Álvaro Javier Marrocco
La entrevista se llevó a cabo vía mail, Claudio desde el otro lado de la cordillera cuenta que la revista siempre ha sido una mezcla entre proyecto de arte y espacio de ejercicio periodístico. Por una parte, “es una clara expresión de cómo entendemos la vida cada uno de nosotros, por lo que hemos llevado adelante esta idea mucho más como una manera de expresión que como una empresa; y por otra, es el modo preciso de cómo entendemos la práctica de nuestra profesión”.
Luego agrega: “Los primeros pasos los damos ya muy temprano en plena facultad, cuando con el grupo fundador estudiábamos periodismo. Ahí publicamos una revista durante los cinco años que dura la carrera entre 1990 y 1994. Luego, cuando terminamos, se dieron varias cosas que nos permitieron llevar adelante otra publicación entre 1995 y 1997”.
Panorama cultural chileno Pereda Madrid pone en contexto la salida de la revista: “Estamos hablando de los primeros dos gobiernos tras la dictadura de Pinochet. O sea, con casi una década de aparente ‘democracia’. Y lo digo así porque ya a esa fecha resultaba completamente claro que el trato a la cultura no era el que se merecía, considerando su vital aporte a la esperanza en los tiempos de dictadura”. Después agrega: “Fue la cultura la que generó espacios de resistencia en los primeros años de Pinochet, permitiendo que las personas pudieran organizarse y sobrevivir. Fue la cultura la que entregó permanentes herramientas para alimentar el alma herida de Chile. Por eso la dictadura intenta marginarla y en esos años se llega a hablar -incluso- de un ‘apagón cultural’. Finalmente cierra: “Sin embargo, los principales triunfos ciudadanos en dictadura son, esencialmente, culturales: las peñas o encuentros musicales en lugares casi clandestinos; los café concert; el teatro; las publicaciones de oposición; la literatura; el movimiento musical del Canto Nuevo; la cueca sola que interpretaban las esposas y familiares de los detenidos desaparecidos; el gusto por Víctor Jara, Inti Illimani, Violeta Parra, Quilapayún o Silvio Rodríguez; la activa generación de poetas jóvenes; los talleres literarios; los colectivos creativos artísticos; las expresiones audiovisuales y del arte visual; la danza; el feminismo y hasta el rock pop de los ’80 con Los Prisioneros como punta de lanza, son permanentes batallas ganadas al ‘apagón cultural’ de la dictadura”.
De Enrique Symms a Abelardo Castillo Consultado acerca de los entrevistados que han pasado por sus paginas, Claudio comenta algunas anécdotas: “En la revista somos muy admiradores del espíritu libertario de la revista Cerdos y Peces, por ejemplo, por lo que entrevistar a Enrique Symms fue un hito muy importante. A ese encuentro fue el periodista Rodrigo Quiroz -en ese tiempo un culto joven, quien luego llega a dirigir el suplemento cultural de un importante diario chileno- a quien yo le paso varios de los ejemplares que guardo de la revista de Symms para ver si él podía firmar alguno. Entusiasmado con nuestra revista y con la conversación con Rodrigo, Symms me dedica casi todas las ediciones que llevaba, así es que cada vez que las miro y veo la letra de Symms ahí, me da por pensar sobre lo hermoso que es esta profesión”. Luego menciona la entrevista a Abelardo Castillo. “La realiza otro de nuestros grandes colaboradores, Lino Solís de Ovando. La efectúa en Buenos Aires, pero al momento de publicarla él ya estaba dirigiendo una importante revista económica de América Latina, por lo que optamos por usar un pseudónimo. Una vez que él se liberó de la ‘exclusividad’ de ese cargo, decidimos re-publicar la interesantísima charla en nuestra web como homenaje tras la muerte de Castillo y con el crédito correspondiente”.
-Cultura y Tendencias digital. ¿Cómo fue ese cambio? -Antes de que la revista dejara de circular en papel, en el año 2004 más o menos, habíamos hecho tibios esfuerzos por contar con un sitio web, pero no logramos cuajar un proyecto. En el año 2015 se juntan varios aspectos que nos hacen tomar la decisión de volver con formato digital: mucha gente nos empezó a comentar que extrañaban la revista. Lo cierto es que en el contexto complejo de la cultura en Chile -descrito en la pregunta anterior- se hizo muy difícil seguir con el formato papel. Como te comenté, nunca hemos mirado esta experiencia como un negocio, pero llegó un momento en que eran muchas cosas en contra. La falta de auspicios para imprimir, la falta de recursos para contar con un espacio para la revista y una despreocupación general por la cultura, nos terminaron por vencer. Esa es la verdad.
