Ley Justina

Donar vida, un acto solidario

Cada 30 de mayo, en el Día Nacional de la Donación de Órganos, se hace visible la importancia de este gesto que salva vidas. Fue en 2018, a partir de la Ley Justina, que hubo un cambio de paradigma en el que todos los habitantes de nuestro país somos donantes, a menos que se exprese lo contrario.
06-06-2021 | 19:07 |

Durante el año pasado, en Entre Ríos hubo 34 operativos de donación de órganos.
Aldana Badano
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La Ley N° 27.447, conocida como la Ley Justina, llegó para generar más conciencia en la importancia de donar órganos. Se impulsó por voluntad de Justina Lo Cane, una niña de 12 años que falleció esperando por un trasplante que le salvara la vida. Su familia —su mamá es oriunda de Paraná— hizo posible que esa lucha no fuera en vano y transformaron el dolor en fortaleza para que otras familias no pasen por las mismas situaciones. Actualmente, y gracias a esta modificación de la ley, cualquier persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos, salvo que exprese lo contrario.

En nuestra provincia funciona el Centro Único de Coordinador de Ablación e Implante (Cucaier), en representación del Incucai, que es el ente nacional que regula y articula todas las acciones que tienen que ver con la donación de órganos, tejidos y células.

MIRADOR ENTRE RÍOS dialogó con Pablo Sors, licenciado en Comunicación Social, a cargo del Área de Comunicación y Educación del Cucaier, quien brindó detalles de un tema que muchas veces es tabú y acarrea algunos mitos.

—¿Cuál es la importancia de la donación de órganos?

—La donación de órganos está orientada al trasplante. Cuando hablamos de trasplante hay muchos órganos y tejidos, e incluso células que se usan, como es el caso de la médula ósea. Estas ablaciones sirven para salvarle la vida a personas que padecen patologías de diversos tipos, una vez descartada ya cualquier otra posibilidad de curación a través de otras técnicas de la medicina, lo que se busca es reemplazar lo que está enfermo por un órgano, tejido o células sanas. Estos materiales biológicos provienen de personas, es por eso que cuando hablamos de donación estamos apelando a la comunidad para que entienda que todo trasplante necesita de la participación social a través de la donación. Es por eso que se hacen campañas de concientización.

—¿Qué mitos hay en torno a la donación de órganos?

—Existen muchos miedos y mitos, que durante tanto tiempo pesaron en contra de la donación. En años pasados, lo más típico era que la gente, por no comprender o resultarle ajeno esto de la muerte encefálica, se confundía y creía que, al ser diagnosticada una persona en la terapia con una muerte encefálica, debía continuar vivo para donar sus órganos. Esto no es así, lo que sucede es que se mantiene el ritmo cardíaco y pulmonar de manera artificial durante algunos segundos para poder realizar el operativo de trasplante. También quedaron atrás los mitos del tráfico de órganos, tan ligadas a aquellas películas de esos tiempos, en donde se vinculaba el secuestro de personas o su muerte para robar sus órganos. Con el tiempo, la sociedad pudo entender que son prácticas de tanta complejidad que no pueden realizarse en la clandestinidad. Incluso, una persona trasplantada comienza lo que se llama un tratamiento crónico que consiste en sostener el implante del órgano para que el cuerpo no lo rechace, con un esquema de tratamiento de drogas inmunosupresoras, que imposibilitan una ablación por fuera del sistema de salud.

Por suerte, estos mitos fueron quedando atrás y las personas empezaron a comprender que estar dispuesto a la donación también significa entrar en un sistema solidario, en el que nosotros podemos necesitarlo en algún momento. En ese sentido se trabaja la empatía por el que está en la lista de espera para recibir un órgano y continuar su vida. Hoy ser donante es un valor real en nuestra sociedad porque si bien la donación es absolutamente libre, con el tiempo hemos comprendido que este sistema solidario nos favorece a todos.

Disposiciones

—¿Qué tipo de donación se puede realizar en vida?

—Se puede donar en vida un riñón, si el órgano está en buena salud, y si el receptor es familiar. La ley deja muy en claro que la donación en vida debe darse entre personas relacionadas familiarmente y si esto no es así, hay que darle intervención a la Justicia para que autorice esa donación y esto tiene que ver con la necesidad de descartar absolutamente cualquier tipo de transacción que pudiera haber detrás de esta supuesta donación. Mientras que cuando el receptor es familiar se entiende que la donación parte de una acción amorosa. También, se puede dar el caso de la donación cruzada de riñones, esto sucede cuando en nuestra familia no hay una persona compatible pero hay alguien que está dispuesto a donar, el sistema puede cruzar los donantes y cada receptor va con su donante con el que es compatible. Esto también es una nueva disposición de la Ley Justina.

