Ariel Echecury
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Hace casi dos años, dos jóvenes emprendedores pusieron en marcha su propio negocio sobre ruedas. Franco Mariani (26) y Federico Borgonovo (28) están al frente “Hell’s Truck”, un camión de comidas con el que desde entonces recorren eventos y reuniones privadas. Siempre mantuvieron en firme la idea de ganar la calle y fueron los primeros en anotarse cuando la Municipalidad de Rosario abrió el registro de interesados en obtener una licencia para funcionar en la ciudad. Hoy, les llegó la hora de salir a “comerse la cancha”.
El de Franco y Federico es uno de los tres primeros food trucks que empezaron a funcionar en diferentes parques de Rosario. La ordenanza que habilita la venta ambulante en camiones de comida fue sancionada hace dos años, pero la reglamentación se demoró por la oposición de un sector gastronómico tradicional, que los consideraba “competencia desleal”.
Después de un largo debate el sistema fue reglamentado en 2016 y, desde el último jueves, Rosario se convirtió en la primera ciudad del país en contar una normativa específica para regular la actividad.
Franco, junto a su amigo y socio Federico, encararon la búsqueda de un camión Grumman Olson (tipo Bimbo), ideales para el negocio. Como se trata de vehículos muy viejos, difíciles de encontrar, que requieren invertir fuerte para acondicionarlos, decidieron comprar un camión de carga KIA y equiparlo. El food truck, al que llamaron “Hell’s Truck, sabores al paso”, cuenta con una cocina industrial de acero inoxidable, bombas de agua, heladera de dos puertas, plancha, freidora y utensilios.
“Compramos el camión y le encargamos a una metalúrgica las reformas de la caja, donde está ubicada la cocina”, recordó Franco en diálogo con Mirador Provincial. En cuanto al menú, si bien la idea de los emprendedores es coordinarlo con el cliente en cada ocasión, apuntan a ofrecer como especialidad los sándwiches gourmet y las hamburguesas caseras.
El día 1
“La respuesta de la gente fue genial, no sabía que iba a haber tanto movimiento. De hecho, por la avenida pasan muchos autos y llamaba la atención cómo paraban a comprar. Creo que es una buena alternativa para mucha gente que trabaja en la oficina y está cansada de almorzar un sándwich en una estación de servicio”, contó el joven emprendedor acerca del primer día en que se puso en funcionamiento el sistema.
Sándwiches de lomo, de bondiola, hamburguesas caseras, “hell dog” (el clásico pancho) y hasta una opción vegana fueron las variantes elegidas para el debut. Y el resultado superó las expectativas: vendieron 150 menúes en un mediodía.
“Queríamos poner a trabajar el food truck en la calle apenas saliera la reglamentación, pero mientras tanto participamos de eventos y festivales a los que somos invitados”, explicó Franco, que a pesar de su juventud cuenta con experiencia el rubro, ya que antes estuvo a cargo de la cocina de un reconocido boliche de Rosario.
En esta primera etapa, tres de las ocho licencias otorgadas por la municipalidad estacionarán en el parque Sunchales, que se encuentra entre los Silos y Puerto Norte. Además, en las semanas sucesivas estarán alternando su presencia con los parques Urquiza, Scalabrini Ortiz y Colectividades. Además de “Hell’s Truck”, los otros dos food trucks que arrancaron son el de “El Club de la Milanesa” (La Ochenta y Tres SRL) y “Helados Mister Soft” (Rodolfo Felipe Martínez).
“El resto de las licencias van a estar listas en menos de un mes. Muchos hicieron los trámites sin tener un food truck por eso en algunos casos les lleva más tiempo armarlo y equiparlo”, explicó Arturo Milano, presidente de la Cámara de Food Trucks de Rosario, que también está al frente de un camión comida y saldrá a la calle con la versión food truck de La Vendetta, una reconocida cadena de pizzerías de la ciudad.
Milano tiene larga experiencia en el rubro en la ciudad, llevó adelante su propio bar en el barrio de Pichincha y hoy sigue al ligado al negocio gastronómico. Hace meses, acordó con los dueños de La Vendetta la puesta en marcha del primer camión de comida de la marca. “Esto tiene que ser tomado como una unidad de negocios más de aquel que ya tiene un establecimiento gastronómico; La Vendetta y El Club de la Milanesa van por ese camino. Los food trucks deben complementar a la oferta gastronómica tradicional. Es importante destacar que existe una restricción para evitar el monopolio y no se puede tener más de un food truck”, opinó Milano, que aseguró que la modalidad es “ideal para un emprendedor o aquel que ya tiene tener un desarrollo más que sumar”.

Después de un largo debate el sistema fue reglamentado en 2016 y, desde el último jueves, Rosario se convirtió en la primera ciudad del país en contar una normativa específica para regular la actividad.

Buscar el cliente
Ignacio Andreychuk

El comercio tradicional ha mutado hace varios años. Pasó de la dulce espera por el cliente a la necesidad imperiosa de tener que salir a buscarlo. Así, desde una ferretería de barrio hasta un restaurante del microcentro adoptan diversas estrategias para ir detrás del consumidor.
Los food trucks inauguraron esa fase. Un comercio tradicional podrá llevarle su marca, su producto, su impronta a espacios públicos rosarinos donde empezaron a funcionar los camiones gastronómicos tras un largo debate en el Concejo Municipal.
Ese carácter sólido para crear un nuevo espacio no sólo permitirá en Rosario contar con una nueva alternativa para comidas al paso, con opciones gourmet y sin “revolotear” el negocio ajeno, sino que le abre las puertas a otra unidad de comercialización gastronómica.

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Ubicación

En esta primera etapa, tres de las ocho licencias otorgadas por la municipalidad estacionarán en el parque Sunchales, que se encuentra entre los Silos y Puerto Norte. Además, en las semanas sucesivas estarán alternando su presencia con los parques Urquiza, Scalabrini Ortiz y Colectividades.

Articulación

El presidente de la Cámara Rosarina de Food Trucks, Arturo Milano, destacó que “Rosario tiene el orgullo de ser la primera ciudad de la Argentina en tener licencias de food trucks que trabajan permanentemente en la calle, no solamente en eventos”. Y, en ese sentido, ponderó que la construcción de la ordenanza demostró una “absoluta” articulación público-privada.
Sobre la nueva modalidad gastronómica que se acaba de estrenar, Milano la describió como una “alternativa que es atractiva, diferente, que tiene múltiples variedades de productos para vender, y siempre cerca de la naturaleza, de la gente, en ambientes agradables”. Asimismo, el empresario auguró que, a partir de ahora, “se van a sumar múltiples alternativas, variantes, mucha más comida distinta”.