Memorias de Santa Fe: bajante del río Paraná

El día que "desapareció" la Setúbal

En septiembre de 1944 el río atravesaba una de las bajantes más crudas del siglo XX. Una crónica de la época destacaba la falta de lluvias y cómo había cambiado el paisaje en la costanera de la capital provincial.
13-04-2020 | 7:56 |

Documentos. Las fotografías fueron tomadas en septiembre de 1944, cuando se registró una de las bajantes más severas del Siglo XX.
Foto:Hemeroteca Digital de la Provincia (Diario El Orden).
Gonzalo Zentner
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Desde fines de febrero de este año el río Paraná se muestra en pleno descenso. El 28 de ese mes el nivel fue de 2,99 (en cierta medida cercano a lo "normal"). Sin embargo, desde entonces fue perdiendo centímetros hasta llegar este sábado 11 de abril a la sorprendente cifra de 1,12 mts. Sin lugar a dudas, es la bajante más importante de los últimos 50 años. Esta situación poco frecuente trae los recuerdos de otros períodos similares registrados a lo largo del siglo XX en la ciudad de Santa Fe.

Según un especialista que consultó Mirador Provincial, en el período de 67 años -entre 1905 a 1971-, hubo 11 años en que la escala registró mínimos anuales por debajo de 0 (cero), siendo el más marcado el correspondiente al año 1944, en que la medida fue de 1,03 m por debajo del 0 (cero).

Precisamente, en septiembre de 1944 el diario santafesino El Orden realizó una crónica donde expuso cómo cambió el paisaje de la costanera de la capital santafesina, con la laguna Setúbal prácticamente sin agua. "La extraordinaria bajante del río Paraná ha hecho desaparecer la laguna Setúbal", tituló el periódico ese martes 12 de septiembre.

La nota, que estaba acompañada por tres fotografías bien elocuentes, destacaba: "Hemos ido ayer a observar cómo ha quedado nuestra laguna Setúbal a consecuencia de la bajante extraordinaria. Y hemos comprobado que la laguna ¡ya no existe! Un inmenso prado, un arenal con fajas de verdes gramíneas o plantas silvestres es lo único que se ve... Parece increíble pero es la verdad: ¡la laguna ya no existe!".

Crónica de época
En otro tramo de la pintoresca crónica de El Orden, se describió la anormal situación: "Por el inmenso arenal cruza un jinete muy apuesto y si no fuera por la vestimenta se diría que se trata de uno de los integrantes de una caravana, de las que recorren los desiertos, que se dirige seguro a un oasis pleno de verdor y de frescura".

Además de apelar a la retórica y la imaginación, la crónica se ocupa de brindar algunas recomendaciones a la población ante la escasez de agua en la región. "El consumo de agua debe limitarse: hay que emplear lo estrictamente necesario. El mal gusto del agua que bebemos nos está diciendo que se trata de un problema serio. Los particulares deben cooperar con Obras Sanitarias ante un hecho que obedece a factores ingobernables".

Tras lo cual, el medio impreso lanzó un reclamo para las autoridades de turno, que bien podría aplicarse para los tiempos que corren. "En lo que respecta a la laguna Setúbal - sigamos llamándola así puesto que las aguas volverán a cubrir su vasto lecho- nos parece que se presenta una oportunidad única para limpiarla: en la zona de la playa es fácil encontrar latas, piedras, vidrios, etc., que causan en época de veraneo verdaderas molestias para los bañistas", indicaba El Orden en 1944.

La falta de lluvia

En otra parte de la nota, se reflejó la falta de lluvias como uno de los problemas más severos relacionados con la bajante. "La bajante del río coincide, está íntimamente vinculada con la falta de precipitaciones pluviales. ¡Hace cuatro meses que no llueve!", se detalló.

"La sequía está produciendo estragos en la campaña. Y son muchos los que ya aprecian en las operaciones comerciales la influencia de la falta de agua sobre la vida rural", relató el citado medio.

Sin precedentes

En uno de los apartados del material periodístico, se pone a consideración un estudio sobre la altura del río. "El informe dice que el 'estiaje del Río Paraná de este año 1944 superó en sus características generales a todos los estiajes observados y registrados hasta la fecha: al del año 1934 por la larga duración de su fase bajante, que empezó en los últimos días de marzo pasado y continuó sin interrupción alguna, hasta los primeros días de este mes de septiembre; y al del año 1916 por el bajo nivel de las aguas que alcanzaron en todas sus escalas, desde Puerto Iguazú hasta la desembocadura, alturas más bajas que las más bajas registradas'", detalló el periódico santafesino.

"Los estiajes de carácter extraordinario observados en los años de este siglo son siete, excluido el actual y se verificaron en los años 1910, 1916, 1917, 1924, 1925, 1934 y 1938", agregaba la nota.



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