Ignacio Pellizzón

El impacto en el dólar tras la salida del ex ministro de Económica, Martín Guzmán, junto con más trabas a las importaciones, provocaron que en la última semana muchos productos sufrieran fuertes incrementos y, en algunos casos, temor al desabastecimiento como sucede con el alimento para mascotas y sus medicamentos.

Las estimaciones de diversos veterinarios arrojan que en lo que va del año hubo unos tres aumentos que, en el acumulado, suman cerca del 30%. Sin embargo, desde que el ex ministro pegó el portazo, las listas comenzaron a llegar con incrementos de dos cifras, lo que alarmó tanto al sector empresario como a los clientes.

Según contó a Mirador Provincial el veterinario Damián Arcángelo “de un lunes al otro lunes recibimos lista de precios con incrementos en los alimentos que rondan entre el 11% y el 15%, lo cual nos sorprendió mucho”.

El veterinario también señaló que los fármacos para los animales sufrieron ajustes importantes. “En un promedio, entre los medicamentos más comunes y utilizados, detectamos una suba en torno al 20%”.

Pablo Carrillo, otro de los veterinarios consultados por este medio, indicó que “las líneas de alimentos balanceados llegaron con subas entre 10%, 12%, mientras que otras ya aumentaron el 12% directamente y otras, que estaban más atrasadas podrían llegar a un 20%”.

Respecto a la provisión de la mercadería “lo están haciendo normalmente por ahora, pero sin reticencias en la entrega”, admite Carrillo y confirma que los retoques en las listas nuevas que llegaron les dio un “golpe importante”.

El veterinario comentó que hay muchas personas que se “asustaron” por presunto desabastecimiento, dado que muchos productos tienen componentes “importados” y por eso optaron por “comprar para stockearse”, lo que pudo haber generado que ciertos productos no se consigan.

Medicación
Los fármacos “llegaron con ajustes que rondan el 18%, algunos un poco más, otros un poco menos”. Sin dudas que este momento de vaivenes económicos está generando “incertidumbre” en el sector.

Tanto Arcángelo como Carrillo y otros referentes del sector coinciden en que el aumento inflacionario y el impacto en los precios provoca “un corrimiento del consumo”de primeras líneas a otras inferiores. “El alimento balanceado fraccionado no es lo ideal, pero las personas buscan alternativas más económicas”, apuntan y agregan: “En general se nota una merma en la alimentación y la atención de las mascotas y esto preocupa”.

Estas cifras no escapan a lo que viene advirtiendo la Cámara Argentina de Empresas de Nutrición Animal (Caena) que en un comunicado indicó: “Teniendo en cuenta la situación económica actual y el endurecimiento de las restricciones a las importaciones se puede generar un faltante de insumos para la alimentación ‘pecuaria’, destinada a los animales.

Por eso, tomaron la decisión de enviar una carta oficial “a los distintos organismos nacionales involucrados, solicitando su intermediación para destrabar el ingreso de los insumos necesarios para lograr mantener el abastecimiento de las producciones pecuarias”.

El propio presidente de Caena, Juan Pablo Ravazzano, advirtió sobre lo que podría pasar con la comida para perros y gatos. El referente indicó que, desde el 27 de junio, una decisión del Banco Central les “imposibilitó pagar en el exterior las compras” que realizan dado que “somos dependientes 100% de las importaciones” para elaborar en el país los alimentos para perros y gatos.

“El faltante de estos ingredientes importados puede trasladarse a la falta de alimentos para mascotas”, alertó el empresario.

A fines del mes pasado, el directorio del Banco Central anunció un conjunto de medidas que apuntan al acceso a divisas para importaciones del sector privado. Esa iniciativa se tomó frente a la escasez de reservas frente al aumento de los precios internacionales de la energía, que provocaron una mayor demanda en el mercado cambiario por parte de los importadores.

En medio de las complicaciones para traer los componentes necesarios, el titular de Caena destacó: “Nos estarían faltando unos 100 millones o 120 millones de dólares en lo que resta del año para importar y si esto no se resuelve en el corto plazo, importar con dólares propios va a ser la única alternativa que vamos a tener”.