Pese a que todavía la Justicia Electoral no se expidió formalmente sobre las elecciones en Central, las distintas listas siguen con la cabeza puesta en el próximo 18 de diciembre, fecha estipulada para elegir presidente.

Las agrupaciones Fuerza Auriazul y Raza Canalla, encabezadas por Mario Coqui Moretti y Gonzalo Belloso, respectivamente, pusieron quinta a fondo y salieron a hacer campaña fuerte para ser la opción más potable al sillón presidencial de calle Mitre.

Moretti y su equipo de trabajo fueron presentado sus ideas casi a cuentagotas hasta la semana pasada donde implementaron una “ataque vertical” para llegar al corazón de los socios. Coqui Moretti afirmó que la dirección deportiva estará a cargo de Federico Arias, ex jugador canalla y entrenador. El Torpedo será el responsable de elegir el nuevo DT y de la llegada de los necesarios refuerzos en caso de que Fuerza Auriazul se imponga en las urnas.

Otro de los temas importantes fue el de las cuotas societarias y allí, quedó presentado que esta lista eliminará el bono del “Día del Hincha” un recurso adoptado en los últimos años para elevar la recaudación en partidos importantes.

Por otro lado, Raza Canalla, con Belloso como nombre fuerte, salió a plantar bandera y promete cambiar el rumbo de la gestión actual. El ex miembro de Conmebol parece tener las cosas claras a la hora de hablar de fútbol y de candidatos a hacerse cargo del banco de suplentes. Nombres como los de Miguel Ángel Russo y Paulo Ferrari comenzaron a sonar con fuerza en estas últimas horas ya que serían quienes comanden a Central en el 2023.

Russo, contrariamente a lo que se esperaba, sería el director deportivo y no el técnico, lugar que ocuparía el Loncho Ferrari, tras un breve paso en 2019 y de última experiencia en San Martín de San Juan en la B Nacional. Además de Russo y Ferrari, otros ex jugadores como el Chelito César Delgado y Germán Herrera tendrían protagonismo en las decisiones deportivas.

En cuanto a las cuestiones económicas, desde Raza indicaron que el club deberá cambiar su política en los mercados de pases y apuntar a mejorar la estructura de inferiores para sacar jugadores que puedan ser solución tanto dentro como fuera de la cancha a la hora de ser vendidos, como sucedió recientemente con Facundo Buonanotte.

Precisamente, el caso del juvenil de 17 años dividió al mundo Central ya que para el oficialismo era necesario transferirlo en este mercado, mientras que desde la oposición afirmaron que la salida del talentoso jugador fue apresurada.

Uno de los temas clave a tratar antes de fin de mes es el primer contrato de futbolistas categoría 2001 y 2002. Son casi 20 jugadores que esperan ansiosos la decisión del departamento actual del fútbol juvenil para saber si siguen soñando con jugar en el Gigante de Arroyito o deben buscar otros horizontes.

En materia del plantel profesional, más allá de la novela de Mateo Tanlongo y su llegada a Sporting Lisboa, lo concreto es que no se producirán demasiadas novedades ya que desde la comisión directiva no quieren hacer grandes movimientos, siempre a la espera de las elecciones. Central está en un lugar incómodo. La incertidumbre de saber qué pasará después del 18 consume a los hinchas, a las agrupaciones y a los futbolistas.

El calendario del Mundial trastocó no solo esta temporada, sino que la del 2023, que comenzará mucho más temprano de lo habitual (finales de enero), por lo que cada día que Central pierda de entrenamiento y de armado del plantel, lo puede pagar caro. El formato de los campeonatos, con dos descensos por promedio y uno por tabla general, tiene que ser, como mínimo, un alerta para todas las agrupaciones.

La vuelta a los entrenamientos de lo que queda del plantel profesional, está pactada recién para el 12 de diciembre, justo una semana antes de las elecciones y las primeras prácticas estarán dirigidas por Germán Rivarola, entrenador de la reserva.