En un ambiente en el que hay mucho ruido y pocas nueces, proponemos una dinámica informativa, analítica y comunicacional de tres tiempos en la que se pueda entender lo que está pasando, compartir con otros los puntos de vista y con ello generar las condiciones para decidir sobre lo que ocurre en el entorno. Creemos que sólo así la información es poder. En esta dinámica también nos hemos encontrado con dificultades, las que -por cierto- se profundizaron con la pandemia. Pero estamos tratando de seguir la mirada oriental y ver en la crisis una oportunidad. La idea es salir fortalecidos de este proceso.
-¿Cómo ves el panorama cultural chileno actual? -Hemos vivido con la cultura en Chile subsumida por una poco fértil lógica del consumo. “El consumo me consume”, es el título de un libro del inquieto sociólogo chileno Tomas Moulián que resume bien esa dinámica. En medio de ese complejo escenario post dictadura, ahora se enfrentan otros dos hitos muy potentes: el estallido social del 18 de octubre de 2019 y la pandemia del 2020. Gracias al estallido, la cultura vuelve a ser re-valorada como intenso alimento espiritual, moral y creativo del país. Con la pandemia, en tanto, se profundiza una preocupante brecha que se arrastra desde los años ’90: la creación y el mercado.
A partir de que la sociedad chilena se aclimata a las lógicas de la compra-venta, la cultura sólo se relaciona a “lo más vendido de la semana”, “las canciones más pedidas” o el “ránking de lo más consumido”. Entonces, así como no hubo políticas públicas para una educación económica del país -en la que se enseñara, por ejemplo, a administrar el dinero en el sistema de mercado- tampoco hubo algo similar para una educación estética, una enseñanza creativa o la formación de audiencias. La gran mayoría de este tipo de expresiones se lleva a cabo gracias a la sociedad civil. Y lo bueno que surge desde instancias públicas, se debe al convencimiento de pocos funcionarios y personeros de turno, no a una política estatal profunda. En ese contexto sobreviene, primero, el estallido social y -luego- la pandemia. La cultura, otra vez, es vehículo expresivo de las más íntimas necesidades de la sociedad, pero recibe -en la práctica- el abandono del Estado. La gran solución pública a la compleja situación que hoy viven los creadores de Chile es seguir haciéndolos competir entre ellos por fondos públicos, a todas luces, ineficientes.
La cultura forma parte de la esencia de todo grupo social. El respeto por los demás, la profundización de las lógicas inclusivas, el fortalecimiento de conversaciones con argumentos, se basa en un continuo desarrollo cultural, estético y artístico. Hoy Chile sigue con una profunda deuda en este tema.
-¿Qué otros portales web de cultura latinoamericanos seguís y recomendarías? -Somos seguidores de revistas que han marcado hitos en sus momentos, como las argentinas El Expreso Imaginario, Crisis y Ñ; la española Ajoblanco o la colombiana Gatopardo. Se trata de propuestas periodísticas modélicas, que están muy presentes en nuestras aspiraciones. Siempre estamos como radares buscando experiencias que nos puedan inspirar. Por eso, hoy le ponemos mucho ojo a lo que hacen varios medios a través de sus web como elmalpensante.com de Colombia; las mexicanas letraslibres.com y especialmente latempestad.mx; la española jotdown.es y la inglesa monocle.com. Obviamente no hay ninguna perfecta, por eso lo mejor es ir descubriendo desde las propias ópticas lo mejor que nos parezca de cada una.
-¿Qué objetivos tenés para la revista en el 2022? -Uno de nuestros mayores objetivos es hacer de la revista una pequeña multiplataforma, manejando distintos contenidos en formatos variados, ya sea audiovisuales, digitales, en papel, híbridos, etcétera. A comienzos del 2018 pudimos publicar una nueva edición en papel y nos fue muy bien, descubriendo el afecto de los antiguos lectores y también de los nuevos. Por eso, en la nueva etapa que te comento queremos avanzar siguiendo la idea de los Beatles: con la ayuda de nuestros amigos. Buscar alguna fórmula en que los lectores se transformen también en compañeros de viaje. El objetivo esencial es como, a partir de nuestro propio proyecto, podemos hacer un aporte a captar y entender el espíritu de los tiempos. Todos los medios culturales exitosos que nos seducen han podido hacer ese cruce vital. Queremos caminar hacia allá.
Web
http://www.culturaytendencias.cl/ Bio Claudio Pereda Madrid es periodista, egresado de la Universidad Nacional Andrés Bello. Magíster en Ciencia Política, diplomado en Estudios Políticos y Estratégicos de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, entre otros títulos. Posee más de 25 años de experiencia laboral en diversos medios escritos, radiales y digitales chilenos e internacionales, incluyendo docencia en distintas universidades chilenas. Ha colaborado en diversos medios como: América economía, Cambio21, Caras/temas, Revista Lazos (Miami, EE.UU) y otros medios chilenos.
