En el festival FUGA la música y la poesía funcionan “como medios poético-políticos de visibilización de la cultura lésbica”. Allí sonarán Las Mundialmente Famosas, banda power funk de Rosario; Susi Pireli dúo synth-pop integrado por Inés Coppertino y Paula Trama, de Buenos Aires; Barbi Recanati en formato trío acústico; y DJ Romance, DJ Laurita Gosh y VJ Maia Ferro, rosarinas.
Contará con una feria de los emprendimientos locales Danke, Las Martas, Floresta, Iván Rosado, Arde Libros, Luchia MF, Visual Dispersa, Caótica indumentaria, y Lena con sus flash tattoos. Además, habrá un espacio audiovisual junto a El Cairo cine público donde se proyectarán cortometrajes, para ver en sillones y puffs.
El festival colaborativo fue craneado por un grupo de amigas que buscó generar espacios de encuentro social en un contexto que sienten, “este último tiempo algunas vidas corren riesgo por seguir nuestras elecciones y deseos”, comentó Male Oneglia, una de las organizadoras, en diálogo con Mirador.
El año pasado se realizó una primera edición, en conjunto con el museo Macro en el cierre de la Noche de los Museos, en la Quincena del Arte, con más de cinco mil personas en una fiesta enorme en la explanada del museo Macro junto al río. “Este año lo realizaremos en Refi, que es de la cooperativa de salud mental Communitas”.
El line up lo consideraron “de los sueños”, ya que pensamos a quiénes queremos escuchar en este festival. Todas músicas de relevancia que fueron invitadas y aceptaron felizmente”. La feria es también pensada con afecto y en sintonía con el festival, donde habrá productos autogestivos, “de artistas que nos gusta lo que hacen, con libros, totebags, remeras, una tatuadora para inscribirse algo en la piel durante el festival”, enumeró la joven.
El domingo 12 FUGA continuará en el cine El Cairo donde se podrá disfrutar del Ciclo Raritas. Tres largometrajes acompañados de la recepción de DJ Romance, las visuales de la VJ Maia Ferro y el flash tattoo de Lena. Sobre el ciclo Raritas, Male detalló que es “una propuesta de anti domingo, con historias fílmicas para reflexionar sobre afecto entre mujeres, no necesariamente erótico sexuales, con historias entre vecinas, madres e hijas. El amor entre sensibilidades femeninas o feminizadas, ya que vemos en el cine un lenguaje para pensar la complejidad del amor”.
Como plantea su nombre, el festival tiene como ejes la visibilidad y los cruces. “Los cruces de lugares, el borramiento de las fronteras, los encuentros de miradas. La búsqueda es la celebración de las existencias entre diferentes”.
Susi Pirelli llega gracias al programa Apoyos Artísticos del Ministerio de Cultura de la Nación, a través de la Secretaria de Gestión Cultural a cargo de Fefo Prieto. Las entradas pueden conseguirse por eventbrite, el link se encuentra en la bio de https://www.instagram.com/fugafesti/.
La semilla de un festival de chicas en fuga
En 2019 la rockera santafesina Marilina Bertoldi hizo historia al ganar el premio Gardel de Oro, ya que ella misma al recibirlo destacó que fue la primera lesbiana en conseguirlo, y la segunda mujer, detrás de Mercedes Sosa. Fue tras ese hito que un grupo de amigas comenzaron a cranear la idea de un festival promovido por y con un line up de mujeres lesbianas, y Male Oneglia recordó: “Cuando escuchamos a Marilina, coincidíamos que tenemos pocos espacios para que podamos aparecer en shows en Rosario, entonces dijimos qué bueno sería una torta palooza. Había esa necesidad de representatividad importante, como el impacto que tuvo cuando hace muchos años salió el disco de Sandra Mihanovich y Celeste Carballo “Mujer contra mujer”.
Fue así que buscaron que diferentes lenguajes se pongan en juego, y estos apunten a visibilizar las producciones culturales del colectivo lésbico, que busca “ser desde las tortas al mundo, no cerrarnos solamente en un público de disidencias sexuales”. Imaginaron entonces un line up de “bandas de tortas en los escenarios y resaltar esa identidad, donde las canciones de amor sean de una mujer a otra mujer. Que haya una reivindicación de esa fuga de la heteronorma, que tomamos de las lecturas de Monique Wittig, que plantea que escapamos de la expectativa social de la norma que exige tener vínculos con los varones. Las que no encajamos ahí, cantamos a un amor que estuvo castigado, y que ahora sigue vigilado”, explicó.
Fuga tiene esta idea de deseo devenido en acción: “Queríamos un Torta palooza y lo hicimos: poner tortas en bandas en los escenarios, donde hablan de amor desde otros vínculos, con la idea de que bandas de Rosario y de Buenos Aires se cruzaran. En capital hay muchas bandas indies que cantan al amor entre mujeres, y teníamos ganas que estas bandas vengan a compartir escenario con las bandas locales, en un ambiente amigable que no sea en la Capital, sino en esta ciudad con una vida cultural importante”. El planteo entonces devenido en acción fue de promover este festival con “políticas afectivas en un marco social lleno de discursos de odio, para hacer redes que nos ayuden a vivir en comunidad”.
Luego del éxito de una primera edición de FUGA con cinco mil asistentes, este año esperan convocar a mucha gente “en un espacio que busca articular lenguajes que se presentan como tecnologías de la amistad, que buscan producir cuerpo colectivo”.