En cuanto al hígado, podemos donar en vida una porción. Esto se da en general entre un paciente adulto y un pediátrico y muy probablemente entre padres e hijos. También se realiza siempre en vida el trasplante de médula ósea.

—¿Cuáles son las personas que no pueden donar?

—En general cualquier enfermedad transmisible es una imposibilidad para donar, como por ejemplo el caso del Covid-19. Cuando una persona fallece en condiciones de donar, parte del proceso es realizar todos los análisis y estudios correspondientes para descartar cualquier tipo de enfermedad infecto-contagiosa y también enfermedades tumorales que serían las contraindicadas para poder donar. Después está la funcionalidad del órgano, una persona tal vez pueda ser donante de riñones pero no de pulmones, por haber sido fumador o no pueda donar su corazón por haber tenido alguna cardiopatía, pero sí sus riñones si funcionan bien y eso es lo que termina donando. Todo eso se establece dentro del proceso de lo que llamamos un operativo de donación de órganos y tejidos para trasplante.

En pandemia

—¿Qué consecuencias trajo a los operativos de donación la pandemia por Covid-19?

—Como en todos los ámbitos de la sociedad, nuestra actividad también se ha visto complicada con esta situación epidemiológica. En las estadísticas puede observarse que las donaciones y trasplantes han bajado con respecto a los años anteriores a la pandemia. Esto tiene que ver con la necesidad de que cualquier persona que pudiera ser donante y también de las personas que van a recibir órganos y tejidos para trasplante deben tener un diagnóstico negativo de Covid.
Cuando se trata de un caso de muerte encefálica en que la actividad cardíaca y pulmonar están sostenidas artificialmente, los tiempos son muy breves, porque la muerte encefálica quiere decir la declinación violenta e irreversible de todas las funciones, es por eso que sólo se cuentan con pocas horas para llevar a cabo el operativo y a veces los tiempos de los laboratorios son otros. Sin embargo, queremos llevar tranquilidad a las personas que están en la lista de espera, para que comprendan que, si bien los números han bajado, esta pandemia no ha impedido que se hagan donaciones y trasplantes y los equipos de Cucaier y todas las jurisdicciones a lo largo y ancho del país continúan trabajando.

Datos

—¿También se encargan de la donación de plasma de las personas recuperadas de Covid?

—El Programa Provincial de Hemoterapia es el encargado de la donación de sangre y de plasma de personas recuperadas del Covid-19. Si bien en algunas provincias está unificada la donación, en Entre Ríos está desdoblada porque la problemática de la donación de sangre en general tiene mayor demanda frente a la necesidad cotidiana de sangre y plasma para las instituciones de salud. Tenemos un punto de conexión con el Programa Nacional de Hemoterapia en el momento en que las personas van a donar sangre a algunos de los centros que tenemos en la provincia. Ahí ofrecemos la inscripción en el registro mundial de donantes de médula ósea. Si la persona acepta, no es que va a donar en ese momento, sino que junto con la unidad de sangre que donó, se extrae una pequeña muestra, se analiza y se comparten estos datos en una red que conforman muchos países ya que el encontrar un donante de médula ósea para ciertas personas es muy difícil. Pensemos que solo la familia puede tener un 25% de posibilidad de compatibilidad y ese otro 75% de pacientes, necesitan un donante que se encuentra cruzando los datos genéticos de estas personas con los que están inscriptos en este registro mundial.

—¿Cuáles son los pasos a seguir para registrarse como donante de órganos?

—Si bien hoy ya no es necesario registrarse como donante cuando uno tiene la voluntad de donar, porque las modificaciones a la ley establecen que todos somos donantes, salvo los casos en los que nos hayamos manifestado en contra, nosotros siempre incentivamos a que las personas se expresen como donantes. Se puede realizar el trámite a través de la página del Incucai y en los registros civiles de todo el país y también en cada jurisdicción, en nuestro caso el Cucaier. La persona que no quiere donar, es importante que deje eso asentado porque si no hay ninguna expresión contraria, la ley entiende que es un donante.

Sobre la Ley Justina

Justina Lo Cane tenía 12 años cuando falleció por una cardiopatía, después de estar cuatro meses esperando por un trasplante de corazón que le permitiera reemplazar el suyo que estaba enfermo.

Esta ley comenzó como un proyecto que finalmente modificó la ley de trasplantes. Del mismo participaron activamente los padres de Justina, y esta modificación en la Ley de Donación y Trasplantes que entró en vigencia el 3 de agosto de 2018 plantea que todos los argentinos mayores de 18 años sean considerados donantes, excepto aquellos que manifiesten expresamente lo contrario.

Hasta entonces, sólo eran tomados como donantes quienes se hubieran registrados como tales y, en caso de no haber dejado constancia de su voluntad por la afirmativa o la negativa, es la familia la que debía tomar la decisión en el momento de ser informada de la muerte cerebral de su ser querido.


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