores hacen uso de una escritura simple que se torna casi imposible de abandonar. Cierran esta primera parte con el despertar del Wood nómade y amante de los caminos. Ese que con solo una mochila y una Olivetti portátil anunciaba en Columba que “era el momento ideal para emprender el viaje”. Su vínculo con la editorial no termino ahí ya que Wood siguió mandando casi a diario los guiones que hacían falta para las diversas publicaciones a través del correo. “Durante quince años anduve de un lado a otro. Enviaba mis textos por correo. Esto me permitió tener vivencias que enriquecieron mis textos, pero, por otra parte, tengo que reconocer que no conozco a buena parte de los excelentes artistas que dibujaron los mismos”.

La segunda parte, del doble de extensión que la primera, se llama “Robin” y lo tiene al propio creador al frente del relato. En primera persona el guionista pasea sus impresiones acerca del medio (al que nutrió a lo largo de casi cinco décadas) y variados acontecimientos de su vida, mucho de ellos teniendo como bandera su contacto con las distintas culturas. El libro se detiene en la parte más humana del artista, expresando sus impresiones acerca de la paternidad, el casamiento y sus diversos amoríos.

El trabajo se cierra con la publicación de un guion completo del personaje “Dago”, tal como Robin se lo entregó al dibujante Carlos Gómez. Robin Wood a lo largo de su exitosa carrera creó a más de 95 personajes, llegando a escribir en pleno apogeo de Columba, más de cuatro guiones por semana (aseguró tener publicados más de diez mil). Si bien atravesó de manera eficaz todos los géneros, es especialmente recordado por sus relatos de aventura y sus historietas humorísticas -el público guarda un especial cariño por “Mi novia y yo” y “Pepe Sánchez”, ambas con Carlos Vogt como dibujante-. A las creaciones mencionadas se suman “Savarese”, “Jackaroe”, “Mark”, “El Peregrino”, “Mojado”, “Wolf”, “Martin Hell” y “Aquí la legión”, entre otros.

Durante su carrera recibió varias distinciones, entre ellas, la de “Mejor Guionista del Mundo”, en la Bienal de Córdoba, en 1997, y el Premio de Honor en el Festival de la Historieta del Mercosur, en Asunción, en el año 2000. Se declaraba un acérrimo admirador de Héctor G. Oesterheld y Ray Collins.

Un padecimiento neurológico acabó con su vida terrenal el pasado 17 de octubre. Falleció frente al inmenso río Paraná en la ciudad de Encarnación, en su Paraguay natal, acompañado por su esposa y agente literaria María Graciela Sténico-Wood.

Deja un legado inmenso que merecidamente es puesto en valor gracias al profundo trabajo de Diego Accorsi, Leandro Paolini Somers y Julio Neveleff. “Robin Wood. Una vida de aventuras” se erige como prueba irrefutable del talento de un artista que a través de sus guiones y personajes profundos marcó la vida de muchos. No es poco.

Los autores

Diego Accorsi (Buenos Aires, 1969) es periodista por la UBA, especializado en cómics. A los 16 años fundó junto a su hermano el fanzine Comiqueando, que se convertiría en un pilar de la información sobre cómics en Argentina. Desde entonces, difunde el mundo de la historieta en radio, televisión y medios gráficos. Tras un breve paso por la editorial Columba, participó en múltiples funciones en las dos bibliotecas Clarín de historieta. Publicó el libro Periodismo de aventuras. 30 años de notas y entrevistas (2018). Continúa su colaboración con la Comiqueando, que sigue existiendo en formato online y desde 2021 como revista digital.

Julio Neveleff (Mar del Plata, 1956) es bibliotecario, investigador y escritor. Actualmente es director general en la Secretaría de Cultura de Mar del Plata. Obtuvo distinciones por su labor literaria y cultural. Entre sus obras se destacan: Historia del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata (2 volúmenes), Guardianes, solteronas y preservadores, Clasificación de géneros literarios y Con las historietas se come, se cura y se educa. Como asesor cultural de Fundación OSDE, fue responsable de la muestra “Robin Wood, el inmortal”, exhibida en varias ciudades de la Argentina.

Leandro Paolini Somers (1976) nació y se crió en Ramos Mejía, pero terminó su escuela secundaria en Miami. Tiene un título terciario como periodista y uno universitario como licenciado en Comunicación Social. Es autor del libro de cuentos 76 Mujeres (2018) y de la novela Deus Ex Imperium (2019), con prólogo de Leonardo Oyola e ilustraciones de Salvador Sanz. Actualmente trabaja en una segunda novela.



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