Hagar Blau Makaroff


En el marco del Día internacional del pueblo gitano que se celebra el sábado, estrenan el documental Rom de Federico Rathge y Darío Ares y producido por la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR, donde romaníes, judíos, helenos y alemanes de la ciudad de Rosario se traman entre testimonios y situaciones que evidencian la diversidad y lo común en un fresco sin bordes. El estreno será este viernes a las 19 en la sala de lectura de la Biblioteca Central de la Facultad de Humanidades y Artes (Entre Ríos 758), con entrada libre y gratuita.

El realizador audiovisual Darío Ares adelantó a Mirador Provincial que para el documental se entrevistaron a referentes de las comunidades alemana, helénica, judía y gitana, partiendo de la pregunta ¿por qué los gitanos nunca fueron parte de las colectividades?, un disparador que viajó hacia muchos lados: “Encontramos muchos puntos en común y también buenos contrapuntos sobre las opiniones de cada comunidad. No buscamos que sea un documental etnográfico, sino que es problematizar los relatos sobre algo que todos los pueblos viven desde otro lugar. En el documento vamos desandando la metáfora de la carpa. Qué pasa que el pueblo de la carpa no participa de esa gran carpa que es la fiesta de las colectividades”.

En ese marco, se desanda el famoso mito de la conocida en Rosario como supuesta maldición gitana: “Las colectividades son el mapa primario como relato que tiene preguntas acerca de la igualdad y la desigualdad, los pueblos pujantes de la ciudad y los débiles. Es un mapa desdibujado de lo que vivió cada uno, con vivencias que no son tan disimiles, pueblos que fueron discriminados en diversos momentos. El tema nómade y las carpas en el origen de los judíos se asemejan a las costumbres gitanas, por ejemplo. Y estos últimos, a medida que nos contaban, pensábamos cómo la Fiesta de las Colectividades se lo pierden”.

Culturalmente la ciudad está marcada por las colectividades, sus circuitos culturales y sociales, “algo que no fue igual con la gitana”, aseguró Ares, y ejemplificó: “Pensemos que si vemos cada año el Partenón frente al rio es gracias a que aquellos inmigrantes griegos que llegaron sostienen un rol en la sociedad y sus generaciones posteriores, porque no hay actualmente inmigraciones de Grecia. Hoy son venidos de Bolivia, Haití, Perú”.

Sobre su participación en Colectividades, Darío aclaró que “los gitanos no tienen una personería jurídica ni un espacio físico, y es algo que el municipio pide tener un lugar donde fiscalizar que se cumplan las condiciones de higiene. Sí tienen un consejo con un juez y un presidente, y esa es su autoridad. Pero es la misma cultura romaní la que relegó a este pueblo, más que la cuestión legal, porque hasta hemos tenido dificultad en pactar las entrevistas porque siempre organizan viajes en el momento, es su nomadismo como modo de vida”.

La supuesta maldición
Claro que en los meses de rodaje Ares y Rathge pudieron desandar el famoso mito que deja mal parada a la comunidad rom, y sobre esto, Darío precisó: “Es un mito que circula, no hay un documento que ratifique que un gitano hizo algo. Pero la historia que nos contaron es que cuando inmigraron los gitanos a fines del siglo 19 estaban en la zona de la Aduana, ahí cerca del Monumento. Y cuando llegan hubo una situación en la que muchos de ellos no fueron integrados a la comunidad, y dicen que por el enojo de haber sido excluidos, ellos maldijeron esos campos frente a la Aduana”, ahí cerca del Monumento, la zona donde siempre se realizó la Fiesta de las Colectividades.

“Hay sí datos más duros sobre la historia de esa comunidad, pero nada sobre la maldición gitana, solo el boca en boca”, finalizó Ares echando por tierra décadas de prejuicios sobre esta comunidad. “Es una comunidad muy desconfiada a partir del propio prejuicio que hay en la sociedad, con el mito de que las mujeres te roban y esconden bajo las polleras y el de que los jóvenes delinquen”, acusó sobre la idiosincrasia rosarina.