Lucía Torres
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La recordación del Día del cáncer infantil se apoya en la premisa de que la muerte de niños con cáncer es evitable con un diagnóstico temprano, disponibilidad y acceso a tratamientos y cuidados apropiados así como las medicinas esenciales asequibles.

La doctora Mercedes García Lombardi es la jefa del área de oncología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, de Buenos Aires. Está al frente hace siete años, pero hace más de 30 que se desempeña en la medicina oncológica pediátrica. En estos años fue partícipe de muchos cambios en la forma de tratar y fundamentalmente de detectar al cáncer infantil.

Sabido es que en este nosocomio reciben pacientes de todo el país, fundamentalmente de las regiones que no cuentan con especialistas. Una de las provincias que más pacientes envía es justamente Entre Ríos, “ahora hay una oncóloga pediátrica en Paraná, que se formó con nosotros y está comenzando a atender en la provincia”, también llegan muchos chicos de Misiones, de Río Negro, de Jujuy, “pueden venir de todo el país, pero lo hacen más de las provincias que no tienen complejidad para atender a estos chicos” explicó a MIRADOR ENTRE RÍOS.

Agrotóxicos

Mucho se habla de la presencia de agrotóxicos para la actividad citrícola o agrícola en general y si su uso produce más casos de cáncer en los habitantes de estas regiones. Al respecto, la profesional aclaró que ellos se basan en datos objetivos: “el registro oncopediátrico argentino es un registro de todos los chicos a lo largo y ancho del país, que indica es si hay algunas zonas donde hay más casos de los esperables, y esto no se registra” aseguró. En Argentina hay 1.400 casos nuevos por año, y esto está dentro de la media esperable. Este cálculo en menores de 15 años es lo que se espera a nivel mundial, “cuando las cifras pasan ese límite, uno tiene que buscar los factores que la puedan estar haciendo crecer, pero hasta ahora no se vio en ningún sector”, dijo García Lombardi aunque reconoció que “es cierto que de golpe aparece un barrio con tres o cuatro chicos con leucemia y se encienden las alarmas, y se comienza a hablar de las torres de teléfono o de los agrotóxicos, pero también hay que tener en cuenta que los tóxicos funcionan por acumulación en el cuerpo, entonces un chico no tiene suficiente tiempo para acumular la toxicidad necesaria. El cáncer tiene más que ver con cambios genéticos de una célula que todavía desconocemos por qué muta a una célula cancerosa”, explicó.

Otros tipos de cáncer

En cuanto al crecimiento y expansión del cáncer en los chicos, si es más rápido que en los adultos aclaró que es así pero tiene que ver con el tipo de cáncer más que por ser pequeños. “Los chicos tienen cánceres totalmente diferentes a los adultos, tienen muchos más tumores del sistema nervioso central, leucemias, de riñón pero que son distintos a los de los adultos, y estos tipos de tumores tienen una tasa de crecimiento muy alta, por eso es fundamental la detección precoz”. La profesional hizo especial hincapié diciendo que se llega a curar “un 70% de los casos, pero siempre y cuando se detecte tempranamente”.

El diagnóstico precoz en un control de rutina es la clave en la que hay que seguir haciendo hincapié. La jefa del área de oncología infantil recalcó que con los chicos no hay estudios que se puedan realizar como en el adulto para detectar como rutina, “entonces tiene que ser visto por un pediatra periódicamente, que además esté entrenado para esto y piensen en la enfermedad”. De este último factor dijo que hay muchos pediatras que nunca vieron un chico con cáncer, entonces “una de nuestra tarea de difusión es precisamente hacia los pediatras”. Según las palabras de la profesional esto fue mejorando con el correr de los años y las décadas, “se ve que los pediatras están más atentos y derivan mucho más, porque en las cifras antes se curaba el 30% de los casos y hoy estamos en un 70%”. No sólo la detección sino la rápida derivación, “porque por más que le pongan buena voluntad, no se puede tratar en cualquier lugar, un chico por ejemplo con un tumor de hueso, que se tiene que operar ese pedazo de hueso y ser reemplazado por otro, no es algo que todos los traumatólogos pueden hacer, si no es en un lugar especializado es muy difícil que sepa, así con los neurocirujanos, no todos son pediátricos, y no todos los neurocirujanos pediátricos saben atender tumores, porque se concentran en los hospitales grandes, entonces se hace muchas veces un tratamiento en dos partes, una, la que se pueda, en un centro cercano a su vivienda, y otra en los centros especializados”.

En cuanto a señales de alarma que se pueden tener en cuenta en la familia advirtió que son muy difíciles de ejemplificar en palabras, pero, “un niño que no juega, es un niño que no está bien y hay que llevarlo al médico. Los pediatras son los que tienen que estar alertas para hacer el diagnóstico, porque los síntomas primeros son similares a otras enfermedades, si mencionamos la fiebre, los dolores óseos, con adenopatías, puede ser una gripe, por eso lo importante es que el pediatra evalúe y pueda pensar en el diagnóstico y derivar a tiempo”.

Trabajo interdisciplinario

El rol de las la familia es algo que se tiene muy en cuenta, los pediatras en general trabajan con la familia, pero en estos casos se incluye en el equipo a los traumatólogos, oncólogos, pediatras, infectólogos, las maestras, los asistentes sociales, los biólogos moleculares, “lo que tratamos es que los chicos pese a la enfermedad pasen su infancia lo mejor posible”.

El año 2020 de pandemia ayudó a la integración, porque estaban como iguales con el resto, “para ellos la escuela virtual es una realidad mucho antes del coronavirus, así que eso los hizo sentir iguales, es muy importante la inserción social y escolar”.

Pero no todo fue bueno en el año de pandemia, ya que complicó la detección rápida. “Se notó, porque bajó notoriamente los casos de derivaciones en los meses críticos de junio o julio, y en los últimos meses del año se incrementó y vimos casos fundamentalmente del interior, algunos con enfermedad más avanzada, otros no muy avanzada pero sí diagnóstico tardío, que estaban padeciendo cuestiones que se podían haber evitado”. En el área de oncología se realizaban las consultas que se podía de manera virtual y se espaciaron los controles de los pacientes con alta, pero nunca se dejó de trabajar y atender”.

“La salud es un todo”

Otra de las creencias populares es que al ser más felices, los niños se recuperan mejor. Al respecto aseguró que “la salud es un todo, lo emocional tiene que estar contemplado todo el tiempo, es difícil de medir cómo repercute el bienestar de un niño en curarse, pero seguro en sobrellevar la enfermedad es muchísimo”.